Capítulo 7
Mateo empezó a hacer trazos en el pizarrón y a explicar su clase. Yo me quedé observándolo y empezamos a trabajar, esas dos horas se pasaron demasiado rápido, cuando terminaron las clases todos se levantaron de sus asientos y empezaron a salir, yo me quedé sentada guardando mis libros cuando Paola se acercó
-¿Estabas hablando enserio?- pregunto
-¿De qué?
-¿No irás?
-No Pao, hablaba muy enserio. No iré y no cambiare de opinión
-Pero Nallely
-Quiero quedarme sola en casa ok- Dije irritada - Paola salió del salón molesta. Cuando todos salieron Mateo se sentó en el pupitre que estaba al lado mío
-¿Quieres estar sola?- Me pregunto sonriendo
-Solo le dije eso para... no sé - Mateo Sonrió
-Vamos señorita- dijo levantándose - Caminamos hasta mi auto
-¿Te parece si llevo mi carro hasta tu casa?- pregunto Mateo
-Allá nos vemos- contesté- Conduje hasta mi casa, cuando llegamos ambos estacionamos los carros el lado de la carretera.
Entramos a la sala y nos sentamos en el sillón
-Bien Nallely ¿Entendiste lo de hoy?
-Sé me complico algo al sacar las ecuaciones del punto pendiente
Mateo tomo mi lápiz y procedió a explicarme paso por paso, detalle por detalle. Me quede mirando su rostro, después recargue mi barbilla sobre mi codo.
-¿Estas entendiendo?- pregunto tomando mi brazo
-Sí, cada detalle
-Nallely... ¿Puedo preguntarte algo?
-Dígame profesor
-¿Qué te pasa?
-¿A cerca de que profesor?
-Estos días he visto que no eres completamente feliz
-Lo soy
-No lo eres- Dijo levantando mi barbilla- ¿Qué es lo que te impide ser feliz totalmente? - Me solté a llorar
-Extraño tanto a mi familia, me siento tan sola. A pesar de estar rodeada de gente hay un hueco dentro de mí, cada noche me quedo pensando en ellos.
-Lo siento tanto- dijo limpiando las lágrimas que rodaban por mis mejillas
-No me gusta esta vida vacía
-Te entiendo pero a veces tenemos que hacer sacrificios. Piensa en todo lo bueno que sacarás de aquí, estas en una muy buena universidad
-Lo sé, créeme que lo sé pero pienso que fue un error alejarme tanto de ellos.
-Me recuerdas tanto a mi Nallely. A mí también me costó mucho trabajo estar lejos de mi casa pero me sirvió de experiencia. No te preocupes me tienes a mí a pesar de ser tu maestro quiero que me veas como un amigo. Yo te apoyaré en cada cosa que necesites.
-Muchas gracias- Mateo me tomo entre sus brazos muy fuertes y comenzó a acariciar mi cabeza.
-Bien sigamos- Dije limpiándome las lágrimas
-No hasta que estés completamente bien
-Lo estoy- Mateo se separó de mí y me miró a los ojos
-De verdad- le dije
-Ven- me abrazó de nuevo- Ten seguridad conmigo, quiero que estés bien, no sabes cómo me lastima ver que tu sonrisa no es completa sabía que algo lo impedía y ahora te comprendo.
-Profesor
-dime
-Me está asfixiando
-Discúlpame. Bueno ¿vamos al cine?
-Está lloviendo muy fuerte- Nos asomamos por la ventana la lluvia corría como ríos entre las calles, los árboles goteaban, nos había absolutamente nadie en las calles, ni siquiera carros
-Esto es una tormenta - dijo Mateo bajando la cortina
- podemos ver alguna en Netflix
-Cine en casa, me agrada la idea- dijo tocando mi mejilla
-Bueno profesor elija la que quiera mientras yo iré a preparar un par de tazones de palomitas- Caminé hasta la cocina, saque dos paquetes de palomitas de mantequilla y metí uno al horno mientras buscaba un par de vasos y el jugo del refrigerador. Mateo se paró en la puerta de la cocina
-Yo vierto el jugo si quieres- dijo tomando la botella
-Está bien- Dije sacando las palomitas del horno y metí el segundo paquete
-Los llevo a la sala- dijo Mateo tomando los vasos
-Lo alcanzo en un minuto- Vertí las palomitas en dos tazones diferentes y caminé a la sala.
-Bien profesor ¿Qué película eligió?
-Romeo & Julieta- dijo apuntando hacia la pantalla
-Bien. - Mateo hizo que la película empezará a correr, después de unos minutos empezó a descender la temperatura, el frío calaba los huesos totalmente
.
