Lena.
No llame a Cárter.
Y no por que yo no quisiera, es que no quiero dar explicaciones, nunca pensé que la casa de Nathan estuviera tan lejos de la mía, llevo alrededor de una hora caminando.
Después de algunos minutos por fin logró llegar a casa. Al entrar a casa me encuentro con que no hay nadie. Subo a mi habitación y me dejo caer en la cama.
Estoy cansada.
Y no solo físicamente, también mentalmente, no se que me pasa.
Es obvio que no puedo evitar a Nathan para siempre, en algún momento los dos tenemos que hablar de todo lo que esta pasando, pero me es tan difícil verlo.
Pasan unas horas y me pongo a hacer algunas tareas y a leer un libros.
—Lena, ¿Qué haces aquí?, ¿No deberías estar en la escuela?—me sobresalto al escuchar la voz de mi tía.
—Me asustaste—me pongo una mano en el pecho—no te escuche llegar.
—Acabo de llegar.
—Salí de la escuela por que me sentía mal.
—Oh, ¿Qué tienes?.
—Solo algunos mareos nada grave, no te preocupes.
—Mañana iremos a ver al médico.
—No haces falta.
—Ay, cariño no te estaba preguntando.
—¿Puedo abrazarte?—mi voz se vuelve un hilo.
—Nena, eso no se pregunta, ven—abre sus brazos y yo me acurrucó en ella.
Siento que es mi escudo de todo lo que he pasado estos días. Comienzo a llorar.
—¿Qué te está sucediendo?
—No lo sé, me siento muy sola—mi nariz se comienza tapar—te quiero mucho, sin ti o sin Cárter yo-yo—me abraza más fuerte.
—Sabes que Cárter y yo te amamos, eres nuestra bebe.
—Ya no hablo con Nathan.
—Así que eso era, ¿Por qué dejaron de hablar?.
—Por qué quería de vuelta a él Nathan que me cuidaba, que me quería, lo quiero de vuelta—comienzo a llorar más fuerte—Lo extraño mucho, y le dije que ya no quería que me siguiera tratando así, pero yo solo quiero de vuelta a mi mejor amigo.
—Len, sabes que a mi tampoco me gusta este nuevo Nathan, pero es tu mejor amigo y él está pasando por cosas realmente difíciles, no te diho que lo perdones, pero habla con él, explícale todo lo que sientes.
—Es que no puedo, te juro que ya ni siquiera sé trata de que él me guste o algo, solo necesito a mi amigo, el siempre me hacia sentir mejor.
—Habla con él, si él no cambia por su amistad, lo siento pero por más que lo extrañes sabes que no es bueno para ti, sabes que tu aún no estas bien de... — unos enormes brazos nos rodean a ambas.
—Teníamos abrazo grupal y no me esperaron son unas mala personas.
—Ay, no seas pesado hijo.
Comienzo a reír.
—En serio los quiero tanto.
—Por cierto tu amigo el nerd que florece de vez en cuando a bad boy a estado viniendo desde ayer.
Todos nos separamos.
—¿Y por qué no me dijiste ayer?.
—Es que me dio mucha flojera subir las escaleras y cuando subí a mi habitación tu ya estabas dormida.
—Cartercito tienes 18 años en serio me preocupas hijo. Ya vamos abajo, Lena deberías de descansar un rato, duérmete te despierto cuando esté la comida.
—Ma, por que a mi no puedes decirme eso.
—Por qué tu eres demasiado flojo, vamonos ayúdame a terminar la comida.
Después de dormir un rato me sentí mejor, creo que lo que necesitaba era sentí a mi familia, saber que no estoy sola, que mi familia siempre va a estar para mi al menos la que me queda.
Me despierto por que comienzo a escuchar ruidos extraños.
Santa mierda.
Estoy sola, mi tía fue a una reunión con sus amigos y Cárter esta con sus amigos, miro el reloj en mi mesa de noche.
2:09 am
Agarro mi almohada con fuerza, mis manos están temblando. La figura de alguien entra por la ventana, me levanto y comienzo a golpear la sombra.
Por favor que sea un sueño, por favor que sea un sueño, por favor que sea un sueño.
—¡Lena deja de golpearme!.
—¿Nathan?—corro y enciendo la luz—¿Qué haces aquí? ¿Y en la madrugada? ¿y por la ventana?, casi me da un paro cardíaco.
—Tu maldita almohada duele como la....
—Deja de decir groserías. ¿Por qué entras asi a mi casa?
—No podía dormir, necesito hablar contigo, y siempre he entrado por la ventana.
—Antes.
—Si, antes, Lena quiero hablar contigo.
—Y-yo también—su mirada está en mi pecho y hasta ahora recuerdo que no traigo sujetador y mi blusa es blanca bastante transparente. Me cubro rápido con la manos—No seas cerdo, espera me pondré un suéter. Listo.
—L-lo siento yo—¿acabo de escuchar a Nathan tartamudear?—hablemos, empieza.
—Sé que estás pasando por cosas demasiado difíciles, pero yo no quiero seguir así, yo quiero al Nathan que es lindo conmigo, que le importa mi opinión, que esta para mi, y que me deje estar para él—una pequeña lagrima resbala por mi mejilla.
—No llores, por favor, no lo hagas—me suplica con los ojos cerrados.
—Mi punto es que nathan, eres mi mejor amigo, y se que me necesitas, pero quiero ayudarte y que tu me dejes y me respetes— se acerca a mi y limpia otra lagrima—por favor—susurro lo último.
—Perdón, mierda perdón, eres lo más importante para mi y lo sabes, pero últimamente ni siquiera yo me reconozco y es que yo ya no se que siento—lo abrazo.
—Prométeme que intentaras ser mejor, lo harás por mi, Y lo siempre estaré para ti
—Lo prometo.
Si, lo prometió, pero yo tuve que haber sabido que las promesas de Nathan en ese entonces ya no valían nada.
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Editado: 22.12.2019