Versos para no dormir

INFIERNO

El crepitar de las llamas

acuna el silencio reinante

en la oscuridad vacilante

qué, intermitente, se enciende y apaga.

Sombras se mueven sin prisa,

deslizándose por la sala,

como un soplo de brisa,

frágiles y delicadas.

Recuerdo son de lo que fueron,

a su suerte abandonadas,

caminando entre el fuego,

que no puede tocarlas.

Pasan la eternidad infinita

en ese lugar encerradas,

claramente aburridas,

melancólicas y solitarias.

 




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