Arabeth.
—¿Y como os conocisteis? —preguntó Lindsey cómo quién no quiere la cosa mientras miraba unos leggings color negro y azul.
Yo estaba mirando muy fijamente los leggings color rojo y negro. Alcé la mirada hacia ella.
—¿Quiénes?
—Primero, Bolita y tu y segundo, Devid y tu.
—Bolita lleva conmigo desde que mi familia murió —dije sin filtros—. A Devid lo encontré tirado en el jardín delantero de la casa todo golpeado.
Lindsey me miró fijamente, yo no entendí porqué.
—¿Cuál es vuestra historia? —pregunté al cabo de un rato..
—¿De Jared y yo?
Asentí.
—Nuestros padres nos mandaron a la zona Sur cuando todo empezó. En ese entonces no era tan radical como ahora. Era más...liberal —vi como su mirada se perdía en sus manos rozando los leggings.
—¿Como es?
Ella me miró sin entender la pregunta.
—La zona Sur —aclaré.
Ella me miró con fijeza. Como si no entendiera mi pronta obsesión con saber sobre esa zona tan nombrada. Ni siquiera yo lo entendía, a decir la verdad.
—Es...bueno, con el anterior gobernante estábamos muy mal —dijo al fin—. Con el nuevo...estamos mejor, aunque nadie de esa asquerosa zona quiera admitirlo.
La miré extrañada.
—Entonces, ¿Porque si estabais mejor ahí, ahora estáis en la zona abandonada?
Justo cuando parecía que iba a responder, escuchamos tres disparos fuera d ela tienda. Saqué mi arma del cinturón y le di una a Lindsey.
Compartimos una mirada antes de que Lindsey agarrara una bolsa y metiera las botas y la ropa que habíamos elegido en esa.
—Tu ve a la tienda en la que estaba Jared. Yo iré en la que estaba Devid.
Ella asintió, no muy convencida. Yo agarré con más seguridad el arma y salí corriendo en dirección a la tienda en la que Devid estaba.
Analicé el sonido de los disparos y supe que vinieron de esa zona.
«¿En que estás metido, Devid?»
Corrí más rápido, al llegar vi a seis hombres vestidos de negro y un casco colocados en fila, uno de ellos iba diferente a los demás, tenía una camiseta sin mangas negra, varios bolsillos colgando de su pecho, dos pistolas en su pantalón. El pantalón era de cuero y muy ceñido a su cuerpo. Llevaba unos guantes y una cadena en el cuello, era pelirrojo. Pude verlo desde aquí.
Analicé la situación.
—¡Devid, sal ya! ¡No tengo todo el puto día! —gritó.
Detrás de él vi llegar a otros seis guardias, Lindsey y Jared iban con ellos.
No entendía nada.
Entonces me di cuenta de una cosa.
¿Porque Jared y Lindsey no están esposados?