En un atardecer sin retorno, con un viento mágico que alborota mi cabello, arrastro mi maleta y entro a mi nueva casa en un nuevo pueblo que aborrezco con mi alma, mi mama tuvo la maravillosa idea de dejarme pasar sola mis vacaciones en la casa de mis tíos y yo como la buena hija que soy aceptar la idea con alegría, pero la realidad es otra debido a las consecuencias que me tocó confrontar , en especial con cierta persona que me dejo por mi repentino receso, pero igualmente me toca enfrentarme a este pequeño pueblo situado en la orilla del mar y que para mi sorpresa es mas solo de lo que esperaba.
Apenas entré se escucha el ruido producido por mis zapatos y consigo, entro con admiración a mi nuevo hogar temporal, dentro de esta se encuentra mi tío y mis primos, unos simples adolescentes hormonales que no saben qué hacer con su vida, al igual que yo al parecer, lo único que nos diferencia es que yo si estoy cambiando, mientras ellos viven en una burbuja perfecta sin problemas, en ese tiempo que reflexiono mi vida y la existencia de ella, en este plano terrestre, mi tía avanza detrás mío y recarga mi maleta en el áspero piso de la entrada de su casa y me invita a adentrarme en su acogedor hogar. Al unos pasos más mi tío se acerca y recarga su cuerpo encima mío y me da un maternal abrazo que acepto gustosa.
-como te extrañe Alice, estoy muy feliz de que estés aquí-dice mi tío con nostalgia pero con una vibra que me indica de que estas vacaciones van a ser mejor de lo que esperaba.