Estoy rodeada por el caos mismo, se escuchan gritos y llantos desde lejos, el fuego arde cerca mío, el polvo invade el aire haciéndolo difícil ver más a la de unos pocos metros y de respirar. Me pongo a caminar para ver si logro descifrar donde me encuentro.
Veo personas escarbando en los escombros que alguna vez fue su hogar tratando de encontrar objetos que se logró salvar del desastre que hubo en este lugar. En cambio, hay personas que corren de un lugar a otro buscando a los suyos, entre gritos se encuentran y se abrazan sacándose del cuerpo la angustia vivida en el último minuto, por otro lado, las personas que no tuvieron suerte, encuentran los cuerpos de sus seres queridos. Otros siguen llamando y buscando a aquellos que aún no encuentran sin darse por vencidos.
Mientras tanto, yo sigo caminando sin tener idea donde me encuentro parada. Tras caminar por el lugar, llego a unas ruinas, decido entrar para tener alguna idea de dónde estoy, me recibe lo que quedó de un recibidor, hay restos de lo que fueron unos grandes pilares, las escaleras de ambos lados están casi destrozadas en su totalidad, subir al segundo piso no es imposible, pero no trataría por el temor que los restos cedieran. Hay rastros en las paredes de fuego por las manchas oscuras que hay, mientras más recorro el lugar, puedo ver la totalidad del desastre,se puede deducir que estas ruinas, fue de una familia o personas importantes por el gran lugar y espacio que este tiene, los restos de objetos que se puede ver en las distintas salas que quedaron, como un gran comedor, muebles muy elegantes, pinturas o los restos de estas en las paredes, los trozos del techo que puedo ver a mis pies. Puedo creer que lograron huir del lugar antes del ataque o durante de este, por los restos del desorden en las distintas habitaciones al ver tirado en el suelo ropas, joyas, los muebles abiertos todos desordenados tras la desgracia que ocurrió aquí.
Luego de recorrer toda la residencia o restos de este lugar, decido salir del lugar, cuando veo por la entrada que entran unos soldados armados y alcanzó a escuchar antes que me disparen
-¡Es la princesa!
-¡Disparen!
Despierto agitada en mi habitación sin poder quitarme la sensación del terror que sentí en el sueño o mejor dicho, pesadilla.
Tomo mi teléfono celular que se encuentra en mi mesita de noche y me doy cuenta que son las seis de la mañana, al saber que no podré dormir más, decido levantarme y prepararme para ir al colegio. Tras bañarme y ponerme el uniforme, me dirijo a la cocina para prepárame mi desayuno, encuentro la cocina desierta y no me sorprende si son recién un cuarto para las siete de la mañana. Me preparo algo por mi propia cuenta, me siento y no logró quitarme el sueño, este se veía tan real, los olores, los objetos, empiezo analizar cada parte y estoy tan concentrada en esto, que no me doy cuenta que ya no soy la única despierta.
~ Buenos días —Me sobresalto ante el saludo matutino. Me giro para saber de adonde sale la voz y veo en la entrada de la cocina a nadie menos que a Peter.
~ Hey hola. —Le susurró de respuesta sin evitar que me ruborice, trato de ocultarlo con mi cabello y limpio el lugar para huir de ahí lo más rápido posible. Dejó el plato en el lavaplatos y me digo a mí misma que cuando llegue del colegio, lo lavo. Recojo mi teléfono y me dirijo a mi cuarto a buscar mi mochila para poder irme a la escuela, pero ni alcanzó salir de la cocina cuando algo me retiene del cuello de la blusa.
~ Ni se te ocurra irte sola —La voz con lo que me dice eso hace que me congela en el lugar, en cuanto siento que ya no me retiene, corro hacia mi cuarto sin mirar atrás.
Ya con la mochila sobre mi espalda y lista para irme al colegio, salgo sigilosamente de mi casa tratando de pasar desapercibida pero para mi sorpresa o no, el auto está en la calle con la puerta abierta esperando a que me suba con Peter esperando y asegurándose que yo me suba en el, pero no contaba que me bajara un ataque de locura y saliera corriendo. Hubiese pagado para ver su cara, pero decido no hacerlo por temor de ver su reacción de enfado que era la mínima reacción que hubiese esperado. Corro hasta no poder y el resto del camino me preocupo de que nadie me esté siguiendo o que creo que nadie me siga.
Ya en el colegio, no logro quitarme en todo el día lo sucedido en la noche anterior cuando me iba a acostar, no entendía porque Peter me dijo eso, tal como le había dicho, llevaba años sin hacerlo y porqué justo ahora lo retoma, a eso le sumo los pensamientos de la pesadilla que no se lo conté a nadie, era muy vivido y tenía temor de sus reacciones, además, había algo que a última hora, lo retuviera y no se lo decía. Las clases se mezclan entre sí al igual que mis pensamientos que saltan de uno a otro tratando de relacionar todo, pero es en vano, apenas presto atención a lo que dicen los distintos profesores y los únicos apuntes que hago son de las cosas que ellos mismo escriben en el pizarrón, tengo más que claro que tendré que mendigar a mis amigas por sus propios apuntes, además que ignoro todo el día mi teléfono con el temor de ver los mensajes que me manda el susodicho y ver si mi segundo acto de huida es contado a mi madre y el miedo que eso me genera, hace que apenas toque el móvil.