Eva mira con paciencia a Virginia, pero ya no puede más...
—Bueno ...y dime, ¿para qué te quería Jack?
—Regresa, nuevamente regresa.
Es lo único que le contesta, y nuevamente se queda callada, como sumergida en sí misma, refugiada en sus pensamientos.
—¡Virginia! Quieres decirme de una vez por todas, ¿qué te pasa?
—Regresa nuevamente Eva, ese hombre tan odioso, al que no tengo ganas de ver y mucho menos de hablar, es una sensación ,tan extraña la que siento dentro de mí.
—¿Viene el abogado, de New York? ¿Eso es, de lo que has hablado con Jack?
—Si, nuevamente aquí, no me lo esperaba tan pronto.
—¿Para cuándo, será la visita, del capullo ese?
—Hoy mismo, a las tres estará aquí, justo a la hora de comer, es un invitado, comerá en la mesa con todos nosotros y luego tendré que hablar con él.
—¿Hoy? Desde luego Jack, te podía haber avisado antes. Seguro que él, lo sabe desde hace más tiempo, estoy segura.
—Eso ya lo se Eva, pero Jack es de palabras cortas y dice las cosas cuando le interesa, va a lo suyo, te lo he dicho muchas veces, no me fio, ni me fiare, nunca de él.
—Yo creo que no es malo, en el fondo se ha portado bien con nosotras, está al margen de todo, y no se ha portado nunca mal, no puedes hablar así de él, no estoy de acuerdo contigo para nada.
—A mí no me cae bien, en eso no tenemos por qué coincidir, además tu estas loquita por sus huesos, eres una mujer enamorada, y como tal, estas ciega.
—Enamorada, pero no tonta, y si fuera malo, no lo defendería, antes que él, estas tú, que eres mi hermana. Jamás te dejare de lado por un hombre, ya sea Jack o sea otro. Tú, Virginia vas a ser siempre mi prioridad, te quiero, ¡muchísimo!
—¡Yo, también a ti Eva!
Las dos hermanas, se han leído la mente y se han levantado, para fundirse en un gran abrazo.
Mientras tanto en el rancho, ya está todo organizado, ya se ha colocado la mesa elegantemente, con un gran ramo de rosas en un hermoso jarrón cristal de bohemia. La vajilla al igual que la cubertería con el borde color oro, y la cristalería con unos adornos preciosos destaca en la gran mesa. La mantelería blanca, con las servilletas con un bordado color oro, con el nombre del rancho "El Dorado" lucen sobre la mesa.
La entrada al hall, esta imponente con unas grandes plantas, y el suelo de mármol brilla, como si fuera un espejo.
El personal está vestido, acorde al acontecimiento, Jack ha dado órdenes estrictas para que todo sea perfecto y todos estén vestidos para la ocasión, como si fuera una gran fiesta.
Eva y Virginia tambien han ido, a sus habitaciones para ponerse elegantes, aunque a ellas no les parece bien tanto revuelo montado, para un abogado, presumido, engreído y con grandes aires de ser. más que nadie.
Todos listos y todo minuciosamente preparado al detalle, tan solo falta el invitado.
Ya se oye acercarse a un coche, Jack saldrá a recibir a John Bradley, a la puerta, él más que nadie, no quiere volver a ver a ese ,ndividuo por el rancho.
Virginia no es la unica , que lo odia...
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Editado: 14.09.2023