Victoria lo dulce del dolor

Cap.: 14

En ese mismo momento justo antes de que la besara se escuchó la puerta abrirse, por lo que al instante se separaron.

- ¡¡Victoria, Vic!! ¿Estás aquí? - buscó por la sala al ver la tele encendida.

- ¡Estoy aquí en la cocina! - dijo en modo automático, aún sin poder quitar la vista de los ojos de Nicolás y él de los de ella.

¿Le acababa de decir que la amaba? Y quería que ella fuese su novia, pero no supo por qué no tuvo respuesta para eso.

Por otro lado, a Nicolás le molestaba cada vez más la presencia de Keidan, era como una maldición, siempre aparecía en el peor momento y el menos deseado. Keidan entró a la cocina con una enorme sonrisa que se desvaneció al instante que vio a Nicolás allí y fue reemplazado con un ceño fruncido.

- ¿Qué hace él aquí Victoria? - dijo mirándolo a él y luego a ella.

- Vino a verme y como no podía salir, yo lo invite a pasar. - dijo simple, después de todo él era su amigo. - me está haciendo compañía.

- Pues ya puede irse. - lo miro con una deja alzada y una mirada retadora mientras se apartaba para mostrarle la salida.

- Pero... - trató de replicar Victoria.

- No te preocupes Victoria - la interrumpe. - ya habrá tiempo para la película, no vemos en la escuela y... Hablaremos de esto. - aseguró.

- Esta bien, te acompaño a la puerta. - dijo mirando hacia Keidan enojada.

Al despedirse, se dirigió hacia la sala donde estaba Keidan.

- ¿Qué fue eso? - apago la tele para que la mirará.

- ¿Qué fue el que? - dijo inocente.

- ¿Por qué le dijiste eso? Era mi invitado. - Le recuerda.

- Parece que se te olvida lo que tu invitado me hizo hace unos meses. - Dice enojado.

- Pero te explique lo que pasó, él lo hacía por mí. - Le trató de explicar.

- Eres muy ingenua Vic, nadie hace nada si no gana nada ¿No viste su sonrisa de satisfacción? ¿Crees que solo lo hace por ti? No confío en ese tipo, él no me cae nada bien, deberías alejarte de él. - asegura.

- Pero es mi amigo y él único que estuvo para mí cuando no tenía a nadie de mi lado, cuando no te tenía a ti. - lo miro dolida. - Tú no eres nadie para señalarle a él, decirme que lo aleje ahora es muy egoísta.

- Ok - cedió, pues sabía que no le haría entender. Aun así, en su punto de vista había algo malo con ese chico, aunque no sabía que. Aún recordaba como parecía ser su amigo desde el primer día que llegó, pero ese día.

Flash back

- Bro, allí esta, es ella- dijo llamando la atención de Keidan.

- ¿Quien? -dijo keidan buscando.

- La del pelo negro recogido en un moño -aseguro su amigo.

Los ojos de Keidan se abrieron con fuerza en ese momento y se enojó al instante.

- Ella no. - dijo sentándose.

- ¿Por qué no? - preguntó enseguida.

- Ella es mi hermana, así que sólo aléjate de ella. - sentenció.

- Esta bien, yo no sabía eso, te prometo que me alejare de ella.

Fin del Flash back

En ese momento parecía tan sincero, pero luego lo vio fuera de su casa hablando con Victoria y cuando le preguntó lo negó todo. Si Keidan no lo hubiera visto con sus ojos también le habría creído. Y luego aseguraba que su novia lo iría a ver al partido ¿Pero sabía Victoria que era su novia? Alguien que tiene la capacidad de mentir tan fácil ni puede ser buena persona y entendió en ese momento que él algo tramaba.

Más no le podía decir eso a Victoria, ella estaba convencida de que él era buena persona y sabía que no la iba a convencer, lo único que lograría es que ella se enojara.

- Estuve mal, lo siento. - dijo alzando los brazos en forma de rendición. - ahora ven aquí. - la hala por el brazo.

- ¿Qué pasa? - pregunta extrañada, pues aún no se acostumbraba al comportamiento de Keidan.

- No te enojes conmigo pequeño troll - Le empezó a hacer cosquillas. - te pones verde cuando te enojas.

- ¡Oye! Basta. - dijo entre risas.

Pero él le seguía haciendo cosquillas, más rápidamente ella logró escabullirse y correr escaleras arriba. Entró a su habitación, pero no lo suficiente rápido para cerrar la puerta, pues Keidan le pisaba los talones.

Entonces se tiraron sobre la cama como cuando eran niños y él le comenzó a hacer cosquillas de nuevo. Sólo había un problema, ya no eran niños y muchas cosas habían cambiado, algo que Keidan notó por lo que se detuvo. Se había dado cuenta de la posición en la que estaba; él estaba sobre Victoria a quien se le había levantado el vestido de tanto patalear, estaba muy cerca el uno del otro y el cabello de Victoria estaba revuelto cubriendo su cara, sus labios reflejaban una sonrisa muy amplia que fue disminuyendo a ver que se había quedado viéndola.

- ¿Pasa algo? - preguntó extrañada.

- ¿Te he dicho que eres hermosa? - dijo logrando que se sonroje. -  Es como si lo que siempre buscaste, estuvo siempre frente a tus ojos. - arregla su pelo para poder verla a los ojos y luego se acuesta a su lado, después de un largo suspiró continúa. - ¿Sabes que me sentía sólo cuando murió mi hermana? - dijo atrayendo su atención, pues sabía que era un tema difícil. - Todos reían y eran felices y yo sólo parecía estar en otro mundo, otra sintonía, tanto que llegue a odiar la felicidad de los demás. - dijo y una lágrima se escapó de sus ojos.

Enseguida victoria se acercó para abrazarlo.

«Cree una barrera entre los demás y yo, una que los impedía cruzar a mi mundo, ese mundo al que nadie llegaría, si no podían llegar, no me podían lastimar. Pero un día, caminando por los jardines de mi propio mundo te encontré, tu habías roto la barrera y no lograba poner otra cuando te veía a los ojos, tu mirada y tú voz, no lograba esconderme de ti».

«Y créeme que lo intenté, me sentía culpable por mi hermana, quería eliminar lo que sentía no era correcto, pero no puedo evitarlo, me enamoré de mi propia hermana, dime ¿Qué debería hacer?»



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En el texto hay: secretos, amor, odio

Editado: 15.01.2023

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