Me desperté sudando de la pesadilla que acababa de tener. Eran las 10:57 de la mañana.
—Gemus: ¿Qué te pasa? ¿Has tenido una pesadilla?—Me preguntó tras aparecer repentinamente.
—Aarón: Toda la noche, ¿esto es normal en un médium?
—Gemus: Mmmm….Creo que no, alomejor te intentan advertir de algo.
—Aarón: ¿Pero quiénes?
—Gemus: Eso no lo sé, investigare tu cabeza cuando vuelvas a dormir, pero me tienes que dar permiso, si no, no podre.
—Aarón: Yo te doy el permiso necesario, pero por favor, averigua que me pasa.
—Gemus: No te preocupes, déjamelo a mí.
De repente, Gemus presentó algo, o eso me pareció, porque se veía muy alerta a todo lo que pasaba.
—Aarón: Que…—Un ruido muy fuerte sonó y no me dejo terminar mi pregunta.
—Gemus: Vístete rápido, tenemos un grave problema. Ha pasado algo en la entrada del camping—Me dijo.
Me vestí tan rápido como pude y Salí de mi avance sin desayunar ni hablar con mis padres, me dirigí hacia la entrada y efectivamente había sucedido un accidente. Eran las 11:00 de la mañana.
—Aarón: ¿Qué ha pasado aquí?—Me pregunte a mi mismo mientras veía dos coches destrozados, parecía que habían chocado entre ellos, me acerque a mi grupo y pregunte. —¿Qué acaba de pasar?—Dije viniendo hacia ellos.
—David: Hombre, por fin te has levantado.
—Aarón: ya… bueno, no tienes muchas ganas cuando tienes pesadillas—Alex y Dani vinieron hacia nosotros con sus bicicletas, mientras que la gente estaba asustada con el accidente.
—Alexander: ¿Cómo has…? Ha sido increíble.
—Georgina: No es la primera vez que lo hago, pero la primera vez fue con muy pocos segundos, este al menos ha sido más tiempo.
—Daniel: Y menos mal.
11:15 de la mañana.
Estábamos en la parcela de Irati, Elisa y David, Georgina nos explico todo lo que pasó mientras lo asimilábamos, ahora sabíamos que no éramos normales, pero ¿sabéis que? Lo normal es aburrido, y siempre me he sentido como una persona incomprendido desde que nací, incluso no me sentía tan cómodo con mi familia que con ellos, sentía que con ellos podía con todo, supongo que porque estamos en las mismas.
—Leonardo: Entonces… ¿cada uno tiene algo especial?
—Daniel: No se puede explicar todo lo que nos está pasando, pero Gemus y Gémina sí que nos pueden decir algo.
—Gemus: Es imposible.
—Aarón: Dicen que no.
—Daniel: ¿Que no qué? No podemos descubrirlo nosotros solos, necesitamos alguna pista.
—Gemus: Diles que lo tenéis que descubrir vosotros mismos con vuestra fe y creencia.
—Aarón: Gemus me dice que para saber quiénes somos, solo necesitamos nuestra fe y creencia.
—David: ¿Nuestra fe?
—Georgina: ¿Nuestra creencia?
—Aarón: Es decir, nadie puede decir por nosotros, nosotros somos la clave de todo, cuando sepamos quienes somos de verdad, me dirá algo y os enviare un whattsap. Hasta entonces…tenemos que buscarnos a nosotros mismos.
—Irati: ¿Y eso como se consigue? ¿Como sabemos… eso?
—Gemus: El destino lo dirá.
—Aarón: … El destino lo dirá, eso ha dicho—Escuchaba y hablaba como si fuera un traductor.
—Alexander: Eso es una pérdida de tiempo, yo me voy.
—Pamela: Pero Alex…
16:40 de la tarde.
Comí con mi familia y con Gemus y Gémina mirándonos, me sentía observado por seres que mi familia no veía.
—Yolanda: ¿Me pasas el agua?
—Aarón: Si, toma.
—Gemus: ¡¿Esas son fresas?!—Se le hacia la boca agua cuando las vio.
—Aarón: Si—Susurre.
—Maria Jose: Cariño, ¿estás hablando con alguien?
—Aarón: No, no, solo pensaba en voz alta—En serio Gemus, no me hables cuando estoy con mi familia.
Tras haber comido, me dirigí hacia la avance de Leo, donde estaban David y Leo, jugando a la consola.
—David: yo tengo ventaja, ya podéis llorar, voy a ganar esta carrera.
—Aarón: Si, seguro, cuando los humanos vuelen.
—David: Créeme eso no será tan difícil de ver.
—Aarón: Ya…
—Sonia: ¡Aigh!—La madre de Leo tropezó con algo, lo cual Leo se dio prisa para cogerlo.
—David: ¿Qué ha pasado?—Murmuró.
—Leonardo: El mazo invisible que me encontré, estaba en el suelo—Murmuró.
—Sonia: ¿Qué murmuráis?
—David y Leonardo: Nada—Dijimos a la vez.
—Sonia: Que brazalete tan bonito Aarón.
—Aarón: Gracias—En ese momento me quede sin saber que más decir.
—Juan Ramón: Sonia, ¿cómo se hace eso?—Gracias a esa pregunta, la madre de Leo se fue.
—Aarón: Ah faltado poco, ¿creéis que nuestros padres lo saben?
—David: pero si se los dijimos.
—Aarón: Si, y desde entonces están muy raros, todos.
—Leonardo: Puede que supieran algo, y en el momento de decirles, les… no sé, da igual, oye Aarón, te queda poca batería.
—Aarón: Oh bueno, ahora vuelvo, no empecéis la carrera sin mi ¿eh?
—David: No…
Salí a buscar mi cargador y cuando entre vi a mi hermana tirada en el suelo, sin perder ni un segundo la llame pero no respondía.
—Aarón: ¡Yolanda! ¡Yolanda! Esta fría—La gire poniendo su cara hacia mí y Gemus apareció.
—Gemus: ¡Utiliza tu cetro Aarón!
—Aarón: ¿Qué cetro?
—Gemus: El que guardas en tu brazalete, úsalo antes de que la controlen—En ese momento los ojos de Yolanda se abrieron, me asuste y me aparte.
—Aarón: ¿Cómo lo hago?
—Gemus: Piensa en tu cetro, solo piensa en que aparezca un cetro, y diles a los demás que ya pueden ir.
—Aarón: un cetro… un cetro…—En unos pocos segundos, en mi mano derecha pareció mi supuesto cetro. —¿Y ahora?
—Gemus: Di, ¡Lux Lucet!
—Aarón: ¡Lux Lucet!
—Gemus: Deja que haga efecto, es un control de poca potencia, diles a todos que ya pueden ir a la roca plateada, te espero ahí.