Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 31

Enfrentamiento caótico

Había anochecido mientras los lobos disfrutaban de la abundante carne del alce.

—Lo han hecho muy bien —felicitó Takeshi a sus hijos para luego seguir masticando un gran trozo de carne.

Kabu continuó comiendo el muslo del alce, haciéndose el indiferente ante el cumplido de su padre. Aun así, Makoto alcanzó a ver como su cola se movió de felicidad por un instante.

—Gracias, papá —respondió la de pelaje oscuro con una sonrisa. Sus patas ardían de tanto correr y su cuerpo todavía estaba algo debilitado, por lo que se hallaba tumbada mientras se alimentaba junto a su hermano.

Atsu estaba jalando un pedazo de carne del costado del alce. Cuando logró separarlo del animal, lo puso frente a él para darle el primer mordisco. Sin embargo, al dar el mordisco su boca quedó llena de pasto, y se dio cuenta de que alguien había retirado rápidamente su comida de donde él la había puesto. Al girarse vio un rostro muy familiar con una maliciosa sonrisa.

—¡Yukiko! ¡No de nuevo! —lloriqueó.

La mayor no sintió ni un poco de pena por su compañero y se alejó con la carne entre sus dientes, hasta salir de la pradera por los arbustos cercanos.

—Agh, cuando te atrape yo... —se interrumpió para escupir el pasto que le daba mal sabor de boca—. Qué asqueroso —se quejó y volvió a mirar hacia donde se había ido la de ojos amarillos—. Cuando te atrape te irá peor que en el río —masculló enojado.

Atsu se sobresaltó cuando un trozo de carne, más grande que el que le había arrebatado Yukiko, cayó a su lado.

—No desesperes, camarada —dijo Kurotora—. Aún hay mucha comida. —Arrastró la carne de alce con su pata hasta dejarla frente a Atsu.

—Te... te lo agradezco, Kurotora —dijo el macho marrón agachando levemente la cabeza con respeto.

—Puedes decirme solo Kuro. —Con una ligera sonrisa, el atigrado retornó a su puesto, donde estaba su hermana.

Atsu le propinó un gran mordisco a su alimento, y se lo devoró con rapidez antes de que Yukiko pudiera volver y robárselo.

Cuando todos terminaron de comer su parte, Kurotora se estiró y habló:

—Fue una buena cacería.

—Buena excepto por esos maldadosos —añadió Atsu, acostado boca arriba con la cabeza apoyada en una roca casi de su tamaño—. ¿Soy el único que se preocupa por las palabras de Sawyer? ¡Nos aniquilarán a todos en cuanto puedan!

—No si los hacemos pedazos primero —gruñó bajo Kiirotora, relamiéndose la sangre de la presa que le quedó en el hocico—. A ver si pueden con el duo Tora.

—Si aparecen con refuerzos será complicado vencerlos —apuntó Takeshi. Luego de unos segundos pensativo tomó una decisión—. Alguien debe hacer guardia esta noche. No creo que Sawyer pueda guardarse las ganas de arrancarnos el pellejo por tanto tiempo, es probable que planee sorprendernos mientras dormimos.

—¡Yo me ofrezco para hacer guardia! —exclamó entusiasmada Ice.

—¿Podrás aguantar toda la noche sin dormir? —inquirió Makoto.

—¡Por supuesto, tengo mucha energía! —aseguró la joven con un destello en sus ojos claros. Esta miró fijamente a Takeshi para agregar—: No tienen por qué preocuparse, puedo mantenerme toda la noche despierta y muy alerta. Ustedes relájense y descansen.

—Bien —aprobó finalmente el líder. Las palabras de la loba habían removido toda duda. El macho negro paseó la vista por todos sus compañeros—. Espero que hayan comido lo suficiente. Partiremos hacia el hogar de los guerreros solares al amanecer, lo que no coman antes de eso se quedará aquí.

Los presentes asintieron y cada uno empezó a acomodarse alrededor del alce para descansar. Solamente Atsu arrancó otra porción de carne y la engulló. Kurotora lo miró con impresión.

—¿Qué? Ya oíste a Takeshi, hay que comer mientras podamos —le recordó Atsu antes de tumbarse junto a la roca donde estaba antes y ovillarse como un cachorro.

Kurotora rió un poco y posó su cabeza sobre el pelaje amarillo de su hermana, que se hallaba acostada a su lado. Kiirotora alzó la cabeza y observó a su alrededor hasta ubicar a Ice.

—¡Oye! —gritó hacia la loba blanca. Cuando tuvo su atención prosiguió—. Si sientes que no puedes continuar con la vigilancia, despiértame y te reemplazaré. Si Takeshi lo acepta. —Giró la cabeza para ver al líder, quien estaba al otro lado del cuerpo del alce.

Takeshi asintió. Ice se acercó a la atigrada.

—Muchas gracias por tu ayuda, pero dudo que necesite que tomes mi lugar —dijo con voz dulce y una sonrisa—. Estoy segura de que puedo con esto.

—Si tú lo dices. De todas maneras, aquí estaré por si llegas a necesitarme. —Dicho esto, puso la cabeza sobre las patas delanteras y cerró los ojos.

La joven ártica caminó por la zona contemplando a los lobos listos para dormir.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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