Volver a amar

Capítulo 4 "¿Otra vez tu?"

Ganamos el partido y como le prometí a mi primo asistire a la fiesta invitamos a Isaac y Aarón.
Ian me indica el camino, es afuera de la ciudad; tras conducir por una carretera al rededor de treinta minutos mi primo dice que gire a la derecha.
-espero no sean solo niñas- dice Isaac
-no, de hecho van mujeres de todas las edades incluso mayores que nosotros- responde Ian.
-eso es bueno- comenta Aaron
-¿de que te alegras? Tu solo buscas chicas de cabello negro similares a Emma- bromea el castaño.
-no hables demasiado, tu escoges rubias que te recuerden a Sarah- ataca el peli negro.
-¿se refieren a Emma y Sarah que creo?- cuestiona mi primo sorprendido. Yo asiento sin despegar la vista del frente.
-son dos gotas de agua- se burla Isaac, recordando el momento en que Aaron se lo dijo a Irene - y luego comenzaron a salir-
-y tú te comes a su hermana - contraataca Aarón, ya que Isaac tiene sexo casual con Erin la hermana de Sarah.
-ya basta- interfiero, no me agrada que hagan esos comentarios, primero porque ellas son mis amigas y las respeto y segundo porque son pareja de mis brothers y no me parece leal que hablen de ellas como 'cualquier chica' . Mi primo niega divertido.
-no me lo creo- socarronea -hay millones de mujeres y justo se fijan en las chicas de sus amigos- niega sonriente.
-ya no eches más leña al fuego- digo.
-en mi defensa yo la vi primero- habla Isaac. Todos reímos ante su comentario.
-es aquí- indica el rubio, giro a la izquierda y atravesamos una tranquera, seguimos un kilómetro más por el mismo camino hasta que vemos las decenas de vehículos aparcados. Logramos encontrar un sitio donde estacionar. Bajamos y caminamos hacia la multitud de personas.
Muchas de ellas ya se encuentran ebrias aunque apenas son las dos de la mañana. Volteo a ver a Aarón e Isaac quienes caminan detrás, el pelinegro encuentra una Morena para entretenerse. Los tres reimos al verlo, unos pasos más adelante perdemos al castaño. Solo quedamos mi primo y yo.
-vamos por un trago-grita. Yo asiento, la música suena fuerte y es casi imposible hablar pero logro entenderle. Nos acercamos a una mesa repleta de vasos rojos que contienen bebida alcohólica, escojo uno doy un trago es vodka con speed.
-esa que está allí- dice Ian señalando con el mentón a una chica de cabello castaño- es Sami una compañera de la universidad, no sabes las ganas que le traigo- da un trago a su bebida.
-ve con ella- le digo. El me mira nervioso
-¿tu crees?- responde
-claro, a lo mejor es tu oportunidad- lo motivo. Ian sonríe
-bien, nos vemos al rato- camina en dirección a la castaña. Yo miro en todas las direcciones esperando encontrar a alguien que llame mi atención, por obvias razones solo estoy con chicas de cabello ondulado, aunque ninguna se asemeja a ella ¡Leslie era perfecta!
Giro sobre mis talones y choco con alguien, mi camisa negra se impregna de vodka
-¡mierda!- exclamó. Levanto la vista de mi prenda y veo que es una chica
-¡lo siento!- dice ella. Nuestros ojos se encuentran y los conozco, los vi antes. Las luces de neón resaltan el café de su mirada
-¿otra vez tu?- digo indignado
-veo que acostumbras a chocar- responde.
-tu me chocaste- la corrijo. -yo ni siquiera me moví de éste lugar-
Una chica peli negra se acerca a nosotros
-Ally te estaba buscando- dice exagerando preocupación. Me mira y luego vuelve la vista a su amiga- ¿se conocen?- cuestiona.
-¡no!- respondemos al unísono. Ella frunce su entrecejo sin entender.
-èl me chocó- dice Allison
-¿disculpa?- farfullo
-si te perdono- replica. Yo elevo mis cejas, me cuesta creer su cinismo.
-soy Leah, mucho gusto- estira su mano aun estuperfacta.
-Anthon- repito el gesto hasta estrecharlas.
-vamos- dice Allison jalando su brazo, ambas caminan hacia la mesa donde se encuentran las bebidas, cogen un vaso y beben un trago. La chica de cabello naranja viste un pantalon y un top ambos en color negro, tiene un piercing en su ombligo. El día del accidente vestía ropa holgada, escondiendo las curvas de su cuerpo, no puedo dejar de mirarla. Ella voltea y me pilla viéndola, levanta su dedo del medio y me da la espalda nuevamente. Yo niego divertido ante su infantil actitud.
Sigo bebiendo unas horas más, mientras bailo con una chica de cabello rubio. Ella me restriega su trasero, a unos pasos veo a Allison totalmente ebria intentando caminar pero se tambalea y no se cuanto pase sin darse un golpe. Un tipo se acerca a ella y la toma de la cintura aprovechándose de su estado. Camino en su dirección sin siquiera entender porque lo estoy haciendo.
