Vuelta a los orígenes

Cap. 3

La ceremonia concluyó y fueron todos al salón de bodas donde se hacía el combite. Amanda entró feliz del brazo de Graham, su ahora marido. Kate les miró desde su asiento contenta, se les veía muy enamorados y se alegró de ello, no podía creer que cinco años después de dejar el pueblo para irse ambos a la universidad se volverían a juntar y acabarían juntos, sus dos amigos se habían enamorado y ahora eran un precioso matrimonio, amigos convertidos en pareja, era maravilloso verles juntos.

Tras el banquete todos los hombres se fueron a un lado para hacer lo típico de las bodas en el pueblo, al novio siempre le gastaban alguna que otra gamberrada, las cuales alguna vez se les había salido de las manos, hasta el punto de dejar a alguno sin cejas o incluso calvo, solo esperaba que Graham no corriera la misma suerte. Las chicas estaban todas sentadas en su mesa, hablando de tonterías, "pueblo pequeño con gente pequeña", pensaba Kate. Tras soportar un par de frases no muy educadas hacia ella no pudo más y se cansó, ahora ella tenía una vida maravillosa y no iba a dejar que nadie la pisoteara.

_ Fue una pena que no fueras al baile de graduación, pero claro, no tenías con quien ir -le dijo Rebeca como si eso fuera lo peor que le podía pasar a una persona-.

_ En realidad sí que tenía con quien ir, Luke me lo pidió, pero decidí no hacerlo, no me van ese tipo de fiestas cutres -le respondió con una sonrisa muy falsa-.

Pudo notar como todas se quedaban con la boca abierta por lo que había dicho, todas sabían que en esa época Luke prefería mil veces antes a Kate que a Rebeca, pero les parecía de muy mala educación que le restregara eso a la cara, y más cuando ahora era su prometido.

_ Fuiste lista, no sabes lo mal que habrías salido de ahí Katherine la rara, aunque bueno, saliste corriendo del pueblo antes de que fuera el baile.

_ Sí, lo hice -dijo inflándose de valor con una fuerte bocanada, todavía le dolía recordar eso-. En realidad en parte os tengo que agradecer que fuerais tan hijas de puta conmigo, eso me hizo destacar. Al salir del instituto entré en una de las escuelas de diseño más prestigiosas del mundo, ahí la competencia era enorme, había que luchar con uñas y dientes en todo momento, gracias a que me hicisteis la vida imposible pude seguir adelante y estar donde estoy ahora, pude plantarles cara, me resultó bastante fácil, al fin y al cabo mis compañeros simplemente eran competitivos, pero no eran malas personas. Así que gracias a vosotras ahora tengo un piso de más de 300 metros cuadrados en pleno West Village, un contrato millonario con una de las firmas de moda más famosas y prestigiosas del mundo, mis diseños desfilan en la semana de la moda de ciudades como Nueva York, París o Milán, y estoy trabajando para mi propia línea de moda de alta costura. Al final que fuerais una putas sin corazón ni ningún tipo de educación ha sido provechoso para mí, aunque supongo que a vosotras no os habrá pasado lo mismo, al fin y al cabo todo es cosa del karma, y lo tenéis que tener más negro todavía que vuestra alma.

Todas se quedaron con la boca abierta, no sabían que contestar a eso, no se lo esperaban. Rebeca notó un ligero dolor, tenía tanta rabia que estaba sujetándose a la mesa con todas sus fuerzas y se había roto una de sus uñas de porcelana.

De golpe sonó un móvil, era el de Kate, sonrió al ver quien le llamaba, era su amiga Jenn. Hizo una seña con las manos disculpándose por coger el teléfono y contestó el móvil todavía sentada en el mismo sitio.

_ Hola Jenn.

_ Hola Kate, ¿ya estás en tu infierno?

_ Sí amiga, llegué hace dos días, ¿qué tal tú por Paris?

_ Bien, aunque es una pena que me tenga que ir ya, no he parado de hacer entrevistas y después a posar.

_ Ya, eso de los preestrenos es una mierda, cuando acabe aquí y tú de presentar tu última película tenemos que escarparnos unos días las dos juntas, echo de menos París. ¿Qué tal el vestido que te diseñé?

Kate fue notando como todas la miraban todavía más atónitas si cabía, estaban prestando atención a cada palabra que decía y conforme las escuchaban iban asombrándose más y mas, entre preestrenos, pasarelas de moda y París cada vez envidiaban más cada aspecto de su vida.

_ Perfecto, se ha llevado la atención de todas las cámaras.

_ Me alegra escuchar eso, pero la mitad de la gloria se debe a la modelo que lo llevaba.

En ese momento llegó su amiga Amanda, vio a todas esas arpías rodeándola y no pudo evitar ir rápido para ayudar a su amiga, la verdad es que le daba rabia, no quería haber invitado a ninguna de ellas, pero sus suegros y su (ahora) marido se empeñaron, en el pueblo las apariencias son lo primero. Respiró un poco tranquila cuando vio que Kate tenía una sonrisa en su cara y hablaba por teléfono con tranquilidad.

_ ¿Con quién hablas? –le preguntó en un susurro a lo que su amiga le respondió un Jenn gesticulando-. ¿Jennifer Lawrence, la actriz? –preguntó en alto para que todas las que las rodaban pudieran escucharlo, a lo que su amiga respondió con un asentimiento de cabeza-.

_ Jenn amiga, te tengo que dejar que estoy en la boda, luego hablamos.

_ ¿Ya las has dejado a todas en su sitio?

_ No sabes cuánto.

_ Vale, mañana hablamos, ánimo amiga, ¡machaca a esas zorras!

Kate colgó riéndose y al levantar la vista pudo ver lo que acababa de ocasionar su llamada, todas estaban alucinando, aunque pudo notar en sus caras la sombra de la envidia. Decidió que no podía seguir siendo así, no podía tentar más a la suerte, sabía perfectamente lo inhumanas que podían a llegar a ser esas arpías que compartían en su día instituto con ella, al fin y al cabo iba a estar casi tres meses viviendo ahí. 

_ ¿De qué conoces a Jennifer Lawrence? -le preguntó una de ellas-.

_ Es la imagen de la firma para la que trabajo, hace unos años le ayudé yo con su vestido de los Oscars, coincidimos en varias fiestas y desde entonces nos hicimos muy amigas. La verdad es que nos hemos convertido en íntimas, la adoro, es maravilloso lo bien que nos lo pasamos en la alfombra roja, como suelo vestir a muchas actrices y famosas me invitan a todos los premios y con ella siempre es una fiesta hasta el photocall, que de normal es aburridísimo, es básicamente estar quieta posando mientras cientos de fotógrafos te dejan medio ciega con el flash, así durante a saber cuánto rato. Pero ella es genial, recuerdo los últimos Golden globe, estuvimos toda la gala mandándole notitas anónimas a Liam Hemsworth, el pobre estaba ya preocupado y todo, cuando se enteró de que éramos nosotras casi nos mata, estuvo toda la noche haciéndome de rabiar sujetándome por los aires y sin dejarme en paz inmovilizándome abrazándome desde atrás, como es tan enorme... incluso me rompió el vestido. 




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