Eira.
No podía ser mejor día, hiba camino a la oficina del director, lo peor era imaginar el sermón de mamá, y lo humillante que sería regresar a clase mañana, con las miradas de los chicos de la clase haciéndome sentir miserable, era realmente estúpido. En poco tiempo llegué al lugar, y me encontré con un chico, era normal verlo de camiso a casa, pero jamás he hablado con él.
— No esta— Dijo el chico con el rostro neutro.
— ¡Rayos! — Dije pensando en lo humillante que era estar ahí.
—Deberías irte, hacer que nada pasó y mañana vas a clase —
—Es probable que el castigo sea doble. —
— ¡Demonios! Nunca has estado aquí —
— Chicos, ¿No deberían estar en clase? — Interrumpió el director.
—Yo debería estar aquí, ella no — Dijo el chico firme y desinteresadamente.
— ¿De nuevo has fumado, no es así? — Preguntó el director ignorando mi presencia.
— Gasta tiempo en ignorar algo tan claro—
—Sabes que fuera de estar en un preparatorio, las consecuencias dañara tu vida —
—Pues ya lo esta— Dijo el chico con cierto dolor en sus ojos.
—Entiendo lo difícil que ha sido, pero trata de superarlo, y comienza a vivir, todos tenemos tiempo limitado, valora y vive cada dia—
Nos retiramos del lugar, me sentía muy nerviosa, no por la presencia del director, o mi posible castigo, se debía a la presencia del moreno a mi lado, quien caminaba junto a mi con esa fría mirada, sonrisa ausente y un notable inmenso dolor en sus ojos.
—Gracias— Dije mientras buscaba su mirada.
—No es nada, me gusta que la oficina del director sea solo para mi —
— ¡Vaya! No había conocido a alguien tan enamorado del banquillo de los acusados—
—Ya notaste, soy unico—
—Narcisista— Reí y el dio una una hermosa sonrisa — ¡Dios!, Tienes una hermosa sonrisa— Dije, ganandome una sonrisa más grande de su parte.
—Lo sabía— Respo dio altivo, a lo qie solté una carcajada.
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Caminábamos hacia el jardín, sacó de su bolso una cajetilla de cigarros, encendió uno y cerró los ojos para aspirar, dejó unos segundos para luego expulsar el humo.
— ¿Como definirías tu vida? — solté la pregunta que contenía desde hacía unos minutos.
—Simplemente como lo que es, vida —
—Define la como realmente la vez — Dije mirándolo.
— Una basura, encuentras de todo, desde lo más podrido hasta lo que es tan bueno que no debería estar ahí —
— ¿Y qué haces con todo? —
—Vivirlo, huir no es una opción, apre des a luchar con cada herida aun si esta no sano para volver a pelear y dejar que crezca más, Eira, no hay finales buenos o malos solo son finales, de ellos aprendes. —
— Se que hay algo que te duele, y no saber que me consume, pero dejame verte, ver cada rincón de tu alma, conocerte, ayudarte a vivir, y estar aquí, para verte sanar —
Completamente solo, con un traje y el último cigarro,
¿Donde estabas, cuanto todo se derrumbaba?