Cierro con fuerza mis ojos y estrujo mi rostro, me siento muy frustrada justo ahora.
—Pensándolo bien creo que Ian podrá entenderlo—Observo ceñuda a Vanessa la cual se acomoda en su asiento. Estamos en el avión y solo faltan diez minutos para aterrizar en Canadá—Es qué... ¿Cantar con los huérfanos o cantar para Donatella Versace y muchas otras celebridades? ¡Es fácil!
Bufo
—¡No lo es! —Reniego—Le prometí acompañarlo, hemos estado mucho tiempo lejos por mi trabajo y cree que no me doy cuenta que le molesta cada vez que algo referente se interpone entre nosotros, pero lo noto—Muevo mis manos al aire mientras hablo—¡No soy tonta! Le va a super molestar cuando se lo diga. Ni siquiera me querrá cerca... es más—Entro en pánico y con voz temerosa suelto—Podría terminar conmigo
Vanessa me toma de manos y con voz calma dice:
—Hey tranquila, no entres en pánico, me averguenzas—Susurra mirando a su alrededor y yo la suelto—Nat, solo dile. Es lo mejor, seguro te va a apoyar como siempre.
La miro esperanzada. Ojalá y ese sea el caso.
*****
Abro la puerta del automóvil y me sorprende ver que mi casa este tal y como la recordaba, es como si nunca me hubiese ido. La fresca brisa me mueve el cabello y puedo sentir la paz y tranquilidad que mi hogar me da como recibimiento.
Sí que extrañé mucho las cosas que antes veía de manera insignificante, como que la puerta del pórtico mantenga una pequeña calcomania de automóvil en una esquina. Sonrío, porque recuerdo que Thomas la pegó allí cuando un pequeño y travieso Nick golpeó la puerta con la pelota de béisbol que le habían confiscado mis padres, y sí, le hizo un hoyo. También hay una tabla floja de los escalones, eso fue gracias a que le robé la bicicleta a Eddie y la quise bajar por las escaleras junto a Noah lo que, ninguno de los dos pensamos, es que uno de los pedales se atascaría en el escalón y la bicicleta se iría hacia adelante tirandonos al suelo. Me costó un diente.
Solo recordar los viejos tiempos con mis hermanos me hace sentir un cosquilleo en mi nuca y las amenazas de unas cuantas lágrimas. Giro el picaporte y una lluvia de gritos cae encima de mí junto a muchos abrazos. Mi madre es la primera en tomarme el rostro entre sus manos y sonreir mientras riega besos en mi cara como cuando era pequeña. Es apartada de pronto por mis hermanos, los cuales creo que no les he presentado.
Presidente de la empresa familiar, cabeza de familia, primogenito y el mas lloron de todos, Eduard Sawyer o Eddie. No deja de llorar mientras me apreta demasiado fuerte contra él, el castaño ya tiene sus buenos treinta y dos, pero sigue luciendo como un niño pequeño.
Thomas Sawyer por otro lado es un gran modelo de revista a nivel nacional, he intentado de convencerlo para que me deje ayudarlo e impulsarlo al mercado mundial, pero siempre reniega diciendo que quiere intentarlo por su cuenta. Ademas, es el que menos se parece a nosotros, es alto, delgado de tez broncea, castaño con pecas y ojos azules... ningun Sawyer salvo él tiene ojos azules.
Luego le sigue el par de dos, mejor conocidos como Nick y Noah, son gemelos y lo que tienen de iguales tambien lo tienen de diferentes. Nick estudia artes plasticas, le gusta todo lo referente a crear; esculturas de arcilla y cuadros son su fuerte. Noah por el contrario es más centrado en la ciencia espacial, fue becado hace tres años por la universidad Lethbridge y se ha mantenido sumido en sus estudios y por la distancia no nos visita tan frecuentemente, pero es un alivio verlo aquí.
—¡Cariño, no sabes cuanto te extrañamos! —Mi madre vuelve a abrazarme con demasiada fuerza
—Y yo a ustedes—Hago saber
—Enana sé que acabas de llegar, pero quiero que sepas que necesitaré como unos cincuanta discos firmados
Alzo una ceja cruzada de brazos observando a Nick con recelo.
—¿De nuevo estas vendiendo mi mercancia?
Sonrie indiferente. No cambia, mis ojos comienzan a moverse por el lugar buscando a una persona en especifico y no puedo evitar decepcionarme cuando no lo consigo.
Eddie me toma por los hombros y susurra
—Está en el garage
Como si no importara nada mas salgo corriendo a la puerta interna que conecta nuestra casa con el garage, la abro de golpe y sí efectivamente esta igual de repleto de personas como mi sala, pero en estos momentos mis ojos solo pueden centrarse en una sola. Un pelinegro de ojos cafe con un par de hoyuelos en su rostro gracias a su sonrisa, Ian abre sus brazos y sin pensarlo me le voy encima, sigue usando la misma locion de siempre y eso me fascina porque y fui quien se la regaló.
—Bienvenida a casa —Susurra escondiendo su rostro en mi cuello y aferrandose mas a mí—Te extrañé demasiado
—Y yo a tí—Le hago saber sonriente
Junto a Ian tenemos alrededor de dos años de noviazgo, mis hermanos antes solian prohibir a sus amigos acercarse a mí con fines amorosos, era como una de sus tontas maneras de protegerme de los de su raza. Ian ha sido mejor amigo de Nick y Noah desde la secundaria, por lo que crecí viendolo en mi casa y aunque ninguno de los dos haciamos el mas minimo esfuerzo por hablarle al otro, él siempre me cuidaba, al principio no le tomé importancia porque segun él mis hermanos se lo pedian, pero conforme fueron pasando los años, muchas cosas cambiaron. entre ellas el que su manera de cuidarme dejara entrever la realidad; estaba atraido.
Eso no lo supe sino fue hasta mucho tiempo despues en el que ya yo habia caido rendida por él, fue todo un caos al principio porque no queriamos decirle a mis hermanos, teniamos miedo de que no lo aceptarán y apartaran a Ian. Pero, cuando todo por fin se supo las cosas no fueron tan mal. Costo mucho tiempo de adaptación, pero mis hermanos han sabido aceptar la situación y están felices.
Ojeo el lugar, hay un gran cartel de bienvenida y junto a esto un gran grupo de personas los cuales reconozco como mis amigos. Incluso Vanessa quien en el aeropuerto se habia ido en otro coche para llegar a su casa.
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Editado: 02.01.2024