┏━━━•❃°•°ALEXANDER°•°❃•━━━┓
Mientras esperaba que Nathalie se alistara decidí intentar hablar un poco con Drake, conocernos un poco, después de todo era mi cuñado, además, tenía que disculparme por mi comportamiento aquel día en el hotel, sin embargo, antes que yo soltara una sola palabra fue él quien rompió el silencio.
— Deberías saber desde ya que soy abogado, y que Stefan es mi socio acá en la ciudad — me quedé mirándolo fijamente, era él quien estaría en ni empresa en el área legal. — A partir de mañana trabajaremos juntos, los tres, Nathalie es mi asistente y colaboradora principal en el bufete — era perfecto, tendría a Nathalie en la compañía.
— Será un honor tenerlos en mi compañía — sonreí ampliamente.
— Por cierto, aún no le digo a Nathalie donde trabajaremos, digamos que, quiero que sea sorpresa — me sorprendieron sus palabras, y a ella definitivamente la iba a sorprender.
—¿Por qué? Sabes a lo que me refiero, ¿Porque me ayudaste a venir hasta aquí? ¿Porque me ayudaste con Nathalie? — eran preguntas que tenía en mi cabeza, necesitaba respuestas.
— Alexander, no me caes bien, mucho menos después de abandonar a mi hermana e irte con esa tal Susan — fruncí el ceño.
— ¿Qué?, ¡Yo no hice Eso!
— Bueno, es lo que todos creen que hiciste cuando Nathalie contó lo que había pasado esa mañana en tu casa y luego en la tarde en el hotel — maldición, Nathalie me odia Porque piensa que la deje para irme Susan.
—Nada de eso pasó
— Como sea, no me caes bien ya dije, pero eso no significa que no me preocupe por la felicidad de mi hermana, y aunque es terca y gruñona, y no va admitir que te extraña, sé que lo hace, y mucho la verdad — Se levantó del sofá y fue a mirar los alrededores. — acá entre nos — volvió rápidamente susurrando. —te ayude sólo porque odio que mi supervisor este detrás de ella como perrito.
¿Qué? no puede ser, no podía perderla, no iba a perderla, no de nuevo, no iba a dejar que nadie tuviera su amor, ella era mi mujer, sus besos, sus caricias todo de ella me pertenecía, así como todo de mi le pertenecía a ella, tenía que hacer hasta lo imposible por recuperarla.
Drake se fue riendo hacia la habitación de Alice, y decidí dejar de pensar en muchas cosas e ir a ver a Andrew y ayudarle a ponerse su ropa mientras Nathalie terminaba.
— Hola pequeño — el me miró fijamente con aquellos ojos tan verdes y expresivos, pero no me contestó, me puse de rodillas cerca a el para quedar a la misma altura.
— ¿Quieres que te ayude a ponerte tu ropa? — negó con la cabeza. — Así podemos ir a comer los wafles.
— ¿De velda eles mi papá? — tenían problemas para pronunciar la r, pero hablaban muy bien para su edad.
— Lo soy, y estoy muy feliz de estar aquí, contigo
— ¿Te vas a volvel a il? — un nudo se formó en mi garganta, ahora que sabía de ellos no iba a alejarme jamás.
— Jamás, no pienso volver a irme nunca jamás — sentí su pequeño cuerpo impactar con el mío en un abrazo, sus pequeños bracitos me rodearon rápidamente el cuello y me sentí un hombre completo.
Sentí el peso de una mirada a mi espalda y al girar mi rostro pude ver a Nathalie en el umbral de la puerta, tenía una hermosa sonrisa en su rostro acompañada con algunas lágrimas que corrían libremente por sus mejillas, luego de limpiarlas entro a la habitación.
—Ven bebé voy a ponerte tu ropa— Andrew negó con la cabeza.
—No mamá, no quielo que me vistas, papá me viste — se alejó un poco señalándome con su mano.
— ¿Me estas cambiando por tu padre? — le pregunto haciendo una mueca falsa de indignación y fingiendo llanto.
— No mami, no — corrió a abrazarse de ella. — mi papi es homble y yo soy un homble, tú vas con Alice, allá con las niñas — ella se agachó para besar su frente.
— Esta bien mi hombre guapo, vístete con papá, iré a ayudar a Alice — se levantó y me miro fijo.
— ¿Sabes hacerlo? — asentí con la cabeza y la vi salir de la habitación y adentrarse en la de Alice.
Luego de vestir al pequeño con un jean y una camiseta de dinosaurios estuvimos listos para salir, Nathalie y Alice ya esperaban en la sala.
— Papá, papá, volviste — mi pequeña corrió a mí y gustoso la levanté en el aire.
— Aquí estoy mi pequeña princesa, y no pienso volver a viajar nunca más.
— Escuchaste mamá, no se va a il — la emoción en su rostro me hizo sonreír
— Bueno pequeños, hora de ir a desayunar.
— ¡si! — corrieron hacia la entrada, pero antes de llegar a la puerta volvieron sobre sus pasos y buscaron a su tío, volví junto a ellos.
— ¿Vienes con nosotros a desayunar?
— Oh no, no, vayan ustedes tranquilos, pasen un día como familia, llámenme si ocurre algo — toco la cabeza de ellos niños y dejo un beso en la frente de cada uno.
— Chao tío
— Chaos enanitos.
Salimos del departamento hacia el auto, Nathalie iba adelante con Andrew y yo llevaba de la mano a Alice, esto era perfecto, una vez llegamos al auto lo primero que hice fue acomodar a os niños en las sillas de seguridad que había comprado el día anterior, no pensaba conducir por ahí sin que ellos fueron completamente seguros.
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Editado: 19.10.2022