—¿Sabes lo emocionadas que estamos de que pases esta temporada con nosotras? — preguntó Jane mientras se sentaba para colocarse los patines, su coleta alta en su cabello pelirrojo hacían que sus rasgos fuesen mas angelicales, su postura y altura le hacían ver elegante, estaba un poco celosa en ese momento. Yo parecía un espantapájaros gracias al largo vuelo, las ojeras enmarcaban mis ojos haciéndome parecer un mapache torturado y mi cabello estaba pasando por un mal momento gracias al frio clima de Rusia, si ... en ese momento no me sentía tan bonita.
Mi madre se encontraba aun en la pista de patinaje grabando a algunas chicas. Ella tenia esa afición, grabar no solo los ensayos de mi hermana, sino también lo de las otras chicas, por supuesto que algunas madres, padres o entrenadores no permitían aquello; los ensayos eran totalmente TOP SECRET , gracias a que podían existir competidores que querían ver por ellos mismos antes de comenzar la temporada de competencias si el otro patinador lograba dominar su toe loop triple[1] o salchow cuádruple[2] . No obstante Eliza llevaba años siendo, atleta, madre y antes entrenadora de una patinadora, así que todos la conocían, a veces era ridículo como podía pasar por encima de los demás y obtener lo que quisiera, ella tenia el poder gracias a la confianza, era un poco aterrador desde mi punto de vista.
—Llamaré a mamá para que deje la cámara y te salude — dijo mi hermana mientras besaba los dedos de sus manos y luego los posaba frente al patín, lo hacia siempre que entraba a la pista de hielo.
— Esta bien déjala en paz, se ve bastante distraída — mencioné mientras observaba como patinaba de un lado al otro grabando todo como una acosadora. — ¿y papá? — supuse que estaba en él hotel viendo tv pues como yo, él se aburría de estar viendo a personas dando vueltas en patines de un lugar a otro.
— Uh ... él — Jane fue interrumpida por una chica rubia de sonrisa brillante. (Debo tomarme un segundo para decirles que en este mundo las sonrisas brillantes eran costumbre, yo tenia una teoría de que yo era la única alienígena que no sonreía tanto como los demás, tan absurdo como suene).
— Jane, veo que regresaste de tu descanso, la entrenadora dijo que podíamos practicar nuestras secuencias de pasos juntas — aquella chica que vestía de purpura ni se dio cuenta de mi presencia lo cual agradecí , me gustaba pasar desapercibida.
— Por su puesto Anna — contestó Jane levantándose para salir a la pista — Oh, Ann , ella es mi hermana Ady, vino a pasar un tiempo conmigo — dijo luciendo como una niña pequeña que tenia un nuevo hermanito, al parecer no sabia exactamente porque me encontraba allí, mi hermana siempre ignorante de mis desgracias.
— ¡No sabia que tenias una hermana! — Contestó la rubia dirigiendo esta vez la mirada hacia mi, por supuesto que nadie le había hablado de mi, hice una mueca y saludé con la mano derecha intentando ser amable.
— Ella ha estado estudiando en Inglaterra desde hace dos años, es muy inteligente — afirmó mi pequeña hermana mientras asentía con la cabeza, al parecer estaba orgullosa de mi.
—Soy Annabeth Jones, patinadora estrella, Australiana — dijo como si estuviese presentándose con otro participante de su diciplina, sus ojos se posaron en mi y luego se retiró patinado con toda la delicadeza posible.
— Es todo un caso, patinadora estrella ... Ja!, este año le venceré — dijo con convicción y luego solo me abandonó allí.
No podía creer que mi propia madre decidiera ignorarme, llevaba mas de veinte minutos sentada en uno de los bancos cerca a la orilla de la pista de patinaje y aun no me había saludado o abrazado al menos, ya podía percibir como seria mi año de gira con ella y todos los "artistas del patinaje".
Me coloqué mis audífonos y cerré los ojos, el sueño me ganaba, y aunque me hubiese gustado dormir en mi cama estaba atrapada en esa pista de patinaje hasta que alguien se compadeciera de mi. Justo cuando pensaba que triste era mi vida alguien tocó mi hombro.
Un chico de rasgos asiáticos estaba frente de mi, su conjunto de deporte negro me hacia saber que trabajaba como entrenador o practicaba el deporte, ademas tenia una maleta de gimnasia, de esas que usas cuando llevas ropa de deporte y ese tipo de cosas. Él me miró como si fuese la primera vez que viese a un bicho raro, por supuesto que era lógico, estando rodeado de patinadoras bonitas, yo parecía algo exótico, sobre todo si contamos mis pecas, mi cabello caoba y mi extraño corte de pelo enmarañado en un moño.
— Luces terrible — dijo con el ceño fruncido, aquel chino había dicho que me veía mal, ¿será que nunca le han dicho lo idiota que es decirle aquello a una chica?.