CAPITULO 2

Después del día en que lo conocí no fui capaz de dirigirle la palabra debido a los nervios que me atacaban cada vez que intentaba hablarle.

Durante un tiempo le pedía permiso a mi madre con la excusa de ir a jugar con los niños del orfanato ya que en casa no tenía mucha compañía, pero a pesar de que no podía hablarle a aquel niño yo era feliz con tal de poder verlo todos los días. Aunque había días en los que no lo podía ver debido a que mi madre no me dejaba ir al orfanato, pero también había días en los que él no salía a jugar y eso me ponía triste y cada vez que eso pasaba el volvía a salir al día siguiendo o incluso después de 2 días, pero su apariencia parecía enferma y cansada.

Como solo tenía 10 años desconocía muchas cosas del mundo real. De haberlo sabido habría hecho lo posible para que tu dolor hubiera sido menos, pero en ese entonces solo era ingenuo e inocente y había muchas cosas que no conocía del mundo de los adultos.