Gabriel, Raguel y Uriel volaban sobre los pantanos de Nueva Orleans para poder encontrar a Belfegor; Uriel utilizando su Ojo del Ayer, rastreó la ruta que tomó Belfegor y dedujo que lo más probable es que use los pantanos para llegar rápido a la ciudad, por lo que únicamente tendrían que esperar para encontrárselo.
—Oye Uriel ¿de dónde conoces a la Sra. Irene? —preguntó Gabriel algo curioso.
—Me sorprendió verte tan asustado con su presencia —dijo Raguel burlándose de su hermano.
—Es una larga historia, fue hace varios años —dijo Uriel recordando un momento humillante—, y para aclarar no es que yo le tenga miedo, solo me siento incómodo con ella.
Uriel con su Tercer Ojo profetiza la llegada de Belfegor, le advierte a sus hermanos que se preparen para la batalla. Belfegor finalmente aparece levitando en su colchón, al ver a sus hermanos sonríe lleno de confianza.
—No pasarás de aquí Belfegor, no dejaremos que llegues a la ciudad —dijo Uriel en un tono desafiante.
—Me da mucha pereza luchar con ustedes —declaró Belfegor mientras realizaba algunos estiramientos en una pose de loto sobre su colchón—. Por suerte no seré yo quien los venza ¡Nictofobia: Sombras Perversas!
Una espeluznante aura de un color morado oscuro cubre a los tres arcángeles y sus sombras empiezan a cambiar, desde el suelo unos seres sombríos surgen, eran versiones demoníacas de los arcángeles, tenían la piel grisácea, con ojos rojos y sus alas eran solamente huesos.
—¿Qué clase de brujería es esta? —inquirió Gabriel, consternado por lo que estaba viendo.
—Es mi habilidad Nictofobia llevada a su máximo esplendor gracias a los frutos del entrenamiento y una constante meditación —reveló Belfegor rebosando alegría—. Dejaré que peleen con ustedes mismos, si me disculpan, tengo a algunos humanos que sumir en un sueño eterno.
Belfegor se aleja de la escena del combate y comienza una épica batalla entre los arcángeles y sus versiones malvadas, Uriel fue el primero en atacar contra su clon, estaban totalmente igualados en el combate cuerpo a cuerpo, Uriel se dio cuenta de que no solo eran idénticos en el estilo de combate, sino que su clon también tiene el Tercer Ojo por lo que no importa lo que hagan ambos ya sabrían lo que hará el otro. Uriel se fija en sus otros dos hermanos y se da cuenta de que a ninguno le estaba yendo bien en su respectivo combate, la pelea de las dos Raguel era un espectáculo de fuegos artificiales llenos de magia; los dos Gabriel tenían una épica batalla entre espadachines, con sus armas envueltas en fuego. Uriel sabe que esta pelea era una pérdida de tiempo porque jamás pararían de pelear con sus versiones malvadas, por lo que le grita a Raguel para que cree una distracción para poder escapar y replantear una estrategia para poder vencer.
—Luz divina de Dios, que tu brillo celestial ciegue a mis enemigos para que mis aliados puedan librarse de la maldad.
Una brillante luz deja ciegos momentáneamente a sus versiones malvadas y los tres arcángeles se retiran a un lugar seguro. Las sombras se enfurecen, parecen bestias salvajes a las cuales se les ha escapado una presa por lo que las persiguen para poder matarlos. En su pequeño escondite los tres arcángeles empiezan a discutir sobre un posible plan para enfrentarse a sus sombras.
—¿Alguna idea de cómo vencerlos? —preguntó Gabriel usando su Fuego Purificador como una especie de alarma para cuando las sombras estén cerca.
—Parece algo imposible, ellos tienen nuestros mismos poderes, nos cansaremos tanto que no podremos enfrentar a Belfegor —agregó Raguel preocupada por su situación actual.
—Tienen suerte de tenerme, mis queridos hermanos —dijo Uriel con mucha confianza—. Si estas sombras tienen nuestros mismos poderes, entonces también deberían tener nuestras debilidades. Veamos, mi mayor debilidad es que carezco de cualquier ataque a distancia, mis ataques son puramente de cuerpo a cuerpo; Raguel, tu debilidad es todo lo contrario, posees ataques a larga distancia y una gran resistencia, pero tu combate cuerpo a cuerpo es bastante malo... sin ofender; Gabriel, tu debilidad es tu falta de resistencia, si bien tu Fuego Purificador es una de las armas más poderosas del Cielo, una vez que activas tu Armadura de Fuego Celestial es solo cuestión de tiempo hasta que caigas sin fuerzas. Por lo que ese es el plan, explotar nuestras debilidades.
De pronto, el Fuego Purificador de Gabriel se torna de un color escarlata y eso es señal de alerta que provoca que los tres arcángeles se preparen para un segundo round con sus sombras. Cuando están cara a cara, Gabriel abre distintos portales para que cada uno pueda luchar uno a uno con su oponente.
El primero en luchar es Uriel quien se enfrenta a la versión malvada de Raguel, en la fábrica abandonada donde Gabriel y Shawn se habían enfrentado anteriormente al hellhound.
Uriel se valía de su Tercer Ojo para esquivar cada uno de los ataques que le lanzaba la versión malvada de su hermana, desde cuchillas de viento que cortaban de forma limpia todo lo que había en su camino hasta puños gigantescos de fuego. Una vez que acortó distancias con ella la atacó con un codazo en toda la mandíbula que la desorientó, adoptando una postura característica del muay thai, con los puños a la altura de la cabeza y el pie izquierdo ligeramente alzado sobre el suelo.