Vivencias de un ratón

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Este lugar parece ser una clase de barrio en el cual habitan familias que no cuentan con recursos para una vivienda digna, teniendo que resignarse a vivir como marginados entre basura y deshechos humanos. Para empeorar las cosas es un lugar en el cual se esconden algunas pandillas volviendo a la zona en un lugar de muy mala muerte. Damián no lo noto al inicio, pero incluso hay un olor bastante fuerte en el ambiente, un olor intenso que deja en claro que aquí las personas pueden abandonar el lugar y cruzar al otro lado del charco de una manera poco ortodoxa y sin que ellos lo deseen.

El miedo se apodera aún más de Damián. Mientras más mira y analiza lo que le rodea, más se da cuenta de que esté lugar esta bastante lejos de su hogar y que incluso es un mundo completamente diferente a lo que está acostumbrado.

Caminando con sus zapatos que muy apenas protegen sus pies evita en la mayoría de lo posible pisar o tan siquiera tocar el suelo. Le aterra pisar algo que podría causarle algún trauma de por vida.

-¿Porqué caminas asi?- le pregunta el adolescente que se identificó como si hermano.

-No quiero tocar el suelo con mis pies, es bastante asqueroso- se quejó Damián dando un pequeño salto para evitar un montón de basura.

-No mames, vivimos entre la basura y aún así te quejas por no querer pisarla.- El adolescente se burló de Damián viendo que el hacia lo posible para no ensuciarse aunque sus ropas ya estuvieran bastante sucias justo como todos los que viven aquí.

Todos aquellos desafortunados que viven aquí no son muy diferentes de las ratas, tienen que vivir en una comunidad para poder sobrevivir a las amenazas, e incluso así, tienen que cuidarse las espaldas de sus compañeros de madriguera para poder sobrevivir también. Aquí no hay ley, si alguien quiere matar a alguien puede hacerlo incluso si el origen del conflicto es por un simple pedazo de comida. Damián y el adolescente pueden considerarse bastante afortunados de que alguien no los atacará cuando comieron el plato con la mezcla rara.

Hablando de ese platillo, Damián en principio lo rechazo fuertemente, alegando que eso no es comida y que nada de eso entraría en su estómago, sin embargo, su cuerpo decía lo contrario, él decía que no importa que sea, incluso si son deshechos pero que eso debería entrar a su cuerpo para satisfacerse. Viendo los problemas que causaba Damián, el adolescente luego de reclamar que es lo único que comerán en mucho tiempo, forzó de manera violenta a Damián para que comiera incluso en contra de su voluntad.

El cuerpo de Damián forcejeo para evitar que eso entrara en el, pero la fuerza del desnutrido adolescente era mayor por lo que Damián no fue rival desde el inicio por lo que se vio a forzado a comer la comida, que por suerte no sabía mal, pero la mezcla de sabores le daba uno bastante raro y que causó ganas de vomitar en él pero tampoco pudo hacerlo por culpa de su acompañante mayor.

-Esa comida...¡No vuelvas a darme algo como eso!- gritó Damián en el suelo con lágrimas en los ojos, de sentía humillado y furioso, alguien a quien desconoce la acababa de dar comida basura y sus ganas de vengarse eran intensas

-Era lo único, y te aguantas.-Respondió de manera directa el chico.

Luego del escandalo del platillo el chico le dijo a Damián que debían volver a casa ya que estaba oscureciendo. Aunque el chico se burlara de Damián, sus pasos eran rápidos y volteaba a mirar de vez en cuando al Damián de paso lento por estar esquivando cosas. Incluso si el mismo no se percataba, el chico parecía estar bastante nervioso y de hecho lo estaba, en sus adentros se libraba una gran cantidad de emociones como si de una marea violenta se tratara. El miedo, la preocupación, la ansiedad y la confusión estaban abarcando toda la totalidad de su mente.

El chico tenia las ganas de decirle a Damián que corrieran a casa lo más rápido posible, pero la forma de actuar de él ha sido muy rara desde que lo dejo esperando cuando fue por comida. Su carácter parece haberse vuelto mas violento a diferencia de todo el tiempo, en el cual no oponía ninguna resistencia y aceptaba cualquier cosa que le ocurriera.

-Oye, ¿Por qué estamos corriendo?-preguntó Damián notando el aumento de velocidad en su forma de caminar, el chico comenzó a acelerar y para no quedarse atrás el mismo también aumento la velocidad de sus pasos aunque tuviera menos tiempo de reacción para no pisar algo que definitivamente no le gustaría.

-Tu ya sabes porque Raúl, aquí la cosa se pone muy fea de noche. Encerrémonos en la casa antes de que lleguen los malos a la zona.-Cuando dijo esto a lo lejos se pudo escuchar música y algunas letras que hablaban sobre temas bastante raros como drogas junto con el sonido de vehículos deteniéndose bruscamente seguidos del sonido de puertas de auto abriéndose y cerrándose.-¡No mames!¡Córrele!-

El chico de inmediato corre hacia una pequeña casa que parece ser un cubo de ladrillos cubierto con sabanas y cosas de ese tipo en las ventanas. Damián estaba confundido por el cambio repentino de conducta del chico ante los sonidos que pudo escuchar, el estado alterado del mismo lo puso nervio de que algo malo estuviera pasando.

-O-Oye ¿Qué esta pasando?¡¿Por qué corremos?!-exclama el angustiado Damián ignorando ya el pisar cosas asquerosas debido a la adrenalina. El sonido de los pasos desaparecen de los oídos de Damián cuando escucha el sonido de voces masculinas hablando en voz alta. Logra escuchar algunas de las palabras de mencionan aunque muy apenas debido a la distancia.




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