Wild life (free the animal #1)

Capítulo 15.

Capítulo 15.

14 de enero, 2017.

Elleine había organizado una jornada de chicas con motivo de su 27 cumpleaños que sería el 17 de este mismo mes.

Me alegraba el hecho de que nos hubiera invitado y más aún que Anne, Albs y Alicia también estuvieran ahí.

Aún tengo el miedo metido en el cuerpo, sé que Alicia también, no sale de casa si Hayes no la va a buscar. Yo no sé por qué confía tanto en la conducción de él, si es que es horrible. Pero entiendo su situación, el desconocimiento da miedo y el miedo bloquea. Poco a poco se va calmando. Según habían dicho en las noticias, se trataba de un animal. Eso ya lo sabía yo. Me estremezco sólo de pensarlo.

A pesar de todo, accedemos a ir a la fiesta de Elleine, es importante supongo y ella es muy buena con nosotras.

Nos presenta a varias chicas y desde el principio noto que Albs y algunas de ellas (por no decir todas) no tienen muy buena relación. Me alegra saber que Sadie no está invitada cuando una pregunta por ella. Imagino que muchas son… mujeres lobo. O como quiera que se llamen y no sé si es muy buena idea tener a gente que no sabe de ello y gente que lo es, juntas.

—Tú no te preocupes, Sissi —Elleine lleva un jersey de cuello alto y unos vaqueros bastante ajustaditos—. No van a hacer nada que pueda perjudicar estando yo aquí. ¡Tiene ventajas ser quien soy!

—¿Tenías que invitarlas? —Albs se une a la conversación y hace un mohín con sus labios—. Odio a Hollie Daft y ella me odia a mí.

—Le diré que se porte bien, ¿vale? —Le abraza—. Tú no te desanimes, nadie puede meterse con mis chicas.

Ahora entiendo cuando dicen que Elleine es comprensiva, con mano dura y justa. Ella va a cuidar de los suyos como si no hubiera un mañana, pero también les apercibirá si es necesario.

—Aaron lo intentó con ella. —Albs realmente está afectada.

—Ya he hablado con él. No va a hacerte más daño. ¿De acuerdo?

—¿Quiénes son las otras y porque nos miran como el culo? —Alicia llega acompañada de Anne y lo que parece ser un cubata.

—Como sigan mirándome así a alguna le cae un puñetazo. —completa Anne.

Elleine sonríe con orgullo ante la declaración de Anne, es evidente que es una chica ruda y con mucha fortaleza y que le gusta hacerse respetar.

Voy a por una bebida y Elle me acompaña.

—Entonces, ya sabes lo que somos.

—Algo tengo entendido… —respondo colocando un par de cubitos de hielo en el vaso—, no lo comprendo del todo, pero antes de tomar alguna decisión quiero entenderlo todo. —Se lo estoy confesando.

Hace una mueca. Creo que no le gusta mi respuesta, pero no puede quejarse, en parte entiende mi situación y mis dudas, aunque no le guste. Acabo de dejar claro que, si algo no me convence, huiré. Lo siento, pero es que reconozco que soy asustadiza en algunas cosas y, ante el desconocimiento, escapo. Aun así, estoy dispuesta a intentarlo.

—¿Qué no entiendes? —A pesar de intentar sonar dulce, no lo consigue. Su tono de voz es algo grave, puede suavizarlo, pero no va a conseguir que se le escuche afable.

—Muchísimas cosas —confieso y me pongo un poquito de alcohol, sin cargar demasiado el cubata—. Por ejemplo, que te llamen ¿luna?

—No me llaman así, Sissi. Es lo que soy porque estoy con un alfa —suspira y se apoya en la encimera—. A veces es complicado.

Me fijo en sus brazos, están completamente tatuados. En uno de ellos se distingue la forma de un lobo negro con una cicatriz en la oreja. Es impresionante todo el detalle que tiene, lo realista que es, cómo se ha quedado el color, la forma y todo, incluso la línea fina para hacer el contorno de la figura y las facciones del animal.

Es puro arte plasmado en su piel.

—¿Es… Nathan? —pregunto.

—Sí —Sonríe mirándose la tinta de la piel—. Él lleva lo mismo, pero con mi loba.

—¿Y esa cicatriz?

—¿Te han hablado de los pícaros? —Niego—. Son lobos solitarios que intentan acabar con la paz que tenemos establecida, a veces se unen unos cuantos... Se la hizo uno de ellos en un enfrentamiento —Reconoce y noto cierto orgullo en su voz—. Ellos no quieren seguir órdenes, no quieren que los humanos vivan tranquilos, tienen una concepción distinta. No tienen un propósito, sólo quieren caos.

—Se toman la justicia por su mano, como Nash. —Recuerdo lo que hizo hace un par de días y vuelvo a sentir cierto temor.

Justo en ese momento vibra mi móvil y al comprobar la notificación emergente veo que es un mensaje del susodicho, otro de muchos tantos. Elleine también lo ve. Ambas sabemos que me está dando el espacio que necesito, pero que no tardará mucho en volver a aparecer.

—Le estás ignorando. —Creo que intenta no sonar dura o como si estuviera riñéndome, pero no lo consigue.

—Elleine… —Suspiro al recordar lo ocurrido—. Me dio miedo. Mucho miedo.

—¿Nash?

Asiento. Sólo de pensarlo un escalofrío me recorre por el cuerpo. Nash Callegher es un asesino.




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