Abrió los ojos muy despacio, no sabía cuánto tiempo llevaba escondida. En cuanto cruzo la puerta de su casa, se fue directamente al cuarto de su madre y se escondió en el armario. Se había sentado en posición fetal, balanceándose hacia atrás y hacia adelante, con la cabeza inclinada. Había estado en esa posición todo el tiempo que había durado el ruido de batalla proveniente del bosque. Cuando se terminó, reunió el coraje suficiente como para abrir los ojos y salir, pero no había acabado de levantarse cuando escucho el sonido del cerrojo al abrirse, Helena se quedó paralizada mientras escuchaba unos pasos acercándose. Entonces la puerta se abrió de golpe.
Helena respiraba entrecortado, no podía ver quien había entrado en la habitación. Pero parecía estar buscando algo. La niña retrocedió hasta quedar cubierta por los abrigos. La persona se acercó y abrió las puertas del armario con sumo cuidado y fue entonces cuando pudo ver de quien se trataba y sinceramente estaba sorprendida.
—¿Mami? — Inquirió temerosa de cometer un error
Denise se abalanzó sobre su hija, la abrazo y la cargo. No le importaron las protestas de su hija, solo tenerla cerca y poder abrazarla. No quería volver a soltarla, no luego de lo que había sucedido.
—Nena, estas bien— estaba emocionada de verla sana y salva— y en casa.
—Si— exclamo— ¡Mami en serio te extrañe!
—Tranquila hija sé que fue horrible— al fin la dejo en el suelo— pero ya estoy aquí para protegerte.
— ¿Entonces lo sabes?— ¿cómo era que su madre lo sabía?— ¿sabes lo que paso?
—¿Saberlo? claro—Denise no veía lógica a tan extraña pregunta— todo el mundo sabe lo que paso.
—¿En serio? — le parecía que ella y su madre no estaba hablando en el mismo canal— ¿cómo?
— ¿cómo que como? por las noticias— ¿acaso su hija no había encendido la tele? — todo el mundo se enteró del tornado que azotaría New Hampshire— dijo recordando las noticias que habían hecho que volviera a su casa como loca— La verdad temía que pasara muy cerca de casa, no sabes cuánto me preocupe. Por cierto ¿porque no contestas el teléfono? llevo llamándote desde que salí del taller.
Así que era eso. ¡Su madre había vuelto por una amenaza de tornado, no por la horrible criatura de maldad que probablemente había destruido el bosque y.…! Ela! por Dios ella no se podía ir. Esperaba que estuviera bien, de lo contrario tendría cargo de conciencia por abandonarla.
—Lo siento— se disculpó luego de un largo silencio— No lo escuche.
— No interesa lo importante es que estas bien— su madre resoplo aliviada— todo está bien
—¿Nos iremos? — su madre era tan sobreprotectora que seguramente si sabía que había un "tornado" cerca se iría a refugiar en un bunker en la Antártida o en la espesura del Amazonas.
Pero su madre la miro con tristeza y le acaricio la cabeza, sin decir una palabra. Luego como tomando aliento suspiro y se arrodillo.
—No— dijo Denise mirando a Helena directamente— no nos iremos, no puedo pagar un hotel y estoy segura que todo el mundo tiene sus casas ocupadas con sus familiares que viven cerca de la zona de peligro.
—Tranquila ma, no pasa nada. Estaremos bien.
Helena abrazo a su madre. Sabía que tendría que estar asustada pero la verdad era que quería saber que era la cosa que había visto. Porque sabía que no era un tornado. Así que quedarse le representaba una ventaja, porque estaba decidida a averiguar hasta el último detalle por más oscuro que fuera, de las cosas raras que le habían empezado a pasar desde que conoció a Ela.
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amistad sin limites, magia blanca y oscuros poderes, lazos ancestrales y herencia de sangre
Editado: 19.06.2019