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Extraño.

1 de Octubre 2030

Observé a mi -madre- que estaba sentada con la mirada en el televisor, era como una estatua que no hacía ningún movimiento y solo decía “basura” cada que algún programa no le gustaba.
Había llegado aproximadamente hace una hora y no había hecho nada más que eso.

Aparté la mirada hacia la ventana que se encontraba en el lado derecho de la cama en la que estaba acostada.
Era probablemente mediodía.
Se veía la parte final de algunos edificios, talvez estaba en uno de los pisos más altos, noté que no era una ventana, sino una puerta que llevaba a un pequeño balcón.

El sonido de alguien que tocaba la puerta me saco de mis pensamientos.

–Adelante– Dijo mi -mamá-.

Entró un señor y saludo con una reverencia.
–Buenas tardes señora Moon, soy el médico que está atendiendo a Juliet.

–Ah si, ¿Hay alguna noticia?– Dijo ella.

–Luego de checar los estudios, al parecer Ju tuvo una sobredosis de pastillas, por los antidepresivos y los calmantes. Todo esto se junto con el estrés y la dura vida que viven estos jóvenes, y más Juliet, que ha tenido está difícil vida por 10 años.

Alcé las cejas ante esto último...
¿10 años?

–¿Por ello perdió la memoria?– Preguntó la señora Moon, o mi madre.

–Ju estuvo... sin pulso por aproximadamente 30 segundos según los informes– Bajé la mirada, seguía sin entender –Es un milagro que estés aquí–. Dijo mirándome.

–¿Cuando podrá darse de alta?– Preguntó mi madre.

–Si empieza a mejorar, tal vez en unos meses.

–¿Meses?– Preguntó ella levantándose de su lugar.

–Si, necesitamos vigilar su depresión y ayudarla un poco para recuperar su memoria.

–Esta bien...–Respondió ella volviéndose a sentar.

–Hasta luego– Dijo el hombre y se despidió con una reverencia.

Entonces si yo estoy aquí, Juliet... ¿Está muerta? ¿O está en mi otra vida?

La -señora Moon- no volvió a decir nada.
Hubieron varios minutos en silencio.

–¡Juliet!– una voz femenina me saco de mis pensamientos.
La misma chica de cabello anaranjado de ayer me envolvió en sus brazos, mientras la pelinegra y la rubia hacían una reverencia a la mujer que dice ser mi madre.

–Hana...– Dijo la pelinegra.

–¿Estás bien Juliet? ¿Ya logras recordarme? Porfavor di que si.– Dijo “Hana”

–Hana... – Dijo la rubia acercándose a ella – Su mamá....

Hana miró a la que dice ser mi mamá y le mostró una sonrisa incómoda y se dirigió hacia ella.
–Buenas tardes señora Moon– Dijo mientras hacía una reverencia.

–¿Se van a quedar?– Respondió.

Las chicas se miraron y la pelinegra decidió responder.
–Si señora, estaremos aquí cuidandola.

–Perfecto, yo me voy– Recogió su bolso del sillón y las chicas hicieron una reverencia mientras ella se iba.

Nadie dijo nada, estaban de pie pensando en que decir y el silencio empezaba a molestar.

–¿H-Hola?– Dije apenada.

Hana se sentó a un lado de la cama.
–Entonces no recuerdas...

La pelinegra puso su mano en el hombro de Hana y empezó a hablar.

–Nosotras te ayudaremos a recordar cielo.– Dijo amablemente –Me llamo Yuna, ella es SeRa– dijo mientras la rubia se acercaba y me saludaba con la mano– Y ella es Hana– Dijo llevando la mirada hacia la chica de cabello naranja– No hay un “rol” específico de nosotras, hacemos de todo... Sobre todo tu; eres vocal principal, bailarina, rapera, ayudas con la letra y con la producción de las canciones.

–Perdón.– Dije tristemente

–No pasa nada– Dijo SeRa cálidamente – Nuestro tour finalizó ayer, ahora tenemos un mes de vacaciones. Creo que para ese entonces vas a recordar.

–Tal vez...

–Bueno voy por comida,debes estar hambrienta, acompáñame Hana– Dijo SeRa –No tardamos– finalizó y se fue.

Pasaron algunos segundos, Yuna estaba sentada en el sillón viendo su celular cuando frunció sus cejas.

–No tardo cielo, ahora vuelvo– Y salió de la habitación.

Me quedé sola, de nuevo.
No podía ni siquiera pensar, sentía una horrible inquietud.
Mi mirada se dirigió hacia la puerta, y vi como la manilla de esta estaba hacia abajo, como si la fueran a abrir.

–¡Adelante!– dije lo más alto posible, pero no hubo respuesta.

Me dirigí hacia la puerta. 
–¿Quién es?- pregunté mientras me acercaba a la puerta.