-¿Tienes una cobija? -Pregunto Mateo acariciándose los brazos
Jale una cobija que estaba en el sillón de al lado y lo cubrí con esta
-OH! Ven aquí- dijo abriendo la cobija en su lateral izquierdo. Me quede
Pensando unos segundos y me senté a su lado, el me cubrió y después me abrazó. Me quede avergonzada con él. Cuando terminó la película quiete de encima de mí la cobija y me percaté de que Mateo se había quedado dormido. En un lapso de segundos lo observe dormir, era tan perfecto como cuando el sol se esconde tras la colina, su sonrisa era la luna de esta noche.
Lo acosté a lo largo del sillón, quite sus zapatos y su corbata.
Mateo dormía profundamente, me quede sentada en el sillón de al lado, luego de unos minutos subí a mi cuarto y tome el cobertor de mi cama, lo enrede en mi cuerpo y me quede dormida en el sillón. A la mañana siguiente desperté temprano, Mateo seguía dormido, me levanté y me metí a la regadera al terminar fui a la cocina y prepare cereal y fruta para los dos, al ver que Mateo no despertaba me acerque a él poniéndome en cuclillas y lo desperté
-Profesor- le dije mientras movía su brazo
-Mmmm... - dijo abriendo un ojo, al verme frente al él se enderezo -¿Qué hora es?- pregunto
-7:12 de la mañana-
-¿Qué?
-Nos quedamos dormidos aquí
-Lo bueno que es sábado- me dijo acariciando sus cienes
-¿Quiere desayunar? Hice fruta y cereal
-Si. ¿Tienes café?
-Sé lo preparo en un minuto- Dije levantándome para ir a la cocina
-Muchas gracias- me dijo tirando de mi brazo- de verdad eres una chica increíble, tienes muchas atenciones conmigo y de verdad te lo agradezco
-No tiene por qué, es mi forma de agradecerle las asesorías, de verdad está ayudándome de más.
-Bien vallamos a desayunar- dijo poniéndose los zapatos. Caminamos hasta la cocina y nos sentamos en la pequeña mesa que estaba ubicada en el centro de la cocina
-Cocinas de maravilla- dijo riéndose
-Muchas gracias. Me levante muy temprano para preparar el desayuno- Empezamos a reír.
-¿Qué harás hoy Nallely?
-Visitaré a una de mis amigas, está aquí de visita, y la llamare para verla.
-¿Qué amiga?
-Paulina
-Creo que no la conozco
-Definitivamente no la conoce.
-¿Y después que más harás?
-No lo sé, a ver que sale. ¿Y usted profesor?
- Quería invitarte a cenar a mi departamento, ya has tenido muchas atenciones conmigo así que quiero ser igual de amable contigo ¿Qué dices?
-Me parece perfecto
-¿Te parece bien a las 6?
-Me parece más que perfecto
-Bien entonces ya es un hecho- dijo señalándome con la cuchara
Al terminar el desayuno Mateo se tenía que marchar así que tomo sus cosas y se marchó.
Tomé el teléfono y marqué
-¿Bueno? - Contesto Paulina
-Pau, soy Nallely ¿Cómo estás?
-Hola- dijo alegre- muy bien ¿Y tú como sigues?
-Ya mejor muchas gracias ¿Oye puedo verte hoy? Tengo de verdad tanto que contarte
-Claro ¿Te parece bien a las 12 en la plaza?
-Te veo a las 12
-Hasta entonces
Y Colgué. Comencé a recoger la casa un poco, después subí a mi habitación y tendí el cobertor que había quitado la noche anterior.
10:23 am. Empecé a arreglarme para el encuentro con Paulina
Use unos Jeans deslavados una playera roja y tenis rojos
Conduje hasta la plaza y me senté en una banca, después de unos minutos vi como se acercaba Paulina, me levanté y corrí a abrazarla
-Mi niña- le dije apretando su espalda
-Hola- Nos estamos en la banca
-¿Cómo haz estado Nalle? Ayer creí que irías a la fiesta pero no te vi por ningún lado
-Me quede en casa, tenia asesorías y después, hay no puedo mentirte- Dije sonrojada- en realidad mi maestro de Cálculo estuvo ayer conmigo
-En tu casa
-Si- Dije emocionada- y nos quedamos viendo una película, las horas pasaron y hoy despertó en mi sillón- Paulina comenzó a reírse
-Eso suena muy gracioso- dijo
-Lo sé. Hoy desayunamos juntos y pues hoy me invito a comer a su casa
-¿Y cuantos años tiene ?
-23.
-¿Quién es?
-Su nombre es Mateo