Wolf Soul: La amenaza de los Lobos Sombra

Capítulo 21

Yukiko y el Solitario de la Colina

El mayor se mantuvo observando seriamente a Makoto. Luego suspiró levemente y le dio la espalda a la guerrera lunar.

—Entonces deberías volver con tu clan, tú no perteneces aquí —dijo mientras se dirigía nuevamente al bosque.

Makoto miró al suelo. «¿Cómo se supone que voy a regresar?», pensó soltando un gemido de tristeza inconscientemente.

...

Para ese entonces, Atsu ya había visto a Ice no muy lejos. Ella estaba parada mirando a su alrededor con una expresión triste. El macho se acercó lentamente a ella, atravesando algunos arbustos. El sonido producido por las hojas alertó a la joven loba blanca, quien se giró en dirección al ruido.

—¿Quién anda ahí? —preguntó. Enseguida reconoció el olor característico de Atsu, y poco después este se presentó frente a ella.

—So...solo soy yo —respondió con las orejas hacia abajo.

—¿Tú no ibas a irte con Yukiko? —dijo Ice con una mirada algo seria.

—Oh... —El lobo miró hacia otro lado pensando en su respuesta. Luego volvió su vista hacia Ice y sonrió—. Ella es bastante fuerte, no creo que necesite de mis asombrosas habilidades para derrotar a ese lobo.

Ice se sorprendió ante el comentario de su compañero, pero al final no pudo evitar reir y seguirle el juego.

—¿Pero podrá vencer ella sola al Solitario de la Colina? Seguramente va a necesitar la ayuda de un buen luchador como tú —dijo con un tono bromista y una sonrisa.

Atsu movió su cola y levantó su cabeza con orgullo.

—No estoy hablando en serio —aclaró la hembra dejando de sonreir.

—Lo sé —admitió agachándo su cabeza—. Pero es divertido imaginarme a mí mismo como un guerrero fuerte y valiente —dijo con una leve sonrisa.

—Podrías convertirte en uno. Si te esfuerzas lo lograrás.

—Tal vez tengas razón, pero eso lo dejaré para después —dijo con una sonrisa algo nerviosa—. S...sí, me volveré fuerte después.

La menor frunció levemente el ceño, pero prefirió pasar por alto el comentario de su compañero.

—Tengo malas noticias —comenzó a contarle con una voz baja y mirando hacia abajo—. No he visto a Makoto por ningún lado. Lo único que encontré fueron rastros de sangre... su sangre. Eso más el olor a humano no significa nada bueno.

—¿Humanos? —preguntó tragando saliva y agachándose un poco asustado—. ¿Son esos los terribles enemigos de los que hay tantos rumores? Deben ser aterradores.

—Exacto. ¿Nunca has visto uno? —Atsu negó con la cabeza. Ice se dispuso a caminar nuevamente por la zona—. Hay que seguir buscándola, podría estar en peligro. Si no aparece pronto tal vez tendremos que buscarla en donde viven los humanos.

—¿¡Estás loca!? ¡Yo no iré a ese lugar! —exclamó con sus patas delanteras temblando—. Me atacarían con sus enormes zarpas, o peor... ¡me arrancarían la cabeza de un mordisco!

—No exageres Atsu. Los humanos no tienen zarpas ni colmillos, y si los tienen deben ser muy pequeños. Solamente debes cuidarte de las cosas que lanzan pequeños objetos que atraviesan la piel y pueden matarte —dijo con seriedad. Hace tiempo había visto a los cazadores matar animales con esos objetos, y presenciarlo no fue nada bonito.

El hecho de que los humanos no tuviesen garras ni colmillos tranquilizó un poco a Atsu, pero enterarse de la existencia de una cosa extraña que podría asesinarlo no era muy reconfortante. Sin embargo, al ver que Ice continuaba alejándose, se vio obligado a seguirla con la cola entre las patas.

...

Una loba adulta, de pelaje cenizo, acababa de poner sus patas en la cima de una de las colinas que unía los dos lados del bosque. Esta sonrió satisfecha por haber llegado a su destino, mas aún no había terminado con su misión. Comenzó a caminar despacio por aquel lugar, mirando atentamente lo que le rodeaba. Allí habían muy pocos arbustos y se hallaban separados. Además no había árboles ni rocas en las cuales alguien pudiese ocultarse. A pesar de eso, no habían señales del lobo que Yukiko buscaba. Esta había pensado que sería fácil encontrarlo, pero en ese momento no habían rastros que la guiaran a su oponente, ¿acaso estaba escondido?, ¿se había ido? o tal vez se encontraba en otra parte de la cima de la colina, pues esta era algo extensa.

«¿Un ataque sorpresa?», sospechó Yukiko. Avanzó hasta pasar cerca de un arbusto, y fue en ese instante en que sintió un movimiento muy cercano y creyó que alguien la atacaría. La loba se arrojó al suelo boca abajo instintivamente, sintiendo sobre ella un viento que alborotó el pelaje de su espalda. Esta rodó para luego ponerse de pie. Al levantar la vista vio que sus sospechas eran ciertas, muy cerca de ella había aterrizado un lobo, aquel que le había pasado por encima provocando ese viento que removió su pelaje.



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En el texto hay: lobos, animales, misterio y drama

Editado: 12.05.2019

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