Capítulo II. Mia Buitrago.

Ah sí. Todo fue por un proyecto que llevé a cabo con algunos compañeros del diplomado. Me encontraba atendiendo un stand de libros. Ofrecía libros a las personas que pasaban por el pasillo de la universidad…

Por alguna razón, una chica se quedó mirando el stand y yo le ofrecí algunos libros que podrían gustarle. A pesar de tantos libros que le mostré, no dijo ni una sola palabra.

(Ahora que lo pienso, parecía un bobo hablando y hablando sin recibir ni una sola palabra de ella).

No recuerdo si ella al final llevó un libro pero sé que al menos se fue un poco aturdida por la retahíla que le dí. (Quién sabe qué pasó por su mente en ese momento pero si estaba mal, la hice olvidar su entorno por un momento).

Ella se fue y yo seguí en el stand. Había mucha, mucha gente.

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Antes de entregarle el stand a mis compañeros, noté que un par de chicas se acercaban.

En eso las chicas se detienen en medio del pasillo pero una sigue caminando hacia mi. (Me tomó por sorpresa). Era la misma chica que no me dijo ni una sola palabra antes.

¿Por qué habrá vuelto? (Quizás se le olvidó algo), eso pensé. En eso ella me habla…

• Ella. ¿Me puedes dar tú número de celular?

• Yo. Yo… Si quieres te puedo dar el número de mi líder en el stand. Si es que te interesa un libro, con él puedes explorar un catálogo más…

• Ella. ¡QUIERO TÚ NÚMERO!

Pero qué grosera, no dejó que terminara de hablar y pide mi número como si nada… Ahora que me habló un poco, siento que ya nos hemos topado en el pasado… Qué sensación más extraña. (Eso pienso mientras ella hablaba)..

• Yo. Está bien.

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Al final se fue sin siquiera dar las gracias. Vaya que no me lo esperaba. (Qué chica más rara).

Me fui a casa pensando en lo que había pasado y noté una pequeña sonrisa en mi rostro. Una escasa sonrisa pero notoria.

Pensé que recibiría algún mensaje de WhatsApp pero no llegó nada, y claro… Sólo a mí se me ocurre pensar que alguien como ella se fijaría en alguien como yo. (Doy pena).

Qué chica más linda…

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Al día siguiente debía ir a realizar unas prácticas. En eso suena mi celular y veo que es un mensaje de un número desconocido.

• Desconocido. ¡Hola! Soy (Mia Buitrago). La chica que estuvo en el stand ayer y pidió tú número.

• Yo. Ah entiendo. ¡Ya te agrego!, ¿Vale?

• Desconocido. Mmmm, ¡Está bien!

• Yo. Bueno…

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Más tarde veo que Mía publica unos estados. Me doy cuenta que es su cumpleaños y decido felicitarla pero ella no volvió a responder en todo el día después que la agregué.

Igual no es que me importe. Estoy acostumbrado a ese tipo de trato. (Pensé mientras miraba las fotos de sus estados).

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Dos días después, ví que subió otra foto en la que salía un compañero con el que me gradué de secundaria. Me sorprendió un poco, así que decidí escribirle.

• Yo. Oye… ¿Lo conoces? Yo me gradué con él.

No pasaron más de dos minutos cuando ya me había respondido.

• Mia. Sii… Es un amigo. Yo también me gradué con él. Solo que éramos de salones diferentes.

• Yo. ¿En serio? ¿Eso quiere decir que nos graduamos del mismo colegio?

• Mia. Si. Eso parece…

(Ya decía yo que se me hacía parecida de algún lado, aunque no la recuerdo mucho y creo que nunca nunca intercambie palabras con ella).

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(Pasé mi descanso pensando en cómo la conocí). Es hora de volver al puesto de trabajo :(.

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Luego de una larga jornada de trabajo es hora de regresar a casa. Quiero llegar a tomar un baño, comer algo y seguir recordando a esa chica interesante…

Antes de salir de la empresa, reviso que todo esté en óptimas condiciones con mi moto.

Mientras manejo a casa me pregunto a mi mismo… ¿Qué será lo más importante para cada persona? (Supongo que cada persona tendrá un motivo por el qué vivir, ¿No? ¿Qué será aquello que me motiva? ¿Qué fue de mis sueños cuando era niño?

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Todo es tan diferente ahora que soy adulto, (Pienso mientras espero el cambio de luces en el semáforo con una expresión de tristeza profunda).

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Bien. Ya me puedo acostar tranquilo. Cumplí con mis obligaciones hoy. Quiero cerrar los ojos y pensar un poco en Mia. Quiero tratar de recordarlo todo.