Cuando aquella prueba hubo terminado Yoongi junto a su guardia Hoseok regresaron al palacio, específicamente a su habitación donde sin hacerse esperar pidió todos los archivos con emblemas familiares existentes. Definitivamente no estaría tranquilo hasta descubrir todo sobre aquel dije.
Impaciente daba vueltas sobre sus propios pasos esperando a que Hoseok regresará con la información, este ya se estaba tardando y el heredero no tenía paciencia para prácticamente nada. Cuando estaba por salir de la habitación el padre de Hoseok se hallaba parado en la entrada como si hubiese acabado de llegar.
— Su alteza el rey Min desea hablar con usted, le espera en el trono– Habló sin rodeos.
— Bien, vamos– Respondió secamente y ambos comenzaron a caminar rumbo al trono.
Yoongi estaba enojado, odiaba ser interrumpido, sin embargo si se trataba de su padre no podía hacer más que obedecer, más en esta ocasión ¿Qué era tan importante para que lo mandara llamar? No temía ser castigado, después de todo no había hecho nada realmente malo en esos días.
Cuando finalmente llegaron el padre de Hoseok se hizo a un lado mientras los guardias le reverenciaban, luego de que abrieron la puerta Yoongi se dispuso a entrar. Allí arriba en el elevado trono real se hallaba sentado su padre con la expresión sería que le caracterizaba, sin embargo con cierta confianza avanzó hasta quedar lo suficientemente cerca como para oírle incluso si este le hablaba en tono bajo.
— ¿Quería verme, su majestad?– Preguntó el joven mirando atentamente a su padre.
— Así es, ¿tienes idea de para que te llame?–Cuestionó en tono serio
—No exactamente...–Respondió Yoongi
—Veo que no te has enterado de las ultimas noticias ¿Y así te haces llamar príncipe heredero?–Rió irónico llenando la habitación con sus carcajadas.
La expresión en el rostro del menor se tensó.
—Los japoneses están tomando fuerza mientras que nuestros hombres cada vez se extinguen más rápido– Hablo nuevamente volviendo al tono serio de siempre
—Lo sé, por eso mandaste a reclutar a los jóvenes de cada familia. –Afirmó Yoongi rápidamente.
—Exactamente, sin embargo un soldado no se hace de la noche a la mañana, y esos enclenques no están listos para una guerra– Se aclaró la garganta antes de continuar —Así que para garantizar la victoria iré yo mismo de ser necesario–
— ¡De ninguna manera! Yo iré, estoy más que capacitado– Se opuso de inmediato.
—Eres el príncipe heredero ¿Qué pasará si mueres? Este es mi deber como rey gobernante, es lo que un líder debe hacer–Repuso
Yoongi no pudo objetar nada, simplemente mordió su lengua y continuó —Tienes razón... Entonces ¿Cuándo te irás?–
—Me iré cuando se nos agoten las soluciones, los nuevos soldados deberán estar preparados en el menor tiempo posible – Respondió acomodándose sobre el trono
—Entiendo, entonces ¿debo prepararme para lo peor?–Cuestionó Yoongi con cierto temor en su voz.
—Si yo muero en la guerra serás coronado rey, pero no es de la guerra de quien debes temer mi muerte sino de esas ratas opositoras...– Escupió el viejo con disgusto en sus palabras. —Quiero que ayudes a entrenar a esos soldados, el general Song te dará las instrucciones.
—Entiendo, entonces voy a prepararme aún más y ayudare a capacitar a los soldados para que sean los mejores– Se inclinó en una reverencia dispuesto a salir de ahí tan pronto como le fuese posible.
—Puedes irte–Murmuró el mayor.
Soltando un pesado suspiro de alivio el más joven salió de aquel salón hecho furia, estaba completamente enojado pero sobre todo indignado consigo mismo por tener que agachar su cabeza ante su padre, porque eso sólo demostraba que él no estaba a su nivel y así jamás podría hacer que este se enorgulleciera de sí. Era casi obvio que su padre ni siquiera lo tomaba en serio para ser el rey, eso era lo que más le enojaba.
Al llegar a su habitación se encontró con Hoseok quien finalmente había traído los documentos. Estaba tan enojado que quería gritarle y regañarlo por haberse tardado, sin embargo se contuvo y apretando los puños le dio la espalda evitando acercarse demasiado a él.
—Eres un estúpido, tardaste demasiado, prepara los caballos y el equipo de arquería– Murmuró visiblemente enfadado
—Sí señor. – Respondió Hoseok saliendo de la habitación nuevamente
Hoseok estaba acostumbrado a aquel trato pues había convivido con el príncipe desde que ambos eran niños por lo que entendía perfectamente los cambios de humor en este y sus motivos, no lo culpaba por nada y solo se limitaba a cumplir cada una de sus órdenes como el sirviente leal que era.
En cuanto se hallaba solo nuevamente en la habitación Yoongi tomo los documentos sobre su escritorio, el primer libro a decir verdad, al parecer encontrar el inscrito no sería una tarea fácil. Echando una ojeada a los papales vio que la mayoría eran antigüedades y a juzgar por el aspecto desgastado de aquel dije muy seguramente ese collar era una reliquia familiar. Con tantas posibilidades no tardó mucho en perder la paciencia y arrojar nuevamente el libro al escritorio junto al resto del montón, en ese momento llegó Hoseok nuevamente.
En silencio ambos salieron de la habitación y avanzaron hasta donde se hallaban los caballos, dispuesto a irse tomó las riendas del caballo para avanzar más se vio interrumpido por Namjoon, su tío y el medio hermano de su padre.
—Buenas tardes, señor ¿A dónde se dirige con tanta prisa?– Cuestionó con bastante interés el moreno.
—Eso no es importante, ¿a qué debo el honor de su visita?– Devolvió la pregunta el joven heredero.
—Vine porque me gustaría que tomáramos el té y tuviéramos una conversación si le parece bien
Yoongi le miró pensativo unos segundos y lentamente asintió en aceptación.
—Está bien– Respondió finalmente bajando del caballo.