Realmente no sabía que excusas le daría a mi mamá por escapar de esa forma, sé que ella realmente se preocupa por mí, pero negarme el permiso de ir a "Girasoles" era realmente pasarse de los límites.
Ya llevo unos cinco minutos parada delante de la habitación de mi madre y realmente me rompía el corazón escuchar los sollozos de Antonia atravesar la puerta. No sabía que le había afectado tanto, a lo mejor fue muy exagerado de mi parte haber salido de esa forma de casa y no avisarle a nadie dónde estaba.
Cuando me atrevo a tocar la puerta no puedo dejar de escuchar lo que están conversando adentro en la habitación.
~ Tranquilícese señora, no le pasará nada - Decía una voz que no lograba identificar
~ Pero cómo sabes eso, ella nunca antes había actuado de esa forma - Le respondía mi madre entre lágrimas.
~ Señora, hay equipos que están recorriendo las calles, otros están revisando el perímetro de la casa y están revisando las cámaras de seguridad, ante cualquier movimiento de la señorita nos van a avisar. Quédese tranquila. - Me imaginaba que esa voz pertenecía a alguien del equipo de seguridad por el vocabulario tan técnico que utilizaba.
~ Todo esto ocurrió por ese estúpido viaje, que pasa si le pasa algo, todo el esfuerzo de protegerla no hubiese servido de nada.
~ No creo que ocurra nada señora, eso fue hace mucho tiempo. Debiera dejarla ir, así termina con todo este drama de una vez por toda, usted sabe cómo es Ali, cuando algo se le mete en la cabeza no hay nadie que se lo pueda quitar. Además, así deja de decir mentiras y no corre el peligro de ser descubierta.
No lograba entender a qué se referían. Solo sabía que estaban hablando de mí.
~ ¿Qué estás haciendo? - Doy un salto por la voz repentina que aparece y busco de dónde sale. Era Peter que estaba llegando al final de las escaleras y me miraba de forma calculadora tratando de descifrar que estaba haciendo delante de la puerta de la habitación de mi mamá.
~ Nada - Trato de decirlo de la forma más calmada y natural posible.
~ ¿No vas a tocar? - Me pregunta
~ Nop, creo que volveré cuando este más calmada. Avísale que ya llegue sana y salva.
Dejo mi mochila sobre la silla y me dejo caer en mi cama pensando sobre lo que había escuchado en la puerta del cuarto de mamá, no lograba entender cuál era su devoción al momento de protegerme.
Cuando llevaba unos cinco minutos analizando lo sucedido, mi madre entra corriendo a mi habitación buscándome con la mirada, al momento de encontrarme se tira al suelo arrodillándose mientras lágrimas corren sobre su cara y trata de decir mi nombre entre sollozos. Veo todo este acto con una gran vergüenza sin saber qué hacer, si debo levantarme y abrazarla o decirle que estoy bien. Me quedo con la segunda opción.
~Mamá, estoy bien. No me paso nada -Le digo esto mientras se levanta del suelo y se sienta a los pies de mi cama.
~No vuelvas a hacer algo así, no ves lo preocupada que estaba. Pensé que te pudo haber pasado algo realmente malo - Reclama mi madre entre sollozos.
~ Ma, que pudo haber pasado si estuve todo el día dentro de una cafetería y al final de la tarde me fui a una plaza a caminar - Le decía para que dejara de llorar como una Magdalena y porque era la verdad.
~ Prométeme que nunca harás algo así de nuevo - Me lo pedía mí mamá con unos ojos que nunca antes se lo había visto, ella estaba realmente hablando en serio. Mientras ambas manos me agarra fuerte de mis hombros para que no logre desviar mi mirada de la suya.
~ Lo prometo - Ella me abraza por última vez y se levanta de la cama y se marcha aún sollozando
~ Dios - Me dejo caer de nuevo a mi cama sin entender nada lo que ha pasado en la última media hora.
Tenías varias teorías respecto a lo que había escuchado a travez de la puerta de la habitación de mi madre. Ella nunca me había negado algo tan tajantemente y nunca se había preocupado por mi como para mover toda la seguridad. Eso me hacía pensar en varias teorías. Desde que era adoptada o que raptada. Realmente era delirante las ideas que tenía.
Decidí irme a la cama, pero antes de eso, debía ir a buscar mi mochila que la deje en la entrada de la casa cuando volví de mi huida para poder hacer los deberes que no termine, pero como no tenía ganas de ser la hija perfecta otra vez no las hice y puse a cargar mi teléfono y ver cuantos mensajes había recibido.
Después de 112 mensajes del grupo de chat que tenía con mis amigas y asegurarles que estaba bien y que fue nada grave que me había ocurrido y haber leído los 20 mensajes, 30 llamadas perdidas de mi mamá más otras 15 de mi guardaespaldas por fin me podía quedar dormida. No me había dado cuenta de lo cuánto había preocupado realmente a mi madre, me estaba empezando a sentir culpable por lo infantil que había actuado. Nunca antes había hecho algo así y tampoco que haya una segundo vez, tenía la sensación que después de mi pequeño acto de rebeldía adolescente iba a cambiar las cosas en casa respecto a la seguridad.
Que como que adivinó. Cuando bajo a la cocina a la mañana siguiente luego de dejar todo listo para la escuela y con el uniforme puesto me fijo que el equipo de seguridad está poniendo más cámaras y le están enseñando a mi madre como manejarlas por el celular y están activándolas para que se puedan ver por el televisor.
Trató de pasar lo más desapercibida, me muevo por la cocina preparándome mi desayuno lo más rápido posible con las cosas que ya hay preparadas sin ser quisquillosa. Como velozmente para salir de la zona de guerra lo más rápido posible, así que trato de hacer el menor ruido, el menor movimiento y el menor contacto visual. Cuando estoy lista, dejo las cosas en el lavaplatos, doy las gracias a Gous baja voz y trató de salir sigilosamente de la cocina. Cuando estoy llegando a las escaleras me detiene Peter y pide que lo siga ya que me tiene que decir como será a partir de ahora mi seguridad.