En el segundo día de clases Seni descubrió que la habilidad para comunicarse que poseían las mujeres era brutal, ahora todo el colegio le veía con burla.
La primera clase comenzó con la profesora Claudín dándoles información sobre el esquema de sus asignaturas, las cuales se dividían en obligatorias y optativas. Las obligatorias eran conjuros ofensivos, conjuros defensivos, historia y leyes de la sociedad mágica, educación física, Alquimia y Herbolaria. Mientras que las optativas eran muchas: Encantamientos y creación de artefactos mágicos, anti magia, combate mágico, Ilusiones y sombras, invocaciones, conocimiento de bestias y seres mágicos, estas dos últimas eran las más populares. Todos los estudiantes tenían que elegir mínimo dos de estas materias. Seni tomó la decisión de inscribirse a invocaciones y conocimiento de bestias y seres mágicos, combate mágico y antimagia, cuatro en lugar de dos. Dada su posición y rango tenía que esforzarse mucho más que los demás.
Después de tomar la clase de alquimia y herbolaria y también la de historia Seni se dirigió hasta el lugar donde recibiría su primera clase de combate mágico, un salón en el extremo sur del colegio, tocó a la puerta del salón pero nadie le respondió, volvió a tocar y siguió sin obtener una respuesta así que entró para verificar si había alguien adentro, el lugar estaba vacío, por un momento pensó que se había equivocado de salón pero al observar mejor el lugar encontró un aparador llenó de todo tipo de armas de diversos colores, emocionado caminó hasta donde estaba el instrumento que mejor conocía, una guadaña de color blanco. Él había sido campesino por años, a la hora de la cosecha era un deber saber manejar la guadaña, en varias ocasiones la usó como arma para defenderse de animales salvajes, volteando a ver a todos lados y verificando que seguía estando solo, tomó el arma de su estante y comenzó a jugar con ella, moviéndola de un lado a otro, cuando hubo terminado con el calentamiento aumentó la velocidad y la giró enfrente de él, realizó un tajó hacia adelante y luego la retrajo, corrió un tramo y asentó la cabeza del arma en suelo y realizó un giro de 360 grados usando la caída para cortar a un enemigo invisible.
Con sudor en su rostro se detuvo a respirar pero la voz de una persona le asustó.
-Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí?-.
Seni se volteó hacia la fuente de sonido y ahí encontró a una mujer de cerca de dos metros de altura y un cuerpo lleno de músculos, su edad rondaba en el segundo lustro de los 20, era rubia y de ojos azules, y a pesar de su imponente físico poseía un bello rostro.
-¡Buenos tardes! ¡Yo soy Inés Ros y vine a tomar la clase de combate mágico!-.
Seni supuso que la musculosa mujer frente a él tenía que ser la profesora de combate mágico y acertó. La mujer a pesar de estar a unos metros de él acortó la distancia en un parpadeó y le abrazó hundiéndolo en sus voluptuosos senos.
-¡¿De verdad?! ¡Este es el mejor día de mi vida! ¡Desde que se fundó este colegio no he tenido ni una sola estudiante! ¡Mi clase siempre ha sido la más impopular!-.
“¿Que rayos está pasando?” El súbito desarrollo de los sucesos no dejó que Seni comprendiera nada.
-Oxigeno…oxigeno, oxigeno-.
Las palabras del joven se hicieron cada vez más débil mientras rogaba por el aire que le faltaba, la profesora se dio cuenta y la soltó, Seni cayó al suelo junto con la guadaña como si fuera un costal.
-¡Discúlpame! Es que me emocioné mucho-.
Con la ayuda de la profesora, Seni pudo ponerse en pie.
-Yo soy la profesora Gunnr Norn, estaré encantada de enseñarte. Pude ver que tienes algo de habilidad al usar esa arma y el hecho de que en ningún momento la soltaste estando frente a mí denota que eres toda una guerrera, además tu cuerpo es sólido puedo adivinar que te has sometido a actividades físicas continuas-.
-Gracias profesora…-Seni inhaló y exhaló un par de veces antes de continuar- Aquí tiene mi hoja de inscripción-.
De su bolso el joven sacó el documento de inscripción, la profesora Norn inmediatamente la tomó y la puso en lo alto como si comprobara que era real.
-Excelente, comenzaremos la clase inmediatamente-.
-Estoy bien con eso, pero profesora ¿no me hará ninguna pregunta?-.
-¿Pregunta? ¿Cómo cuál?-.
-Bueno, tal vez usted quisiera saber mi rango y esas cosas-.
-No me interesa, yo no sigo el sistema general de clasificación del nivel de las brujas, como una guerrera la única clasificación que reconozco es el de las valquirias, ahí importa más la habilidad con el cuerpo y las armas, que la cantidad de mana que poseas. Si me aceptas como maestra empezarás como una valquiria aprendiz ¿Estás de acuerdo con eso?-.