Como podía ser que la persona que más amaba en ese momento me mintiese así de esa manera. Después de llorar toda la noche me quede dormido. Mi abuela me toco varias veces en el día la puerta de la habitación.
–¿Oye Dani no piensas salir de ahí? ¿Sal a comer un poco y después vuelves a entrar? Voy a tener que llevarte al psiquiatra de nuevo para que te receten esas pastillas. Otra vez con lo mismo. Saliste a tu padre, cuidado se te ocurre ir a colgarte a un parque, porque yo no voy a ir a reconocerte, no pienso pasar por eso de nuevo. Y la escuché refunfuñar hasta que se apagó su voz.
Mi padre a los 28 años se había suicidado. Había manejado hacia el bosque más cercano y se había colgado, su cuerpo fue encontrado 2 días después por unos niños que jugaban en ese sector, yo solo tenía 5 años cuando él se mató. Desde que nací mi abuela me cuidó. Mi madre biológica me había abandonado a penas nací, me dejo con mi papá y mi papá al no saber qué hacer con un bebé me dejo con mi abuela. Mi padre me iba a ver todas las semanas, pero después de un tiempo no lo veía tan seguido. Había caído en las drogas y el alcohol, después que lo abandono mi madre cayo en una depresión, la cual lo había llevado a matarse.
Pensé en un instante que mi padre debió haber pasado por lo mismo que yo, ese vacío por dentro, ese dolor en el pecho, esa falta de aire, esa falta de concentración, el sentirte menos, el no ver una salida a los problemas. Era como si me hubiesen sacado toda la energía, no tenía ganas ni de comer. En realidad, no tenía ganas de vivir. ¿Que habrá sentido mi padre el día en que se mató? Lo mismo que yo me preguntaba. Y si me mató qué más da, mi abuela no creo que sufra, ella no siente nada por nadie, ni siquiera por su hijo sintió algo, y yo soy una obligación, eso fue lo que le escuche un día mientras hablaba con una amiga por teléfono.
Busqué en internet las formas menos dolorosas para suicidarse. La primera era tirarse al metro, la segunda consumir todo un tarro de pastillas para dormir, la tercera era inyectarse veneno para ratas y la cuarta era tirarse de una altura de mas de 20 metros. Colgarse era muy doloroso y lento, no sé porque mi padre lo haría de esa manera. Jamás me colgaría, no sé, no me gustaría verme ahí colgado o que me vean colgado. Creo que la mejor opción era tirarse al metro. Pero primero quería ver a Dani.