-¡suéltala!- le ordenó. Él tío está bastante ebrio
-¿por que?- me confronta
-porque yo te lo digo- le hago frente. Intenta mantenerse de pie pero en su estado lo tiene difícil. Lo empujó advirtiendo, trastabilla pero no cae. Da la vuelta y se aleja, agradezco mentalmente de que no sea un alcohólico pesado. Giro a ver a la chica
-¿estás bien?- le pregunto. Ella esta recargada en una pared y asiente sin mirarme -¿dónde está tu amiga?- cuestionó buscando hacia ambos lados.
-no ... yo no se... donde.. don...de esta - hace silencio como si pensara en como continuar la oración. Esta peor de lo que imaginé. Me acerco un poco más y paso su brazo por encima de mi hombro -te llevaré a casa- digo. Aunque se que no entiende. La tomo de la cintura y la llevo al coche. Quito la alarma y abro la puerta, llevo el asiento de copiloto hacia atrás y la acuesto. Antes de marcharme regreso a avisarle a los chicos. Logro encontrar a mi primo, le informo que regresaré en un par de horas. Él me dice que no es necesario, que les avisara a Isaac y Aarón y se las arreglaran para volver.
Subo al carro y encaminó a la ciudad, observo a mi acompañante quien duerme plácidamente.
No recuerdo su dirección, miro la hora son las cinco y treinta. Allison se remueve en su lugar, de repente abre los ojos
-¡mierda!- exclama llevando una de sus manos hasta la boca
-¡no vayas a vomitar!- digo al mismo tiempo bajo al arcén y detengo el vehículo, lo rodeó rápidamente y la ayudo a bajar. Se inclina hacia delante mientras devuelve todo el alcohol ingerido le sostengo el cabello. Al terminar se sienta en el borde de la carretera, camino hacia el auto y tomó una botella de agua, siempre acostumbro a tener una por si acaso. Se la extiendo, ella la coge sin decir nada, se enjuaga la boca y luego da un largo trago. Le entrego un caramelo de menta, ella me mira sorprendida pero también lo toma sin decir una palabra 
-debemos seguir el viaje- le informo. Se pone de pie y sube. Ambos abrochamos el cinturón, después de conducir los minutos más interminables de mi vida llegamos a la ciudad. Allison estas más lucida, me indica el camino a seguir hasta dar con su casa.
Al llegar estaciono frente, de un movimiento rápido cae su cartera.
-deja te ayudo- digo.
-no es necesario- responde. Recoge las cosas que han caído y abre la puerta dispuesta a bajar. Camina hacia la entrada principal, busca en su bolso la llave pero no logra dar con ella. Bajo a ayudarla, sin resistencia alguna permite que lo haga. Tras encontrar el diminuto objeto abro la abertura. Ella entra, aunque no me invita la sigo para devolvérsela. Se sienta sobre un pequeño sofá, por dentro la casa es muy acogedora además de bonita, todo está perfectamente ordenado y huele a limpio.
-toma - Allison coloca la mano y allí la deposito.
Doy la vuelta para retirarme
-¿me crees una inútil verdad?- cuestiona. Quitandose las sandalias
-no, pero el alcohol altera los sentidos- respondo.
-¿tu no bebes?- inquiere
-si, solo que cuando soy el conductor designado me abstengo un poco- respondo aunque tras decirlo a mi mente viene el accidente, esa noche tomé más alcohol del que debía. Una vez más el sentimiento de culpa se hace presente. -me voy, nos vemos- me despido. La chica solo me observa confundida. Sin más salgo de allí; conduzco hasta el cementerio, bajo y me acerco al gran portón el cual está cerrado, doy un fuerte golpe con mi pie a las rejas.
-¡lo siento Les!- grito a todo pulmón -te extraño tanto, te necesito, te amo- en cada palabra mi voz pierde intensidad. Me dejó caer de rodillas, levanto la cabeza observo el cielo como si así encontrara alguna respuesta o tranquilidad. -no puedo dejarte ir, no puedo borrar tu imagen, tu sonrisa; Todo en ti era perfecto. ¿Por qué no estás aquí?- una vez más me encuentro llorando sin consuelo.
Después de patalear y ahogar en gritos mi dolor decido regresar a casa. Antes de acostarme le envió un mensaje a Ian preguntándole si necesitan que regrese por ellos. Responde a los minutos que no es necesario. Sin más tiempo que perder me acuesto y cierro los ojos con fuerza. Antes de caer en un sueño profundo la veo a ella frente a un espejo peinando sus perfectos tirabuzones, al verme sonríe y puedo jurar que es la sonrisa más bonita que veré jamás. Poco a poco todo se vuelve oscuridad. 



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En el texto hay: mentiras, conflictos, amor

Editado: 15.10.2021

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