2 de agosto, año 2017
Alejandro corrió hasta el cuerpo de su hermana y lo abrazo llorando.
—No, por favor. Vos no —seguía diciendo una y otra vez, su princesita estaba con los ojos abiertos sin vida, nunca más la escucharía llamarlo ni cantar, no serían felices en otro lugar porque ella ya no estaba.
A unos pocos metros de Andrea se encontraba el cuerpo de Javier que seguía respirando, al ver esto Alejandro dejo con cuidado a su hermana y fue al lado de Beatriz que estaba junto a Javier.
—Ale — dice en voz baja el chico
—Por favor, vos no te vayas, quédate — Javier sonrió con los ojos llenos de lágrimas.
—Prométeme que vas a vivir —El menor al saber a qué se refería él chico empezó a negar con la cabeza, a su lado Beatriz lloraba. —por nosotros.
—Lo prometo —dice Alejandro con voz rota, Javier le dedicó la última miraba para después cerrar los ojos para siempre.
—Nos tenemos que ir —dice Luis llegando al lado de ellos.
Alejandro asintió y se levantó para ir al lado de su hermana y dejarla junto a Javier, así por lo menos descansarían juntos.
*****
—Tía ya estoy por tomar el avión— dice el chico mientras ve sus nuevos documentos y su boleto.
—Qué bueno, los espero— dice su tía contenta.
Alejandro al no poder decirle que iría solo, cortó la llamada y suspiro para no llorar mirando todo lo que podía del aeropuerto Maiquetía.
Con la mano agarró la foto de Javier que quiso devolver, pero Beatriz no lo permitió alegando que su hermano le había regalado la fotografía a él.
Cuando escucho la voz de una chica hablar por el megáfono diciendo su vuelo, tomó la pequeña mochila que le dieron con un solo cambio de ropa y se preparó para abordar el avión hacía su nuevo destino con una promesa por cumplir y sueños destrozados.
*****
Al llegar a buenos aires su tía lo había recibido con sorpresa al darse cuenta de que iba solo.
Cuando Alejandro llegó hasta ella lo abrazo con fuerza y él chico no pudo detener su llanto mientras le contaba todo lo sucedido a la única persona que le quedaba en el mundo.
Los primeros días no fueron fáciles, Alejandro recordaba cada dos segundos a sus padres, su hermana y a Javier Mientras se acostumbraba al vecindario y los alrededores de la casa de su tía.
Ahora se encontraba en su nueva habitación mirando el techo con lágrimas corriendo por sus mejillas.
—Perdón por no cuidarla — decía en susurros imaginando que hablaba con sus padres — lo intenté, juro que lo hice. —Termina de decir eso y agarra la fotografía que sabía con certeza, nunca dejaría — voy a cumplir la promesa y cuando nos volvamos a encontrar voy a contarte anécdotas de mi vida mientras miramos a Andrea jugar.
Guarda la foto en el cajón y se da vuelta intentando dormir. Las últimas palabras que suelta van directamente para Andrea.
—Te amo princesa.