Sin café.
Lex
Solo me río negando. Nunca he visto a esta chica, pero sin duda tiene algo que llama mi atención.
Quizás sus ojos, Dios hasta ahora no me he topado con ese color..es fascinante.
Tal vez sus labios, gruesos y rosados.
Su sonrisa son de esas que te dejan de alguna manera hipnotizado. Puede ser.
O sus tetas, no puedo evitarlo, tengo ojos soy hombre y ella sin duda tiene unas buenas tetas.
Ella me dijo que tengo un buen trasero, pero al darse la vuelta...ella tiene todo bien. ¿A caso de verdad existe una persona así de perfecta?
Su trasero también es digno de admirar.
Voy hacia la señora otra vez, pensé que estaría enojada o algo. Pero es todo lo contrario, está hasta sonriendo...¿es normal quebrar algo y sonreír así?
—Mmm, bueno quiero pedirle disculpas de verdad no quise..—Pero ella habla.
—No pasa nada cariño, supongo que valió la pena esos platos rotos.—Lo dice mirando sobre mi hombro. Mis ojos siguen su mirada y es cuando veo a la chica pelinegra impresionante en una mesa observando su cuaderno con una taza de café.
—Ella ha pasado por aquí casi todos los días, pero nunca ha entrado hasta hoy claro. Pero su interés parece que estaba en nuestro chico Andrew.—Oh ella ya tiene ojos en alguien—Pero su camino al parecer cambió.—Dice riendo y se va a la cocina con la bandeja.
¿Tendrá algo?, desde que llegué su sonrisa no ha parado.Sin embargo, algo interesante dijo.
Ya nada, no hay café ni rosca. Tengo que ir a casa a pesar de que aún no deseo ver a mi...¿cuñada?.
Pero antes:
Agarro una servilleta y cojo un lápiz que llevo siempre en el bolsillo.
Pelinegra me debes un café.
Hasta la próxima.
Se lo voy dejando en su mesa al pasar por ahí sin regresar a verla hasta llegar a la puerta. Ella lee la nota y levanta la vista. Le sonrío. Y me voy.