Capítulo 12

Pasó algún tiempo, 200 kilómetros hacia Fort Benning, no estoy segura cuanto tiempo pasó con exactitud, pero siento que cada vez vamos mejor, talvez la fé que hace un tiempo perdí está volviendo, o solo necesito creer que algo bueno está pasando.

Empezamos con cuatro autos, pero hace unos días perdimos el jeep de Shane y la camioneta de Daryl, ahora va en la moto que era de Merle. Deberían verlo en esa cosa, es como si su alma le perteneciera a ella.

Daryl y yo íbamos a lado de la caravana, y atrás de nosotros venía un auto donde estaba Rick, Lori, Carl, Sophia y Carol.

Hasta que una maraña de autos nos bloqueó el paso.

— ¿Pueden ver si podemos pasar? —Dale

Asentí y Daryl empezó a conducir por en medio de los autos guiando la caravana, era un cementerio.

EL sonido que provino de la caravana me hizo sobresaltar.

— Daryl —se detuvo.

Bajé de la motocicleta como si nada colocando el bate en mi hombro, definitivamente tenerlo colgado de mi cintura no me gusta.

— Lo dije. ¿No lo dije? —Dale bajo renegando de su caravana— una y mil veces.

— ¿Algún problema Dale?

— Shane amigo, no se si sepas esto pero... humo saliendo de un auto es una mala señal —dije apoyándome en mi pierna izquierda.

Rodó los ojos.

— Solo el problemita de estar varados en medio de la nada sin esperanzas.

— Se supone que tu eres el positivo Dale, es tu trabajo. —le sonreí.

— De acuerdo eso fue estúpido —dijo dándome la razón.

EL sonido de Daryl abriendo uno de los autos nos hizo voltear.

— Si no puedes encontrar una manguera de radiador aquí....

Asentí en su dirección.

— Vamos muévanse, debe haber algo bueno —avancé jugando con el bate entre mis dedos.

— Ya la escucharon, debe haber algo útil en alguno de estos autos, T-Dog consíguenos combustible —al escuchar a Rick reaccionaron, talvez se quedaron viéndome caminar hacia el cementerio de autos como una loca.

Caminé un poco más para dejarles al resto los primeros autos.

— Mus, busca —hace unos días empecé a entrenarlo, no fue difícil enseñarle a diferenciar olores, lo que si lo fue es hacer que lo hiciera cuando le digo.

El cachorro dejó de caminar a mi lado y empezó a olfatear por delante, algo que me impresionó desde que lo encontramos es que cada vez que siente a un errante no actúa como un perro loco, simplemente les gruñe lo suficientemente alto como para avisarme y lo suficientemente bajo para no atraerlos.

Luego de pasar algunos autos se detuvo a rasgar con sus patas una cajuela, tratando de llegar lo más alto que sus cortas patitas de cachorro de tres meses le permitía.

Y como él me señalizó en aquella cajuela había tres turriles de cinco litros cada uno llenos de agua.

Para casi el final de la tarde mi perrito y yo volvimos con agua, bastantes latas de comida y dos botiquines, por suerte encontré en uno de los autos bolsas de supermercado para traer todo. En ellas había comida podrida.

— Hey Dominique —levanté la mirada hacia Shane— ¿Nos traías un poco de agua? —dijo burlón.

Abrí mucho los ojos, era una camioneta llena de botellas como la que traía.

— Eres un hijo de puta Shane —dije sonriendo.

— ¡Rick! —él vigilaba con el rifle y Dale tenia los binoculares— dejaré todo en la caravana.

El asintió agradecido.

Mi hermanito estaba profundamente dormido en la cama, se veía tan pleno que hasta podría llegar a pensar que el mundo nunca se fue a la mierda. Andrea a unos metros intentaba armar su arma.

Dejé a mi hermano descansar con Mus a lado de él.

— ¿Qué encontraste Terroncito de..

No terminé mi pregunta porque escuché a Mus gruñir desde el interior de la caravana.

Oh por Dios.

— Rick ­—lo llamé para que volteara, una horda se acercaba a nosotros.

— Debajo de los autos, ahora.

— Dale métete en la caravana y no hagas ruido ­—estaba por cerrar con ellos adentro, pero Dale me detuvo. No quería que me quedara afuera, pero si entraba seriamos muchos y nos verían— Dale estaré bien

Lo más rápido que pude me aseguré de que la puerta estuviera cerrada para que ningún errante logre alcanzar a Josh. Solo debían asegurarla de adentro también.

Alcé a Mus tratando de pensar en donde esconderme, los errantes estaban demasiado cerca como para alcanzar a meterme bajo uno de los autos.

De un momento a otro sentí a alguien jalándome de la cintura, Daryl me había subido de un solo movimiento al techo de la caravana.

Los escuchaba arrastrar sus pies allí abajo.

Volteé encontrándome con Daryl ya mirándome y sosteniéndome con uno de sus brazos para que no cayera, ambos estábamos echados y yo tratando de ocultar a Mus lo más posible, solo espero que a éste animal no se le ocurra hacer algún ruido.

Giré sobre mi cuerpo quedando cara a cara con él, inconscientemente levanté mi mano y la pasé por sus brazos subiendo lentamente hasta llegar a acariciar su rostro, mis ojos siguiendo detalladamente cada punto que mis dedos tocaban. Hasta toparse con sus ojos.

Le sonreí, sentí ese calor subir hasta mis mejillas. giré mi cuello para ver si aún seguían pasado percatándome que solo quedaran unos cuantos errantes, y me atreví a besar rápidamente la punta de la nariz de Daryl, apenas lo hice me paré y de un salto me bajé aprovechando el impulso para romperle el cráneo a uno de ellos, uno por uno fui derribando hasta que no quedó ninguno cerca de la caravana.

Alcé la vista para bajar a Mus, pues éste era aún demasiado pequeño, pero me encontré con Daryl mirándome como solo él sabe hacer, sin ninguna expresión, pero transmitiendo quien sabe cuantas cosas atreves de sus ojos. Quité la mirada ruborizándome nuevamente y bajé de una vez a Mus.

— ¿Dónde están nenitas? —grité en dirección de los autos tratando de sacar ese ambiente entre nosotros que solo me hacia sonrojar—  ya pasó todo ¡vamos! —los llamé abriendo la puerta de la caravana para que saliera Dale y Andrea, y como lo creí Josh ni enterado estaba que acabamos de sobrevivir a una horda.