Estoy en mi última clase del día, me siento agotada y con mucho sueño, la noche anterior me desvele leyendo un libro y creo que no fue la mejor decisión, estoy acostumbrada a dormirme tarde, pero esta vez creo que me paso la cuenta.
El día se me ha vuelto eterno y no he comido nada más que una manzana y un yogurt y eso fue a las 10 y ya son las 5 de la tarde.
Mi última clase del día al fin se termina y salgo de inmediato de la sala. Mi amiga Samantha no toma esta clase conmigo por lo que no tengo a nadie a quien esperar.
Tenía pensado ir al centro comercial a comprar algo de ropa ya que hace mucho tiempo que no renuevo mi armario. Me gusta la moda y vestir bien, no soy de comprar prendas de marca ni tan costosas, creo que se puede vestir bien comprando lo adecuado y no siempre lo adecuado en lo más caro.
Al salir de la facultad llamó a un Uber, aunque no me gusta tanto andar en estas cosas ya que desconfío un poco pero no tengo nadie quien me lleve, necesito un coche con urgencia, me gusta manejar, pero mi presupuesto por el momento no me lo permite; también podría pedírselo a mis padres, pero no me gusta depender tanto de ellos.
El Uber no tarda en llegar a mi destino y bajo de inmediato, me gusta ir rápido a realizar estas compras ya que al estar mucho tiempo en el centro comercial me comienza a doler la cabeza.
Entro en algunas tiendas y compro algunas blusas y vaqueros, creo que con eso será suficiente, puedo combinarlas con ropa que ya tengo y harán un outfit totalmente nuevo. Miro la hora en mi teléfono y ya son las 18:30 mi estómago comienza a rugir por lo que decido ir a comprar algo para comer.
Al dirigirme al patio de comidas veo distintas parejas comiendo juntos y abrazados, conversando animadamente y sonriendo, eso me hace recordar lo que viví hace algunos años donde yo también sonreía así y era feliz. Olvido inmediatamente esos pensamientos de mi cabeza, odio cada vez que ellos regresan a mi memoria, odio volver a recordar a Marcos.
Marcos fue mi gran amor de adolescente viví tantas cosas con él, fue mi primer todo y a veces creo que nunca podré olvidarlo completamente.
Aún recuerdo cuando lo vi por primera vez con su novia por la cual me dejó, solo habían pasado unas semanas y él ya estaba feliz tomando un helado con ella mientras yo me derrumbaba ahí mismo y mi corazón se partía en mil pedazos.
Después de eso creí que no volveríamos a hablar, pero no fue así, cada cierto tiempo el me buscaba, me enviaba textos, me ilusionaba. Yo pensaba que aún sentía algo por mí y dejaría a su novia para volver a estar juntos, pero con el paso del tiempo y al ver que nada cambiaba y se repetía lo mismo cada vez comprendí que solo quería una aventura y sexo pasajero.
Toda esa situación me deprimió mucho, me sentía fea e inferior, pasaba la mayor parte de los días llorando y preguntándome que tenía ella que no tuviera yo. Me comparaba con ella para poder encontrar una explicación de porque el me dejó si siempre me decía que me quería, pero al parecer todo era mentira y solo era un engaño.
Paso por el lado de unos chicos y uno se me queda viendo más de lo necesario, cuando suceden estas cosas hacen que eleve mi autoestima, pero solo por un momento la verdad no me encuentro nada linda, soy alta, de pelo y ojos negros, delgada, tengo mis curvas, pero nada fuera de lo normal.
Llego al patio de comidas y decido comprar una pizza. Adoro la pizza creo que podría pasar todos los días comiéndola y no me aburriría.
Mientras espero a que esté lista mi comida miro el lugar sin ánimos, pero de repente reconozco a alguien en una mesa no muy lejos de donde estoy. Mi corazón comienza a acelerarse, mis manos sudan, mi estómago siente miles de mariposas en su interior.
- ¡No puede ser! - me digo a mí misma.
Me quedo estática, mirando hacia donde está esa persona que hace mucho tiempo no veía. El como si sintiera mi mirada se gira y nuestros ojos se encuentran.
-Maldita sea- no quería que me viera., él esboza una pequeña sonrisa y me giro de inmediato.
¿Porqué Marcos tenía que estar aquí?, hace tanto tiempo que no sentía esta sensación, me siento nerviosa, aunque sé que no se acercara a mi porque esta con sus amigos, pero necesito irme de inmediato, no quiero que suceda lo mismo de siempre.
Gracias a Dios mi pedido no demora en estar listo, lo tomo y me giro de inmediato, al hacerlo veo que aún me está mirando- ¡Diablos! - me voy en dirección contraria para no verle la cara, camino muy torpemente, estoy sumamente nerviosa y sin darme cuenta me estrello con alguien y caigo al suelo --mi día no puede empeorar más--.
La otra persona me ayuda a levantarme, y a recoger mis cosas.
-Lo siento, iba muy apurada y no te vi- me disculpo y en ese momento miro a la persona que me ayudó, y me quedo con la boca abierta.
-No te preocupes- dice - Yo también iba distraído y no te vi- mis mejillas se ruborizan, wow hace mucho tiempo no me pasaba esto.
Es Nicolhás el chico con el cual hablaba por textos en el instituto, no puedo creer que me lo encuentre aquí.
- ¿Estas bien? - me pregunta, y no sé qué responder, estoy en trance.
Me quedé mirándolo más de lo necesario, pero de verdad no sabía cómo reaccionar. Hace mucho tiempo que no lo veía, habíamos hablado mucho hace algunos años y hasta nos decíamos cosas lindas, pero claro todo en juego ya que él tenía a su novia ¿continuarán juntos? Me encantaría que no.