Visión Mujer

El comienzo

Eran las seis de la mañana, Daniel tenía que ir de nuevo a la universidad. Odiaba ir a estudiar, pero iba porque había chicas muy hermosas ahí. Se levantó con tanta pereza para tomar un baño ―No pienso ir oliendo a desagüe ―se dijo mentalmente. Eso hubiera sido espantoso pensó también. Entró al baño y se quitó la ropa para tomar una ducha.

Se vistió y agarró sus cosas para irse. Se subió al auto sin decirle nada a sus hermanas y a su madre. Al padre le habló hasta para pedirle dinero y se fue muy amargado a la universidad.

Al llegar, ya lo esperaban sus amigos y algunas chicas. Él era el chico más popular. Daniel estacionó el carro y caminó hacia sus donde estaban ellos sacando un cigarrillo de su bolsillo y un encendedor. Sus amigos lo saludaron como siempre y las chicas se le pegaron rápidamente.

Empezaron a hablar de muchas tonterías; por ejemplo, cuándo iba a ver fiesta y cosas así, hasta que tocaron el timbre para entrar a clases. Mientras los observaba de lejos una chica extraña, a la cual, odiaba a Daniel por haberla ilusionado. Ella estaba cansada de que él, solo utilizara a las mujeres para tener relaciones y después las desechaba como si fueran basura.

A Daniel le tocaba entrenamiento de fútbol americano, así que se fue a los vestidores para ponerse el traje. Estaba solo ahí. Se acercó a los casilleros sin saber que alguien lo acechaba. Se colocó los pantalones cuando de repente sintió que una sombra pasó por ahí. ― ¿Quién anda ahí? ―preguntó, pero nadie contestó. Daniel le quitó importancia y siguió vistiéndose hasta que volvió a notar que pasaba una sombra―. ¡Dejen de bromear y den la cara! ―, sin embargo, no había respuesta. Entonces Daniel tomó un objeto duro para pegarle a quien le estaba jugando la broma y caminó por todos los pasillos; nada había. Entonces bajó la retaguardia y se dirigió hacia su casillero para terminar de arreglarse. De repente alguien le tocó el hombro.

― Pero, ¿qué diablos está pasando aquí? ―gritó y brincó del susto. Volteó y se dio cuenta que quién estaba ahí, era su ex novia Yolanda. Ella al ver su reacción se empezó a reír y Daniel se molestó―. ¿Cuál es la risa? ―, le preguntó serio. Ella no dejaba de reír. ― Hubieras visto tu cara, fue épico ―le dijo. Él se enojó y quiso ignorarla, pero ella lo detuvo―. ¿Qué es lo que quieres? ¿Que seamos novios otra vez? Eso no será posible Yoli―, le habló con un tono algo fuerte e intimidante.

― ¡Mira imbécil, ya me enteré que quieres acostarte con mi prima y eso no te lo voy a permitir! Eres un descarado, que ni a las mujeres de tu familia respetas y no sé qué te enseñó tu padre, pero yo no voy a dejar que toques a ninguna mujer, yo sólo vengo a advertirte que vas a pagar caro lo que me hiciste a mí y a un montón de chicas ―esa mujer estaba loca, pensó Daniel.

― ¿De qué hablas? Aquí no metas a mis hermanas a mi madre, el que no tenga buena comunicación con ellas, no significa que no las quiera y qué puedes hacer para impedir que disfrute salir con las mujeres y hacer lo que se me antoja ―habló con descaro y Yolanda se molestó demasiado hasta causar miedo en Daniel. Ella empezó a decir unas frases en un idioma extraño.

― Vas a lamentar haber dicho todo eso porque a partir de ahora serás una mujer como nosotras y hasta que aprendas tu lección, volverás a ser Daniel ― eso era ridículo para Daniel y se reía, pero sin decir nada más... Ella lo hechizó.

― ¡No inventes! ―fue lo último que gritó.

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"¿De qué le sirve a un hombre presumir haber tenido muchas mujeres si no ha sido capaz de mantener una a su lado?"

Eran las seis de la mañana, Daniel tenía que ir de nuevo a la universidad. Odiaba ir a estudiar, pero iba porque había chicas muy hermosas ahí. Se levantó con tanta pereza para tomar un baño ―No pienso ir oliendo a desagüe ―se dijo mentalmente. Eso hubiera sido espantoso pensó también. Entró al baño y se quitó la ropa para tomar una ducha.

Se vistió y agarró sus cosas para irse. Se subió al auto sin decirle nada a sus hermanas y a su madre. Al padre le habló hasta para pedirle dinero y se fue muy amargado a la universidad.

Al llegar, ya lo esperaban sus amigos y algunas chicas. Él era el chico más popular. Daniel estacionó el carro y caminó hacia sus donde estaban ellos sacando un cigarrillo de su bolsillo y un encendedor. Sus amigos lo saludaron como siempre y las chicas se le pegaron rápidamente.

Empezaron a hablar de muchas tonterías; por ejemplo, cuándo iba a ver fiesta y cosas así, hasta que tocaron el timbre para entrar a clases. Mientras los observaba de lejos una chica extraña, a la cual, odiaba a Daniel por haberla ilusionado. Ella estaba cansada de que él, solo utilizara a las mujeres para tener relaciones y después las desechaba como si fueran basura.

A Daniel le tocaba entrenamiento de fútbol americano, así que se fue a los vestidores para ponerse el traje. Estaba solo ahí. Se acercó a los casilleros sin saber que alguien lo acechaba. Se colocó los pantalones cuando de repente sintió que una sombra pasó por ahí. ― ¿Quién anda ahí? ―preguntó, pero nadie contestó. Daniel le quitó importancia y siguió vistiéndose hasta que volvió a notar que pasaba una sombra―. ¡Dejen de bromear y den la cara! ―, sin embargo, no había respuesta. Entonces Daniel tomó un objeto duro para pegarle a quien le estaba jugando la broma y caminó por todos los pasillos; nada había. Entonces bajó la retaguardia y se dirigió hacia su casillero para terminar de arreglarse. De repente alguien le tocó el hombro.



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En el texto hay: romance, moraleja, cambiodecuerpo

Editado: 28.07.2020

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