Volver A Amarte

Cálidas Brisas 4

Caminamos así, juntos hasta llegar a lo que parecía una plaza. Todavía se encontraban algunas personas mayores y otras eran simplemente parejas pasean de noche. La luz era tenía, pero aun así podía apreciar lo bello del lugar, tenia hermosos y alto arboles que adornaban sus esquinas y flores preciosas.

–Este lugar es hermoso – miro las demás personas pasar por el lugar.

–Así es, me hubiera gustado poder verlo a la luz del sol.

–Pienso lo mismo – miro una banca vacía de la plaza y le hago justos a Luka para que se siente a mi lado.

Miro la calle, como las personas va y viene sobre la acera, como los autos pasan. Para cualquier persona estos detalles son plenamente insignificantes, pero para alguien que le a tocado estar sumergido en la soledad, en la angustia del momento, cada detalle vale demasiado, poder aprecia con otros ojos cada momento que trascurre alrededor de ti, te demuestras que a pesar de que te encuentres solo, sigue un mundo a tu alrededor y, sobre todo, una vida la cual también avanza sin ningún permiso.

Siento la pesada mirada de Luka y lo encaro.

–¿Tan hermosa soy para que no apartes tu mirada de mí?

–Eres preciosa – medita un momento sus siguientes palabras – He estado mucho tiempo sin apreciarte, sin admirarte y ahora que tengo el momento, no me perderé tal placer.

Aparto mi mirada de su persona y miro a la calle nerviosa.

–No deberías decir esas cosas.

–¿Por qué? Esta bien ser sincero – pienso mis palabras y lo confronto.

–Me confundes – una pequeña sonrisa se asoma en sus labios.

–Siempre te he confundido, desde que éramos adolescentes – es cierto, y por inercia me acuerdo del momento del diccionario. ¿Qué acaso no podía ser más inteligente? Como se me ocurre sacar un diccionario cuando estudiábamos matemáticas.

Miro mis manos – Eso era diferente.

–Claro que no Alice – pone una mano en mi mejilla y gira mi rostro en su dirección – Sigue siendo dentro de ti la niña asustadiza que es escondía detrás de los estantes a acosarme – instintivamente mis mejillas se calientan.

–¡Claro que no!

–¡Claro que sí!

–Que no

–Que si

–He dicho nooo

–¡Bésame! – lo miro, a ese profundo mar de negro. Posa una de sus manos en mi mejilla y atrae mi rostro para acercarse a mis labios y plantar un suave beso.

Quedo un momento paralizada, pero de inmediato recobro el sentido. Trato de seguir el beso, de no pensar más y de aceptar que lo quiero y que disfruto todo lo que venga de él. Lo atraigo más a mi y trato de profundizar el beso y sus manos se colocan a cada costado de mis mejillas. Al pasar del momento trato de terminar el beso por falta de aire.

–Alice…

–No digas nada – lo miro fijamente – A sido perfecto.

Una hermosa sonrisa se asoma en sus labios – A sido más que eso, ha sido increíble.

–Si, ha sido increíble – alejo mi vista de su bello rostro para seguir mirando a la calle y las personas que todavía transitan por ella. Una parte de mi se siente realmente feliz.

–Se que no debo presionarte – me volteo para quedar justo a frente de su rostro y plantarle un rápido beso.

–No lo haces, no lo haces porque en este instante me haces feliz – lo atraigo hacia mi y lo abrazo, para hundirme en la curvatura de su cuello – Por favor, sigue haciéndome feliz.

–Cariño – me aleja de el y me toma por mis mejillas – Mi propósito contigo y conmigo es hacernos felices, pero al parecer la vida nos gana siempre poniendo otras circunstancias enfrente, no puedo prometerte poner un camino de rosas, porque siempre existes en los obstáculos, pero si te prometo estar en ellos para ayudarte a sobre llenarlos.

Eso necesitaba escuchar, tan solo eso para poder confiar en él, para poder confiar en el tiempo, en nuestro tiempo. Nada nunca es perfecto, todo el camino de nuestra vida es como atravesar un bosque sin luz, oscuro y lleno de sonidos extraños. Pero todo siempre es mejor teniendo a alguien al lado, alguien que a pesar de lo asustado que te encuentres, se pueda asustar contigo o ser en quien te apoyes cuando el recorrido se vuelva difícil de caminar. Desdés un principio de nuestro tiempo, Luka se había convertido en mi sostén, en lo cual podía apoyarme, y el saber que de nuevo esta junto a mí, de la manera que deseo, me hace sencillamente feliz.

–Volvamos a la habitación cariño, creo que la temperatura está bajando aún más.

–De acuerdo.

Íbamos en el camino como dos adolescentes enamorados, como los niños que la vida no nos había permitido ser. Cuando llegamos a la habitación nos quitamos los zapatos y con el frio del mármol empezamos a bailar, así sin música, sin una gota de luz, solo con la claridad que el balcón abierta nos dejaba. Nos tomamos una o dos botellas de vino, había perdido la cuenta en cada momento que Luka sonreía para mí, era precioso. Creo que ninguno de los dos habíamos disfrutado de nuestra compañía de esta manera, de una manera totalmente sincera, solo siendo nosotros dos. Y es que nos habíamos acostumbrado a la soledad, solo viviendo con el recuerdo del otro, en este momento todo eso había quedado en el pasado, ahora nuestro futuro éramos nosotros, solo nosotros y nuestros corazones.



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En el texto hay: trabajo, romance, vida

Editado: 17.08.2020

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