Virginia Colt, Investigadora Privada

Cap. 12 Ave herida

Siguió un buen rato mirando la escena y tratando de responder sus preguntas, Paul la tocó:

—Debemos irnos, o no daremos la idea de que estuvimos en clase.

—No entiendo.

—Yo tampoco, pero el tipo se mandó a Grace y a tu tío, es mucho en un corto tiempo.

Virginia se detuvo:

—¿Eso consideras?

—No soy un asesino, pero es mucho para un solo hombre.

Eso perturbó a Virginia:

—Entonces fueron dos…

Meditó entonces en que debía revisar el reporte de la muerte de su tío, con respecto a las heridas.

—Si son el mismo tipo de heridas, hablamos de un mismo asesino.

Paul no quería decirlo, aunque inevitable:

—¿Y si son distintas?

—No sé…

Tenía mucho que pensar.

 

Pescada

Nidia fue a ver a su hija al colegio, deseaba esperarla a la salida para ir a comer con ella, pero mientras pasaban los estudiantes no vio a su hija por ningún lado.

Ronda salía con su grupo de Fifís y entonces al ver a la madre Virginia comentó:

—Virginia, sí que es una nerd, su madre vino a verla.

Una de las chicas comentó:

—Ronda, Virginia no vino a clases.

La mirada de Ronda se iluminó y caminó hacia la señora con mucha soltura:

—Señora Estévez.

—Ronda, querida, ¿cómo va todo?

—Genial—se cogió su cabello—¿Vino a buscar a Virginia?

—Sí, deseaba almorzar con ella.

Ronda sonrió y comentó:

—Tan linda, pero Virginia no asistió hoy a clases.

Todas asintieron, Nidia las miró sorprendida:

—¿Cómo es eso?

—Hasta reflexionábamos que estaba enferma y nos poníamos de acuerdo para irla a visitar, ¿verdad, chicas?

Todas dijeron que sí.

—Entonces… Bien—no sabía qué decir—voy a casa, puede que… Adiós, chicas.

Ellas la vieron irse preocupada y Ronda sacó conclusiones:

—Virginia anda en malos pasos.

—Y Paul tampoco vino…—acotó otra.

Ronda las miró a todas sorprendida, no se había dado cuenta por qué para Ronda las personas innecesarias no valían la pena.

—Esos dos tienen algo…

—Sin duda.

Ronda sonrió segura de poder usar ese asunto para molestar a Virginia.

 

Nidia estaba devastada, su hija la había engañado, caminó a casa olvidándose de su auto y llamó en el camino a su esposo:

—Virginia no fue a clases.

—¿Cómo dices?

—Nos engañó, no fue a clases, Dan—sollozó—nuestra hija se escapó de la escuela.

Eso preocupó a Dan que llamó a su hija, Virginia tomó la llamada:

—¿Dónde estás?

Miró a Paul atento a todo:

—Estoy en una excursión.

—¿De la escuela?

No deseaba mentirle a su padre y le respondió:

—Personal.

—Voy a ir a recogerte.

Virginia llegó al terminal y le dijo a Paul:

—Debes irte.

—¿Por qué?

—Si mi padre te ve, va a pensar que nos escapamos.

Paul se dio media vuelta y siguió caminando hasta ir a tomar un bus que lo llevara a casa, la joven limpió sus botas y se sentó a esperar a su padre que llegó en la patrulla.

Dan miró a todos lados y la vio sola y se acercó a ella:

—Virginia.

—Papá.

—¿Dónde rayos estabas?

—Hice una excursión…

—¿Sola?

—No fui lejos, papá.

—Tu madre está furiosa, no debiste hacer esto.

Dan intentaba controlarse delante de todos, la subió a la patrulla y la llevó a casa. Nidia daba vueltas en la sala, nerviosa, no se esperó que su hija hiciera eso.

Cuando la vio llegar le dio una cachetada que sorprendió a la joven:

—¡Estás loca! Escaparte del colegio.

Virginia miró sorprendida a su madre por su reacción, su padre intervino:

—Calma Nidia, ella fue a una excursión.

—¡No la defiendas! ¡Estoy harta de su actitud!

Dan se pasó una mano por su cabello, entonces le dijo a su esposa:




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