Wit: Entre dos mundos

Prólogo 1 - Wyatt

Estilo de narración: Primera persona

Personaje: Wyatt

 

Es domingo por la madrugada, quizá sean las 3, quizá sean las 4, no lo sé; hoy día también me quedé haciendo horas extra en el trabajo, hoy trabajando como Ingeniero, le dije al encargado que lo ayudaría con su parte... Al final la estoy haciendo yo sólo. Saliendo de éste lugar debo de ir a abrir el restaurante, trabajar medio tiempo, y luego ir al laboratorio en el centro de la ciudad, aunque es bastante tarde, sólo puedo conformarme con unas cuantas horas de sueño luego de salir del laboratorio. Es mejor que nada.

Cuando finalmente terminé con el trabajo por el cual no recibiré ni un centavo, me dispuse en dejar todo en su sitio, claro, ese tampoco es mi trabajo o mi problema, de eso se debe de encargar la señora de la limpieza y el encargado, pero aquella mujer de tercera edad apenas puede con su cuerpo, obligarla a organizar cualquier cosa que hayan tirado los de ingeniería de sistemas (que por cierto, es mi especialidad) sino también lo que tiran los de ingeniería mecánica, es demasiado para ella. Quizá sea demasiado amable, demasiado preocupado, o simplemente demasiado idiota, con cualquiera de ellas estoy bien, mi Abuelo siempre decía que no existe tal cosa como errar o acertar, simplemente decidir. yo estoy decidiendo pensando en lo que quiero, así que no puedo estar errado.

Al terminar de ordenar todo, tomé mi maleta y comencé a caminar por los pasillos de la empresa, ya era bastante tarde, no había nadie alrededor, el eco que ocasionaban los pasos daban el ambiente perfecto para una película de terror. Todavía quedaban algunas luces prendidas, así que seguro todavía hay gente dentro.

Sí, en efecto, mi duda fue respuesta en un instante con el aparecer de una rubia... y, debo mencionar, muy voluptuosa mujer de ojos azules y estatura no superior al metro con setenta, una de mis compañeras de trabajo que parecía acababa de llegar.

— ¡Hola señor Wyatt!

Dijo aquella señorita, en un alegre tono que parecía natural de ella.

— Hola, María.

Dijo Wyatt, con un tono que variaba entre frío y cansado.

— ¿De nuevo hasta tardeee? ¡Buen trabajo!

Mientras María decía esto, daba palmadas fuertes al hombro de su mayor, aunque la diferencia de estatura era clara, no le impedía hacerlo con fuerza. Mientras que Wyatt mostraba unos gestos fríos, el dolor sólo se veía en sus ojos.

— No sea tan brusca señorita María.

Al decir esto, Wyatt, aparta la mano de la rubia, y retoma su camino a la salida.

— P-perdón yo- oh, sí, hasta luego señor Wyatt.

Luego de que aquella chica de rubia cabellera se despidiera, se daría la vuelta para dirigirse a su oficina, yendo con cuidado y miedo por los pasillos, debido al ambiente de horror.

No me di cuenta hasta que estuve frente a la salida de que estaba lloviendo, ni siquiera me había percatado de ello a través de las ventanas en mi camino aquí. por suerte había traído un paraguas plegable gracias al pronostico. No, no es como si viera las noticias, no tengo tiempo para ello, me lo dijeron en el trabajo, así que cuando pasé por mi casa por última vez hace 2 días, guardé uno en la mochila, quizá deba ir hoy a casa.

Luego de sacar el paraguas y colocarlo por sobre mi cabeza para evitar la lluvia, salí de la empresa. Es verdad, no lo dije, trabajo en Empirely, una gran empresa y academia, centrada en la ingeniería, cualquier cosa relacionado a ella, Empirely la enseña y emplea. Yo soy un trabajador corriente en esta empresa, aunque tengo un cargo suficiente alto, no salgo de lo corriente.

Luego de salir del edificio, comencé a caminar a través de las calles  la intensa lluvia. como era bastante tarde, y estaba lloviendo, no habían autos a simple vista.

   

Aquel Hombre caminando por las calles con lentitud, soy yo, Wyatt Alexander Torment, mi apellido es curioso si consideras la tormenta justo ahora. ¿Y mi otro apellido? no me gusta usarlo; soy un hombre de mediana edad, 45 años para ser exactos, cabello negro que llega hasta mis hombros, amarrado con una liga hacia atrás, vello facial de dos días y ojeras de mapache. lo único que podría destacar de mí en cuanto a mi rostro son los ojos, entre verdes y celestes. Cuando estaba en preparatoria era probablemente el chico más atractivo que puedas conocer, pero la edad pega fuerte. aunque mi personalidad no ha cambiado en absoluto según la gente, un sujeto perdido, que no demuestra más emociones de las que deba, directo al hablar, algo explosivo y frío, mido cerca de metro noventa, y tengo contextura... ¿Buena? soy un poco robusto. Pero nada más.

Caminaba a través de la lluvia, como siempre, con la mirada perdida en mi entorno, una mirada muerta sería mejor para describirla. a estas alturas ya no sé si es mi mirada natural, o simplemente es el desgaste que me mantiene así. Apenas llegue al restaurante, me cocinaré algo, no he comido en un rato, y creo que lo necesito, me siento débil.

Me paré en el borde de la banqueta, esperando a que el semáforo cambie de color, aunque no había autos, no es como si tuviera prisa, tengo hambre, pero no es excusa suficiente para mí.



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En el texto hay: melancolia, accion aventura, accion y comedia

Editado: 14.08.2019

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