Había sido un día normal en U.A... Con la exepción de que se acercaba el festival deportivo.
Ochaco vió un destello en el cielo.
-¡Mira, Tsu-chan, una estrella fugaz!
Las demás chicas se detuvieron a mirarla. Les extrañó la sensación de que estaba cada vez más cerca, hasta que su alegría se volvió temor al ver que, efectivamente, así era.
-¡CORRAN!- gritaron. Lograron salir de allí justo a tiempo.
Cayó estruendosamente un meteorito. Los profesores salieron a tiempo para ver como parte del campus era destruido por algo envuelto en llamas.
-¿PERO QUE RAYOS...?- exclamó Aizawa. Pocas cosas podían sorprenderlo, y esta era una de ellas.
-¡¿Están todos bien!?- preguntó All Might.
Tras ver que todos sus estudiantes se hallaban a salvo, oyeron una voz. Se trataba de Tsu, señalando el meteorito cuyas llamas ya se habían apagado. Era un hermoso cristal de poco menos de dos metros, de color rosa.
Un rato después, estaban en la oficina del director.
-Dejé el cristal en el sótano- dijo All Might -No parece peligroso en absoluto.
-Podríamos venderlo a un museo.- propuso recovery girl, entrando al salon - No hay ningún herido, así que estoy libre.
-¡P-pero...!¿Nos vamos a deshacer de algo tan bonito?- se quejó Midnight.
-No quiero hacerme cargo de él- dijo Aizawa.
-¡Ese Cristal es tan genial, que me dan ganas de rapear!- rapeó Present Mic.
Después de debatir por un rato que iban a hacer con el cristal, Jiro entró abruptamente a la oficina.
-¡Aizawa-sensei...All Might...!- jadeó -el cristal...¡Se rompió!
Todos corrieron al sótano para ver al cristal desmoronándose, y a una chica saliendo de él. Y ese fue solo el inicio de las cosas extrañas que pasarían después.