Capítulo 15.
Liam
Tengo que deshacerme de Keisy.
Es lo primero que cruza por mi cabeza y lo acepto como bueno y valido. Me tiene realmente cansado con sus estupideces e intromisiones a mi vida privada.
Igualada.
Rio sin poder evitar pensar que, si se escuchara lo que pienso, creerían que soy mujer.
Pero ese no es el punto, estoy desviándome del tema principal.
─ ¿Necesitas papel higiénico?
La pregunta de Miley logra hacerme recordar que esta del otro lado de la puerta, probablemente pensando que soy un idiota.
Me explico, sí sé que soy un idiota...pero ella no tiene por qué saberlo.
─Si te digo que sí, ¿Entraras a pasármelo? ─ Cuestione con diversión en mi tono.
─No seas asqueroso. ─ La escuché decir y casi puedo asegurar que arrugo la nariz mientras decía eso, anoche hizo lo mismo en varias ocasiones cuando alguna parte de la película le resultaba desagradable.
─Vamos a casarnos, probablemente me veas en peores situaciones. ─ Comente observando por unos segundos mi cara en el espejo, donde las ojeras comenzaban a notarse por el insomnio que había comenzado a visitarme.
─Ah sí. ¿Como cuáles?
Abrí la puerta del baño para poder observarla de frente, recién notando los llamativas que me resultan sus pestañas.
─Como mis borracheras...─Dije comenzando a enumerar con mis dedos mientras la veía de reojo.
─No voy a casarme con un alcohólico...─ Ataco girando los ojos con aparente fastidio. Aunque estaba seguro de que no era el caso. Sin pensar mucho en ello, continue:
─Cuando me sienta mal...
─No pretendo ser tu enfermera…─Murmuro con una minúscula sonrisa mientras clavaba sus orbes azules en los míos.
─ ¿Y qué tal cuando sienta dolor aquí? ─Cuestione señalando mi pecho.
─Supongo que voy a abrazarte y esperar a que te desahogues. ─ respondió sin apartar su mirada de mí, como si quisiera transmitirme algo.
¿Pero qué?
─ ¿No vas a intentar que me sienta mejor?
─Es necesario sufrir libremente a veces, te ayuda a superar la etapa. ─ Contesto sin inmutarse y yo por fin encontré en sus ojos aquello que intento transmitirme con su primera mirada:
seguridad
─Entonces, hazlo.
Y justo cuando sus delgados brazos rodearon mi cuerpo, deje de sentir la necesidad de fingir que todo estaba bien o de intentar guardar todo el peso en mí.
Por primera vez, terminaba dormido en la cama de una chica sin necesidad de tener sexo. Solo siendo escuchado, sin interrupciones, sin dramas, sin ese "estas exagerando" que tanto escuche en el pasado.
Solo...siendo yo.