Mia:
Desde que mi madre salió de mi cuarto e estado llorando, todavía no puedo creer lo mucho que cambio mi vida desde que mi padre nos dejó, lo extraño bastante.
Tomó una foto que tengo escondida de el y la observó con lágrimas en los ojos
- ¿Por qué a ti?- tiro el retrato haciendo que el cristal se rompa en mil pedazos y empiezo a tirar y golpear todo lo que encuentro en mi camino, tiro la silla que esta a un lado haciendo que esta haga un fuerte ruido, tiro todos los objetos que encuentro y empiezo a destrozar todo a mi alrededor. Los recuerdos de ese día van y vienen en mi mente y mis lágrimas me empiezan a nublar la vista.
Todos tenemos nuestros propios tormentos, nuestros miedos, nuestros mas oscuros pasados de esos que no te dejan dormir por las noches, algo que te atormenta día tras día, algo que nos convierte en lo que ahora somos, algo que nos marca para siempre y que nunca nos dejará por más que intentemos huir de ellos.
- Lo voy a parar- de uno de los cajones saco una navaja y justo cuando estoy a punto de cometer una de las mayores locuras algo me detiene.
- No querrás hacerlo- su voz es tan profunda que me eriza la piel
Me giro para mirar de quien se trata y justo al mirarlo sus ojos me ipnotizan, me quedo quieta mirando a un chico que esta en mi ventana y luego miro mi mano donde se encuentra lo que pudo haber sido mi fin, el chico me lo arrebata de un solo tirón y lo guarda en el bolsillo que se encuentra en su chaqueta de cuero
- La próxima piénsalo dos veces- me mira incrédulo
Me dejo caer al suelo y me abrazo a mi misma
- No se como llegaste hasta aquí pero me salvaste la vida-
-No te equivoques chica loca, yo no soy tu héroe- lo miro y su expresión es bastante sería
-Llévate todo si quieres-
Se empieza a reír
- No soy ningún ladrón- mira mi cuarto con asombro -Deberías recoger eso- lo dice mirando los trozos de cristal esparcidos
- Sólo vete-
-Eso haré, no quiero terminar muerto- lo dice en forma de chiste pero no me da ni una pizca de gracia
- Sólo no hables de esto- lo miro con cara suplicante - Por favor-
Asiente -Nunca estuve aquí-
Vuelve a salir por la ventana y se marcha.
Me quedo mirando el desastre que hice y no me arrepiento, necesitaba desahogarme.