Vivir Sin Ti

NOVELA COMPLETA

 

 

VIVIR SIN TI

Por Ileana Rodríguez Valdez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Por qué me olvidaste…

…si tenía la sangre roja y el corazón a la izquierda igual que tú?

El Che

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A ti… mi madre hermosa, mi principal admiradora, a quien le debo más que la vida, la que siempre creyó en mí, la que me empujó a escribirme para así poder descubrirme, la que me enseñó que toda belleza… viene desde dentro del corazón.

 

 

 

 

 

 

SAN FELIPE Y ERNESTO

 

Esa tarde en San Felipe; un municipio ubicado al noroeste del estado de Guanajuato, el más grande en extensión territorial y con una antigüedad de más de cuatrocientos años, famosa por su “Casa de Hidalgo”, ya que fue donde vivió el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla por diez años; un grupo de motociclistas irrumpió en la tranquilidad con que se vivía ahí en San Felipe, y comenzó a reunirse alrededor de la plaza principal.

La mancha negra que se formaba a causa del color de las motocicletas y de la vestimenta de sus conductores y acompañantes, era imposible dejar de mirarla. Cada que alguno se quitaba su casco de seguridad, mostraba una inmensa sonrisa de satisfacción causada por el placer que les otorgaba el haber llegado a su destino. Hablaban español por lo que quizá serían de otros estados del país.

Tabita observaba fascinada los gestos y confidencias que el grupo de motociclistas realizaba, y comenzó a soñar con esos lugares por dónde quizá debieron andar en sus travesías. Ellos eran libres y vagaban por el mundo descubriendo todos esos tesoros que Tabita pensaba, fuera de San Felipe, existían.

—Tabita, deja de mirar hacia afuera y continúa con tu trabajo.

El sonido de la voz de su madre la trajo de vuelta a su realidad. Tabita era una hermosa jovencita de diecisiete años, su tesitura era de un moreno claro luminoso, su abundante cabello castaño lo llevaba largo hasta la cintura, el cual, al final se ondulaba en unas caprichosas espirales, sus ojos hermosos y tremendamente expresivos estaban llenos de una singular melancolía distribuida entre los tres tonos de café con que se pintaba su iris, sus labios eran muy carnosos dotados naturalmente de un tono coral que hacía parecer como si acabase de llegar de la playa, situación que en su infancia le causó una serie de burlas hacia su boca entre sus compañeritos de escuela, aunque quizá la burla provenía de la tremenda envidia que les provocaba esa belleza tan exótica con que Tabita contaba.  

Tabita y su viuda madre, atendían un turístico y tradicional cafecito ahí frente a la plaza, con el cual se mantenían económica y satisfactoriamente. Era un lugarcito muy acogedor y brindaba una preciosa vista hacia la iglesia y plaza en cualquiera de los dos pisos con que contaba el local. Ofrecían desde desayunos hasta deliciosas cenas, las cuales se servían en la parte de arriba, ya que contaba con una excelente terraza donde por las noches, un grupo de trova amenizaba las veladas de bohemia.

Era muy famoso entre los turistas y doña Josefina, su madre, era el alma del lugar. Tabita no se explicaba cómo ella podía encargarse de las compras, supervisar la cocina, ser la cajera y administradora del lugar. Por eso Tabita amaba ayudar a su madre, a quien admiraba muchísimo, asistiendo las mesas del café, trabajo que realizaba desde que salía del bachillerato al mediodía y se quedaba hasta antes de servir las cenas. Su madre era la que esperaba hasta que cerraban.

En la parte posterior del café-bar llamado “El Che” por la gran admiración que su madre sentía por el argentino revolucionario Ernesto Guevara, se encontraba su casa, a la que podían acesar por el cafecito o por la calle lateral del mismo. Era amplia y antigua, de techos altos y paredes de sillar. En el patio posterior por donde se unían casa y café, había un pozo de agua antiguo, en el cual estaba inscrito que Don Benito Juárez, en su paso por Guanajuato hacia el norte, se había detenido en esa morada y había bebido agua de ese pozo. Tabita se sentía muy orgullosa cuando a los turistas les relataba esta historia y más cuando ella misma salía a fotografiarlos junto al emblemático pozo.



#23387 en Novela romántica

En el texto hay: tristeza, amor, tristeza drama

Editado: 24.07.2021

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