Victoria lo dulce del dolor

Cap.:11

– ¿¡¡¡Qué es lo que quiere!!!? - dijo histérica tanto que su esposo que llevaba tiempo viéndola se asustó un poco.

– Perdone, es que su hija Victoria se encuentra conmigo. - dijo sorprendida por la actitud, por lo que le dio una mirada a Victoria, la cual la miro preocupada. Aunque era comprensible su actitud ya que su hija estaba en la calle a esa hora.

– ¿Qué? ¿qué hace usted con mi hija y dónde la tiene? - esto ya la estaba asustando, sería que ya había descubierto toda la verdad, pero si así fuera porqué la estaría llamando.

– Cálmese señora, solo le quería avisar para que viniera por ella, estamos en el hospital de la ciudad, en...

No puede terminar pues es interrumpida.

– ¿¡En el hospital!? ¿¡Qué pasó, que le paso a mi hija? - pregunto alarmada.

– No, a ella no le pasó nada, ella no tiene nada, solo venga por ella.

Le dio la dirección y luego colgó y fue con Victoria hacía el cuarto en el que estaba su hijo, mientras esperaban a sus padres.

– Tu madre se preocupa mucho por ti - dijo con una sonrisa mientras caminaban.

– Ojalá eso fuera verdad - dijo con mirada triste.

Entonces ella se detuvo antes de entrar al cuarto de hospital y le dijo.

– No importa lo que una madre haga, ella siempre te querrá, y siempre, pero siempre se preocupara por ti. - dijo cariñosa dándole un pequeño golpecito en la nariz.

– Gracias señora, ¿Puedo hacerle otra pregunta? - pide con un brillo de ilusión en los ojos.

– Claro - respondió con una pequeña sonrisa.

– ¿Puedo ir a visitarlos a donde viven? - dijo risueña.

La mujer se rio, pero no de ella sino con ella, era una chica muy dulce.

– Siempre que tú quieras, te doy mi dirección y mi teléfono. - le dio un pequeño abrazo.

Y luego las dos entraron.

– ¿¡Mamá!? - dijo feliz el chico

– Nada de mamá, me diste un susto de muerte, es que te juro que si no fueras mi hijo te mataría, no veo cual era la tu necedad de creerte el héroe y tener que saltar sobre un hombre armando. – dice enojada, a lo que Victoria se sorprende, no se parecía en nada a la mujer preocupada y calmada de hace solo algunos segundos. – estás castigado, y no por la semana o el mes, por todo el año.

– Mamá, no frente a ella - dice y parece que Nicole recuerda que Victoria también está en la sala.

– Disculpa, es que este niño me vuelve loca, dime ¿Cómo te sientes, te duele mucho? - dice cariñosa otra vez hacia su hijo a lo que Victoria ríe.

– ¿Y tú eres? - dice el chico hacia ella, que se mantiene de pie juntos la puerta - quieres pasar, no muerdo - dice con una sonrisa.

– Ella es la chica que estaba conmigo cuando tú te creías Superman - el chico rueda los ojos - no me pareció correcto dejarla hay y ya somos amigas.

Dice la madre del muchacho.

– ¿Y qué hacía una chica vestida así y a esas horas en un barrio como ese? - pregunta algo curioso.

– Es que...

En ese mismo momento e interrumpiendo a Victoria aparecieron sus padres en la puerta. Corrieron hacia ella y la abrazaron.

– Estábamos realmente preocupados por ti ¿Dónde te habías metido? Me has dado un susto de muerte. - dijo su madre revisando que no tuviera nada.

Pero Victoria ya no estaba igual, ella sabía la verdad y estaba desilusionada, pues ella pensaba que sus padres verdaderamente la querían.

– Gracias - dijo el padre de Victoria a Nicole. Aunque sin verle a los ojos, pues no podía hacerlo sin recordar el daño que le habían hecho.

Le quitaron todo lo que ella amaba: su esposo y a su hija. Y aunque él no lo hubiera planeado se sentía culpable.

Antes de irse Victoria le dio un gran abrazo a Nicole en forma de despedida, lo que a su madre no le gustó para nada. Por lo cual llamó a Victoria y al volver la tomó de la mano, y la saco de ahí lo más rápido posible.

Cuando iban en el auto ya de camino a casa, su padre llamo a Keidan para avisarle que la habían encontrado.

– ¿Qué te dijo esa mujer? - pregunta su madre al no poder contenerse más.

– ¿Qué? - pregunto ella confundida - ella no me dijo nada.

– ¿No te pregunto acerca de tus padres? - pregunto su padre.

– ¿Por qué lo haría? Ella estaba muy preocupada por su hijo, esperen ¿ustedes se conocen? - pregunta ella.

Ellos intercambian miradas, para luego responder.

– Algo así. - dijo y Victoria que se había inclinado en el asiento por curiosidad, volvió a su lugar -  Algo más - dijo llamado su atención - no los volverás a ver.

– Pero ¿por qué?

– Porque si y ya. - finalizó su madre.

Al llegar a la casa, Victoria subió veloz a su cuarto y tras de ella cerró la puerta, cerró los ojos y se recostó en ella, había pasado un día muy largo. Al abrirlos se encontró con Keidan.

– ¿Qué quieres ahora Keidan? ¡¡No quiero verte, sal ahora mi...

Keidan la interrumpió al acercarse a ella y abrazarla, él tenía lágrimas en los ojos ella nunca había visto a Keidan llorar así, pero lo que escucho a continuación la dejo sin habla, estática.

– Perdóneme Victoria - dijo con la voz cortada y algo rasposa.

No era un "perdóname" como la otra vez, este tenía algo diferente y ella lo notó, él estaba siendo sincero, era como si rogara por su perdón.

No había burla en su voz o ira, era el abrazo que ella había deseado y lo comenzó a disfrutar. Esto la hizo sentir un sentimiento que por el momento no supo describir.

— Todo lo que hice, todo lo que te dije, no era cierto... Te mentí. Yo solo... Te quiero mucho, no me dejes otra vez. — dijo abrazándola con más fuerza.

— Está bien — susurró Victoria— no lo vuelvo a hacer.

Y se quedaron abrazados un rato más hasta irse a dormir.

Ese día la familia entera no concilio el sueño, todos pensaban en cosas diferentes, pero con un solo destinatario "Victoria". Mientras la joven en viceversa pensaba en ellos. Las cosas ya no volverían a ser igual.



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En el texto hay: secretos, amor, odio

Editado: 15.01.2023

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