Me aplico un poco de perfume en mi brazo y paso mi mano sobre el, mientras que el sentimiento de que algo sucedería esta noche, no se marchaba. Mi puerta sonó y me asombre de ver a mi padre sobrio y arreglado, él me miró y sonrío.
—¡Oh mi niña! ¿Cuándo creciste tanto que ni cuenta me di? — quería responder que costaría mucho que recordará algo estando todos los días ebrio, pero lo omití sería muy malo de mi parte ¿verdad? Así que solo me encogí de hombros y le sonreí
—Tú tampoco te ves mal pa — él me sonrió pero inmediatamente se puso serio
—Becca ¿tu sabes que yo te quiero? — yo asentí lentamente —Lamento no estar presente Becca, y también lo siento por lo de est..... — pero una radiante Luisa entró sonriendo con superioridad y papá la miró alzando una ceja ¡Ja! ¡Toma eso suripanta!
—Mamá quiere que suban, ya ha llegado el invitado — y con eso se marchó, papá puso su brazo para que yo lo tomara y así lo hice, quería disfrutar de este momento que el cielo me estaba regalando.
Al llegar a la planta de arriba me encontré con algo que jamás, repito, ¡jamás! En mis diecisiete largos años había visto, mi madre y hermanas sonriendo, ¡sonriendo!
Nah a lo mejor tenían algo entre sus dientes ¿verdad?
Mire a mi padre quien negaba serio, luego él me miró, inmediatamente supe algo andaba mal.
—Becca, la persona que viene es el hijo de un muy buen amigo, así que esperamos que se comporten ¿de acuerdo? — yo asentí y lo seguí, y ahí en la sala se encontraba un chico que aparentaba más de veinticinco años sonriendo y mirando en mi dirección, pero la mirada que tenía no me gustó ni un poco.
—Buenas tardes familia Elizondo — dijo asiendo una reverencia ¡puaj! Era más formal que Chase y eso dejaba bastante de que decir.
—Buenas noches señor Miller, estas son mis hijas Luisa, Rachel y la menor Becca. ¡Oh! y por supuesto mi hermosa esposa Isabel — dijo papá presentándonos, nosotras hicimos una reverencia, que por cierto odio y nos dirigimos al comedor.
—Y cuéntenos señor Miller ¿Cuál es el motivo de su visita? — preguntó mamá mirándolo con interés y ¿Por qué no me sorprende? Mis hermanas también ¡Oh vamos! Él tipo tenía su encanto pero No era mi tipo además me podía llevar más de 10 años ¡asco!
—Vine por negocios señora, y por favor llámeme Enzo —yo tome la bebida en frente mío, ¿a caso este tipo quería agradarle a mi madre?
¿Como está el mundo amigos?
Reprimi una sonrisa y "preste" atención a la conversación, eso ni yo me lo creo en realidad pensaba en las personas que siempre me han cuidado y me han tratado como parte de su familia desde hace siete años, los Luca. Solo ayude a Marie
-mi madre, la única si puede recibir ese nombre- una vez y desde ese entonces me ha tratado como a su hija, me ha dado educación y hasta me ha dicho que siempre tendré un lugar en esa casa, y no estaría mal fastidiaría a Cole todo el día, jugaría con Annie -la pequeña Luca- y tocaría el precioso piano que tienen ¿a que es un sueño hermoso? y mis fantasías se vieron interrumpidas por la voz detestable de ese hombre, pero ¿Por qué me cae tan mal? ¡Oigamos la respuesta!.
—Este viaje a sido con un propósito y ese propósito terminará aquí. Ya tengo la edad suficiente para contraer matrimonio y solo hay una chica que ha llamado mi atención, y esa chica se encuentra en este lugar — ¿alguien más se sintió en orgullo y prejuicio? No, ¿nadie?
—Y esa eres tú, pequeña Becky — quería gritarle que nadie me llamaba Becky a excepción de Chase, mi estado de desconcierto creció más al ver las caras de mis hermanas, el tipejo este se puso delante de mi y comenzó a hablar pero yo no escuchaba ninguna de sus palabras, mi corazón se quería salir de mi pecho ¡¿casarme?! ¡¿Yo?! ¡¿Con él?!
¿Alguien quiere cambiar de vida? Por qué yo con gusto se la regalo.
Quería oponerme, quería gritar, busque apoyo en mi padre pero él solo miraba su vaso, ahora lo entendía todo, su disculpa, su visita, yo no le importo, todo era para hacer que la noticia no fuese tan fuerte para mí, pero se equivocaron de chica.
—Si, Enzo, por supuesto que mi hija querida quiere casarse contigo — yo la mire con mis ojos llenos de lágrimas ¡ella no tenía derecho de llamarme así!, ¡¿hija?! ¡¿Quién se creía ella para llamarme hija?!
Sí, puede que ella me allá tenido, pero nunca me brindo amor o cariño y eso no lo hace una madre.
Sin importar que mi "prometido" estuviese allí me marche, corrí como nunca lo había hecho, lejos de ese lugar, lejos de esa familia, lejos de ese futuro arreglado, lejos de todo.