Mis pulmones estaban agotados de tanto correr, mis rodillas dolían, escuché un sonoro estallido y me di cuenta que mi pantalón estaba manchado de sangre, me escondí en un basurero y espere a que se dejarán de escuchar gritos y pisadas. Tenía que salir de allí o me encontrarían, me escabullí por el basurero hasta llegar a un callejón solitario y apestoso por el cual camine hasta llegar a una avenida, entonces me di cuenta que estaría en mi casa muy pronto, así que, cautelosamente me puse en marcha.
Al llegar, nadie estaba en casa, no me espere nada, sabía que todos los días era lo mismo. Subí a mi habitación e instantáneamente desgarre mi pantalón y observé la herida palpitante en mi muslo, enseguida me metí a la ducha y dejé que el agua limpiará la sangre y el hedor a basurero, que limpiará las impurezas de todo lo que por semanas había pasado. Tendría que limpiarme la herida y cocerme, no podía ir a un hospital y arriesgarme a que me reconocieran. Mis padres tienen ojos por todos lados es imposible ocultar tantos secretos sabiendo que tarde o temprano descubrirán lo que soy en realidad, pero los divertido es que tampoco me sentía culpable de lo que había pasado. Ni de lo que sentí.