Weru, que había dejado el aula antes que Nico y Felipe, se encontraba apresurado en lograr llegar al segundo nivel del instituto. Mientras corría por lograr llegar a tiempo, pensaba – no puedo creer que todo esto esté pasando de esta forma, yo sólo quería que todo pudiera seguir siendo tranquilo, siendo que yo soy el más débil entre todos, no puedo siquiera lograr conseguir una forma de poder salir de una situación como esta. Agg… si tan sólo pudier… a… no – se detuvo por un momento tan sólo para poder recuperar un poco el aliento que sentía que ya había perdido por completo.
Weru, que parecía ser alguien en tan mala forma, a pesar de los entrenamientos que había estado haciendo últimamente en la agencia WN, así como aquel entrenamiento especial, del cual sentía que se le iba a ir el alma en ese momento, aunque aún se preguntaba que era lo que hubiera logrado ver en ese entonces y si lo que fuera que hubiera logrado encontrar sería algo agradable de ver, aunque tanta curiosidad que le daba y le hacía en ocasiones pensar que hubiera sido mejor si no lo hubiera rechazado, pero también sentía que el no haberlo hecho en ese entonces fue mejor de lo que esperaba.
Mientras alucinaba un poco sobre lo que se ocultaba detrás de aquel momento que dejó pasar, un poco de su saliva empezó a salir de su boca como si se tratase de un completo pervertido, aunque no lo fuera, pero esto se debía a que tenía toda la boca seca después de haber estado corriendo hasta ese lugar.
Aunque no lo pareciera, el instituto en sí era mucho más grande de lo que aparentaba en realidad, así que era algo lógico el pensar que este en realidad era algo exagerado el que Weru estuviera completamente cansando hasta el punto de haber alucinado, la alucinación fue causado por su mala condición física que tenía en ese momento. Se podría decir que Weru era alguien que no había entrenado para nada hasta no hace mucho tiempo, incluso había ocasiones en los cuales sentía que se moría con un poco de calentamiento en la agencia WN, por lo que pensaba que era todo un milagro el que haya sobrevivido durante todo este tiempo.
Weru, recuperando el aliento, continuó corriendo hasta llegar a una esquina en la cual había un pequeño callejón sin salida alguna. Con la respiración un poco agitada, dijo mientras trataba de mantener el aliento – c cre… cre… o que este debe de ser el… lugar donde debo… de estar. Sólo esp… ero que eso sea… sino terminaré muriendo en… el camino… así que… por… po… r favor que este sea e…l lugar correcto – y con eso entró en ese lugar en el cual pudo notar que había unas cuantas aulas más en ese tramo y una al fondo. Jadeando, se detuvo al llegar a estar frente al aula del fondo, por supuesto que no se atrevió a ver en ni un momento las demás aulas, pues tenía un mal presentimiento en ese momento, además de que estaba sumamente cansado como para poder husmear lo que podría estar detrás de cada una de las ventanas y puertas de cada aula que vio en este pequeño callejón. Al ser que todavía sentía que todo su cuerpo le dolía y que estaba por rendirse, apoyo sus manos en sus rodillas mientras jadeaba y trataba de recuperar el aliento.
Una vez que Weru había logrado recuperar el aliento, giro la perilla de la puerta del aula para luego abrir la puerta y así poder entrar en el aula. Todo lo que parecía esta completamente en silencio, de pronto ya no lo estaba pues un agudo grito se dejo escuchar en el momento en que Weru abrió la puerta el cual dejó los oídos de Weru silbando por un breve momento, mientras se tapaba inmediatamente los mismos y decía – ¡no grites así! Sino me vas a dejar sordo – y con eso una risa burlesca se dejó escuchar en el cuarto.
En el momento en que aquel silbido dejó de resonar en los oídos de Weru, vio un rostro engreído y con una gran sonrisa de satisfacción después de ver la reacción que había logrado conseguir por parte de Weru. Weru, un poco enojado, dijo – no puedo creer que te hayas estado divirtiendo de una desgracia como esta – ella – veo que estas de mejor humor en este momento, no como en la forma en que me dejaste hace un rato – Weru, desviando su mirada y un poco de ruborizado, susurro – bu bueno… que más es lo que podría hacer en una situación como esa… no me lo esperaba en lo más mínimo – a lo que ella, sintiendo que era una buena oportunidad el poder conseguir ver una divertida expresión, se acercó y asomo su rostro contra la de Weru haciendo que este retrocediera un poco mientras ponía una expresión un poco avergonzada y confusa.
Weru, manteniendo su equilibrio para no caerse, al ser que terminó haciendo hacia atrás hasta dibujar con su cuerpo un arco y en el cual podría hacerle caerse hacía atrás ante cualquier cambio que se llegase a dar. En ese momento, ella, con una mirada completamente centrada en Weru y con un cierto encanto, como si tratara de llamar la atención de Weru diciendo “Aquí estoy, así que no mires a otro lado” de pronto se alejó de él mientras soltaba una gran carcajada y se retorcía de tanto reír.
Weru, que estaba enojándose al ver esa reacción por parte de ella, dijo – no puedo creer que realmente te guste molestarme de esta manera – a lo que ella respondió, después de que logró dejar de reírse un poco – bueno, bueno, bueno… – trato de recuperar el aliento ante el estar a punto de volver a reírse a carcajadas – no era mi intención el tener que molestarte de esta manera… pero es que no puedo creer que durante primaria tratabas de mantenerte alejado y estar lo más tranquilo posible para que en este momento puedas dejarte llevar un poco más que en ese entonces – Weru – no era eso así hasta que empezaron a llegar varias cosas que no tenía ni la menor idea que sucederían – ella – pero la respuesta de ese momento era tan fácil para mantener tu vida tal y como estaba en ese momento la verdadera pregunta aquí sería – puso una expresión sería pero a la vez burlona – ¿Por qué no lo hiciste? – Weru – bueno… – ella – no importa la verdad, al fin y al cabo, todo debería de ser culpa de tu propia forma de ser. Así como sucedió en aquella ocasión, sino lo hubieras hecho, creo que todo sería diferente – soltó un pequeño de decepción – aunque no creo que sea algo que se pueda cambiar tan fácilmente después de todo. Bueno, vamos a realizar lo que tenemos el día de hoy – Weru – está bien – bueno, sígueme hasta donde debemos de estar. Sólo que te pediría que todo lo que vamos hacer en este momento será mejor que trates de evitar que lo descubran, bueno, si es que no quieres que nadie más se entere de esto – Weru – tienes razón, debo de ser muy cuidadoso. Por cierto… – en ese momento los dos se detuvieron. Ella, sin dirigiendo su mirada lentamente hacia atrás sin girar la cabeza – así es, parece que tenemos un poco de compañía no deseada en este momento. Sólo espero que podamos encargarnos lo más rápido posible y sin ni un solo error. Pero – sonrió – al final no creo que eso importe si es que me puedo divertir también – y con eso se dejó caer un pequeño dispositivo en el piso del aula. En el momento en que este estaba cayendo, entre las sombras empezaron a salir varios agentes que querían atrapar a Weru sin que ella se diera cuenta, era más como si se tratara de que al ver a Weru siempre en el grupo de Felipe y Nico, habían determinado que ellos debían de estar en la misma agencia, lo cual fue un gran acierto. Pero lo que no se esperaron es que en el momento en que este dispositivo en forma de una pelota verdosa tocara el piso terminaría enviando unas ondas electromagnéticas que terminarían noqueando a todos seguido de una pequeña señal que desactivaría sus armas en el instante de forma momentánea.