Esta es la historia de dos hermanas gemelas, que tras quedarse huérfanas deciden trasladarse a Texas, donde en herencia les ha quedado un rancho por parte de su padre.
Su padre falleció cinco años antes, pero dejo escrito que sus hijas recibieran esta posesión cuando cumplieran veintiún años de edad.
Su madre acaba de fallecer y ellas venden la pequeña casa donde vivián con ella, para trasladarse al que será su nuevo hogar.
Virginia y Eva que es como se llaman, son dos jóvenes muy guapas, firmes, muy mandonas e inteligentes, se llevan muy bien y lo comparten todo.
A sus veintiún años recién cumplidos, hay que añadirle que son dos corazones inquietos, con una figura esbelta muy marcada, unos enormes ojos azules de mirada intensa, unos labios carnosos, y una gran melena color rojizo, que les llega por la cintura, son muy presumidas y les gusta ser el centro de atención.
Recién llegadas a su nuevo hogar, ven que la casa es enorme, unas grandes ventanas y un gran porche, donde hay dos hamacas y una mesa.
También la finca esta vallada y dispone de gran terreno.
Al entrar dentro ven que está muy bien decorada, y todo está limpio y completamente ordenado,
A la izquierda esta lo que parece un despacho y ambas entran dentro, encima de una gran mesa, hay un papel, que contiene un escrito.
Una de ellas lo coge y lo lee en alto.
A mis hijas Eva y Virginia.
Durante estos años he trabajado duro para que no os faltara nada,
os he criado como si habríais sido hijas mías, pero no es así.
Cuando conocí a vuestra madre, teníais apenas dos años.
E sido feliz con vuestra madre y he estado siempre muy orgulloso de vosotras.
Este es mi verdadero hogar, la casa de mis padres, que he cuidado y conservado durante tantos años, dispone de un gran terreno de tres hectáreas vallado y una caballeriza con seis caballos de montar. Y ahora os la dejo a vosotras en herencia, también en la biblioteca, donde hay un libro muy grueso de color granate, encontrareis dinero, al leer esta carta será porque yo, ya no estoy en esta vida, pero he sido muy feliz con la familia que he tenido, os deseo lo mejor.
Os quiere papa.
Las dos hermanas se miran, y se quedan sorprendidas, pero son jóvenes y alocadas.
—¡Mira que bien, casa, caballos y dinero— dice Eva!
—¡Si, hermanita, nos viene genial ¡Le contesto con una risita muy picara!
Ambas tienen el dinero de la venta de la casa de su madre, y ahora una enorme finca con una gran casa, totalmente amueblada, con mucho lujo, donde no falta detalle, todo está limpio, y, por si fuera poco, más dinero, aparte de caballos.
Se consideran muy afortunadas y no piensan aburrirse.
Tras permanecer más de dos horas en la casa, de repente llaman a la puerta.
Una de las hermanas abre y ante sí, se presenta un joven alto, rubio, atractivo de buen porte, con unos ojazos azules como el mar Una voz suave que envuelve, pero muy firme.
—¡Soy Jack, el capataz de la finca! —afirma contundentemente.
Virginia se acerca rápidamente a su hermana.
—Nosotras somos las nuevas propietarias—le contestan al mismo tiempo.
—ja,ja,ja.ja vaya no me dijo vuestro padre, que erais igualitas.
—¿Y que deseas? —pregunto Eva.
—Como he dicho al presentarme, soy el capataz de esta finca, cuido de ella y los caballos—afirmo seriamente.
—Nosotras no necesitamos ningún capataz—replicaron al unisonó.
—¡Puedes irte! —dijo virginia en tono gruñón.
—Bueno os explicare que tengo poderes firmados ante la ley por vuestro padre, donde seguiré siendo el capataz, y mandando en la finca, todo esta echo bajo abogados y con la orden de vuestro padre, ya mismo vendrá el personal que trabaja en la casa y los muchachos que trabajan en las caballerizas—les dijo con tono enfadado y una mirada muy penetrante.
—No necesitamos a nadie en la casa, nos valemos por nosotras mismas.
—¡Aquí os dejo el papel, para que leáis la orden de vuestro padre, ahí lo explica todo detalladamente es una orden que pienso cumplir! Leerlo y me lo devolvéis
Ambas cogen el papel y leen todo, ven que el joven les ha dicho la verdad, estaba realizado por un buffet de buenos abogados de su padre y ante notario, con los sellos y la fecha del día que se hizo el escrito, donde le da todo el poder y el mando de toda la propiedad de la casa, las caballerizas, los caballos y uso de las tres hectáreas que rodean la finca, así como de todo el personal de trabajo que necesite tener en ella.
También va un escrito en la carta donde comunica que su hija Virginia deberá casarse con John Bradley,Moor, un joven y reputado abogado de treinta años.
Eva deberá casarse con Brett Johnson Scott, un joven de veintiocho años, director de una importante multinacional.
Si ambas incumplen esa orden, quedaran fuera de la herencia, y todo el patrimonio pasara a ser definitivamente de Jack Stewart Jingle, no hay ningún heredero más.
Todo el poder entregado a Jack Stewart Jingle.
Está es la última línea de la carta.
—Pero ¡esto no puede ser! —grita Eva.
—¡Nos obliga a casarnos con un desconocido! —dice agitadamente y en colera Virginia.
Jack coge la carta de encima de la mesa, la dobla y guarda en el bolsillo de su camisa.
—¡Bueno, me retiro, volveré en una semana, para que me deis la contestación, pensadlo bien, es vuestra decisión!
Las hermanas se han quedado sin palabras, el silencio las envuelve,
sus rostros están pálidos, sus mentes en el aire.
—¡Recordar en una semana estoy aquí y espero esa decisión!
Se marcha cerrando la puerta sin más.
¿Qué decisión tomaran Eva y Virginia? ¿Acataran las ordenes de su padre? ...
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Editado: 14.09.2023