El principio:
El aroma a mañana, comida y alcohol podía sentirse en el aire. Algunas personas aún se encontraban reunidas a las afueras de sus casas celebrando el nuevo año. La música aún retumbaba en la ventana de mi habitación, y de la misma, podía mirarse el naciente sol que daba un saludo al nuevo día. Es primero de enero y no he hecho otra cosa más que llorar y entregarme a mi desdicha desde el amanecer. Todo estaba arruinado, tanto o más que mi rostro enrojecido e hinchado por las lágrimas. Él estaba enojado, no respondió ninguno de mis mensajes y tenía miedo de que no quisiera verme.
¿Por qué era tan difícil seguir sin ti?
Eran casi las seis de la mañana cuando mi hermana llegó alegre y haciendo bullicio junto a sus amigos. Era preciosa. Disfrutaba de unas contorneadas piernas largas y un cabello negro, sedoso y largo hasta la cintura. Cuando la vi entrar a la habitación, me habría encantado decirle que se veía hermosa. Estaba enfundada en un delicado vestido de seda rosa pálido, descubierto en su espalda y tacones trenzados color crema. Era encantadora y pícara, pero su carácter era fuerte y tenía la astucia y malicia de las jodidas serpientes. Pero en su lugar, me sentí terrible al ver en su mirada ira y preocupación. Se escuchaba feliz afuera, pero su sonrisa se esfumó al ver en el estado en que me encontraba. Ella, como todos a mi alrededor, desaprobaba rotundamente mi relación con Chris. Cada día me reprochaba que estaba siendo manipulada y utilizada. Sabía que me reprendería, pero estaba tan deprimida que aceptaría inclusive que me aventara a una avenida si posterior a eso sería consolada.
ㅡ ¿Qué mierda te hizo ese imbécil? ㅡ gruñó furiosa. Se acercó a mí y me envolvió en sus brazos.
ㅡ Él no ha hecho nada, lo he hecho todo yo esta vez.
ㅡ ¿Qué sucedió?
ㅡ Andrew estuvo aquí y lo vio.
ㅡ¿Qué tiene eso de malo? ㅡ frunció el ceño confundida.
ㅡ Le he mentido diciendo que no podía venir porque mamá estaba con sus amigos. No iba a decirle por nada del mundo que estaba con Andrew. Pero de todas formas vino, discutimos... y ya no quiere que sea su novia Carrie. Él iba a pedirme que fuese su novia.ㅡ Solté con la voz entrecortada. Estaba conteniendo mis ganas de llorar, ya era suficiente.
ㅡSigue pareciéndome absurdo. Además, quiero que salgas con AndrewㅡBufó enojadaㅡ. Deja de sufrir. No sé porqué sigues permitiendo que te ponga de esta forma, no eras así.
ㅡÉl tampoco lo era.
Seguido de esto, escuché un leve toque en la puerta. Carrie y yo nos separamos y emití un "adelante" casi como un murmuro. Eran Andrew y Buddy. Traían consigo bolsas de plástico con lo que parecían ser aperitivos y golosinas para niños.
ㅡAsí que era verdad ㅡBuddy me miró acusadorㅡ ¿Qué diablos haces llorando? Deberías estar convirtiéndote en una zorraㅡ afirmóㅡ. No, no te vuelvas una zorraㅡ se retractó enseguidaㅡ, tendremos un problema si lo haces. Pero aléjate de él.
Reí por lo bajo.ㅡ¿Quién te lo ha dicho?ㅡPregunté.
ㅡAndrew. Esta nena casi me hace tener un accidenteㅡLe señaló rodando los ojos.
ㅡNo me fío de ese tipo, Hazel ㅡinterrumpió Andrewㅡ. Me siento culpable de esto, pero me cabrea más que te haga llorar. No es tu maldito novio.
ㅡ Y la hiere ㅡContinuó Carrie. Me miró con ese brillo penosoㅡ, despréndete ya, Hazel.
ㅡNo puedo, me necesita. Además, tenerlo lejos duele más que tenerlo cerca.
Suspiré con cansancio y los invité a sentarse, se miraron con resignación. Ambos se sentaron junto a Carrie y se dispusieron a sacar el contenido de las bolsas. Habían traído algo de pastel y otras chatarras que me hacían feliz, ambos me conocían lo suficiente para saber que debían mantenerme llena como distracción.
Buddy era un chico divertido, bastante brusco y tocado de la cabeza, pero me cuidaba como a su hermana menor. Le molestaba en demasía esta situación y se mantenía acosándome durante la semana para asegurarse de que estuviera bien. Estaba enamorado de Carrie, pero se mantenía en fiestas y relaciones informales. A pesar de todo era un buen chico y un grandioso tatuador. Por otra parte, Andrew es su mejor amigo y su opuesto parecido. Un muchacho castaño con el rostro de un maldito modelo comercial de alguna marca importante. Alto, poético y con un corazón extremadamente dulce. Compartíamos gustos en variedades de cosas, pero me asfixiaba de tanta dulzura. Yo era de la misma manera y eso lo convertía en extremo cansado.
Estuvimos el resto de la mañana engordando como vacas felices hasta que Carrie cayó rendida en un profundo sueño. Buddy y Andrew se marcharon después del mediodía y yo decidí que lo mejor sería darme una ducha para relajar mi cuerpo y pensar con claridad sobre todo lo que había estado sucediendo.
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Editado: 12.04.2018