Volando al Viento [ Genshin Impact ]

Capítulo 24. Escuchar todas tus historias

Capítulo 24
Escuchar todas tus historias

Chisato se retiró poco después de ello. No había mucho más de qué hablar una vez que lograron acordar lo que la hija del clan Hiiragi requería, y además de que se verían al día siguiente. Ayaka aún no sabía bien cómo sentirse con respecto a esa “salida de chicas” que acababan de pactar, y en especial le inquietaba un poco tratar a Kujou Sara en un ambiente más casual al que solía verla. Aunque al mismo tiempo le causaba cierta curiosidad. ¿Cómo se comportaría la hija adoptiva del clan Kujou en ese tipo de situaciones? ¿Cómo debería de comportarse ella misma en ese tipo de situaciones?

Igual quizás no tenía que romperse mucho la cabeza con ello. Después de todo, su función principal sería servir de algún tipo de intermediaria entre Chisato y Sara, y en eso tenía un poco más de experiencia. Y como fuera, tenía al menos hasta el día de mañana para pensar y decidir su estrategia. Por lo pronto, debía dejar ese asunto de lado y enfocarse en otra cosa.

Al ingresar de nuevo a la casa de té, se sorprendió un poco al percibir ésta bastante callada. Taroumaru tampoco se encontraba sobre la barra del recibidor, lo cual era extraño, pero tampoco algo del todo preocupante.

Se encaminó rápidamente hacia la misma sala en donde había dejado a Kazuha y los demás. La puerta estaba abierta, y cuando se asomó al interior, le sorprendió un poco sólo ver al joven Kaedehara, sentado al otro lado de la mesa. El muchacho alzó su mirada hacia ella en cuanto notó su presencia.

—¿Dónde están Thoma y tu amigo? —preguntó Ayaka con curiosidad.

—Creo que Tama y el perro de la entrada están peleando de nuevo —indicó Kazuha con voz bastante calmada—. Aunque sospecho que fue una maniobra de Tomo para dejarnos solos.

Un muy ligero rubor se pintó en las mejillas de Ayaka al oír eso. En efecto, estaban solos. Y considerando lo que iban a hablar, era mejor así. Aunque le extrañaba un poco que todo estuviera tan callado si era que Taromaru y Tama estaban haciendo de las suyas por ahí. Pero confiaba en que Thoma se encargaría de ello diligentemente.

—¿Todo salió bien con esa persona que vino a verte? —preguntó Kazuha con interés.

—Sí, todo está bien, descuida —respondió Ayaka escuetamente. Ingresó en ese momento al cuarto, cerrando cuidadosamente la puerta; ahora sí, en verdad estaban solos—. Si estás de acuerdo, quisiera poder hablar contigo… del otro tema.

—De lo ocurrido anoche, ¿no es así? —comentó Kazuha de forma directa, tomando un poco por sorpresa a Ayaka el que pudiera mencionarlo con tanta naturalidad. Igual la Kamisato mantuvo la serenidad, y sólo asintió lentamente como respuesta.

Ayaka se sentó en el suelo delante de mesa, justo enfrente del puesto de Kazuha. Adoptó de inmediato una postura firme, con su espalda recta, su rostro sereno y sus manos delicadamente posadas sobre sus piernas. Aquello había sido un acto involuntario, pues era una postura que tomaría ante cualquier funcionario o representante de las tres comisiones; incluso ante Chisato hace un rato. Pero no estaba segura de qué postura debía tomar ante Kazuha exactamente. Él se veía de hecho bastante más relajado.

Notó en ese momento que la mesa estaba vacía. Al parecer ya habían recogido todos los platos del desayuno. Esto le hizo darse cuenta que de hecho tenía un poco de hambre. Sólo había desayunado hasta ese momento el té que se tomó con Chisato, y ni siquiera lo habían acompañado de algún bocadillo.

—Yo… —balbuceó el espadachín vagabundo de pronto, captando de golpe la atención total de Ayaka. Kazuha tenía su cabeza agachada hacia ella con respeto—, me disculpo si lo que hice y dije te incomodó o molestó de alguna forma. Te aseguro que desde que te vi de nuevo, lo que menos he querido es importunarte. Pero... si puedo ser honesto, la verdad es que no me arrepiento de haberlo hecho.

Ayaka no pudo evitar sobresaltarse un poco ante esas últimas palabras; de nuevo, bastante directas.

—Esa es… demasiada honestidad.

—Me disculpo también si eso te resulta penoso —se apresuró Kazuha a añadir—. Sé cómo son las cosas en los grandes clanes; las viví de primera mano. Sé que hablar directamente de lo que se piensa o se siente es de cierta forma mal visto, y por lo tanto uno siempre debe estar atento a cualquier paso en falso que dé. Pero yo nunca he podido ser de esa manera.

—Lo sé, lo recuerdo bien —señaló Ayaka, recordando que precisamente había pensado en ello hace un rato mientras hablaba con Chisato.

Kazuha prosiguió:

—Y es por eso que no quiero adornar lo ocurrido, minimizarlo o mentir al respecto.

Alzó en ese momento su rostro de nuevo, fijando sus profundos ojos carmesí en ella. La intensidad de su mirada volvió a ser que Ayaka se sintiera un poco intimidada, pero mantuvo la templanza lo mejor posible.

—Lo que dije ayer es en serio. Nunca he sentido con alguien más lo que tú sola presencia me hace sentir, incluso en este momento. Es algo que no soy capaz de poner con palabras simples, pero ese beso fue mi forma de exteriorizarlo. Fue un acto sincero, del que no me avergüenzo o arrepiento, excepto si acaso te provoqué algún mal con él sin darme cuenta.

Aunque Ayaka se esforzó de sobremanera para mantenerse calmada, podía sentir claramente como todo su rostro se había pintado de un rojo intenso, hasta las orejas. Su corazón igualmente se aceleró ligeramente, y sintió su boca un poco seca. La honestidad de Kazuha había sido bastante más de la que esperaba, pero… no le molestaba, en realidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.