Salgo de la escuela y Aleister ya me está esperando recargado a su auto.
- ¿Esperaste mucho? - le pregunto.
- No tanto... Tal vez unos 20 minutos - dice pensativo.
Abro los ojos como platos.
- Eso es demasiado.. me hubieras llamado o algo así.
Me acerco dónde está, nos adentramos al auto y él comienza a manejar.
- Te tengo que decir algo.... - el dice lentamente.
- Dime.
- ¿Te gustan los hipopótamos? - pregunta torpemente.
Mi seño se frunce.
- Si.. son lindos - digo
- ¿Quieres ir al zoológico? - me pregunta viéndome ya que el semáforo está en rojo.
- ¿Ahora, ya? - le digo y lo miro desconcertada.
- Si, aún es temprano.
Podría ir, pasar unas horas con él y después ir a casa.
- Bien. - le digo finalmente
- De acuerdo.
Maneja concentrado, pongo música y comienza a sonar "Best Mistake" de Ariana Grande.
Empiezo a tararear la canción.
- Vamos canta. - me anima.
- Si canto me echarás de tu carro.
- Nunca haría eso.
- Eso sonó como promesa.
Él sonríe.
- Bien, prometo no sacarte nunca de mi auto.
- Pinky promise. - le digo levantando mi mano.
Cierro la mano en puño pero dejo de fuera el meñique.
- ¿Me harás hacer eso? - pregunta viéndome a mi y a mi mano.
- Claro, es muy importante.
Me mira derrotado y entrelaza nuestros meñiques.
- Pinky promise. - dice finalmente.
Una carcajada brota de mi garganta y Aleister también comienza a reír.
Empiezo a cantarla.
Más bien gritar.
Y él comienza a reírse aún más.
- ¡Oye! No te rías - le reprochó.
- No me estoy riendo de ti - dice entre risas.
- Es malo mentir.
- Es malo no creer.
El trayecto pasa entre risas y intento de ser cantantes.
- Llegamos. - dice bajando del coche.
Lo sigo entrenado al zoológico.
- ¿Cuántas personas? - pregunta una muchacha de nuestra edad.
No deja de mirar a Aleister, ni se percata de mi presencia y le sonrie de manera coqueta.
- Dos. - dice simplemente él.
- Aqui están, guapo - le dice ella aún con la sonrisita.
¿Cómo sería quitarle la maldita sonrisa de la cara?
- Amor, ya se hace tarde, recuerda que tenemos que ir por Dylan - le digo tomando su mano y entrelazandola con la mía.
- Claro - dice él.
La señorita se nos queda viendo de manera rara.
- Dylan en nuestro hijo, estamos casados. - le explica Aleister.
Trato de no reír por la cara que la muchacha pone.
- Somos jóvenes, pero queríamos ser padres a temprana edad - le dice él.
- Bienvenidos al zoológico - dice ella con una mueca.
Entramos y cuando estamos lo suficiente lejos de ella los dos estallamos de risas.
- ¿Dylan? - pregunta.
- ¿Nuestro hijo? - le preguntó yo.
- Solo seguí tu juego.
- Te miraba demasiado.
- Es un cargo que nos tocó a nosotros los guapos - dice con arrogancia.
Río por su comentario.
- Claro.
- Cuando dijiste que teníamos que recojer a un tal Dylan pensé "¿Que mierda le pasa a esta loca?"
- Siempre tan lindos tus pensamientos hacia mí - le digo con ironía.
- Es que no sabes cuáles son los pensamientos que tengo hacia ti.
Levanté una ceja.
- ¿Cuáles son tus pensamientos hacia mí persona? - le pregunte con total interés.
- Ese es un secreto.
- Igual como lo que pasó la noche en la que me emborrache.
- Por supuesto, de hecho me enteré de muchas cosas esa noche.
Lo miro y él me mira.
- ¿Enserio?
- Si..
- No te preguntaré que pasó porque sé que no me lo dirás.
- Ring ring - hace el sonidito de una campana - Respuesta correcta.
Sonrío.
Volteo a mi derecha y veo unos osos pandas.
- Mira - le digo apuntando a su dirección.
- Son bonitos - dice cuando los ve.
- Si...
Seguimos caminando entre los animales.
- Una verdadera lastima que aquí no hay un acuario - dice Aleister.
- Algún día te llevaré a uno.
- Ya dijiste, ehh.
Solo le sonrió.
Le digo que ya soy "amiga" de María.
Tal vez se alegra.
En estos días ha estado un poco decaído.
Le diré.
- Oye.
- ¿Si?
- María es como mí "amiga" - le digo.
- ¿Amiga? - pregunta sorprendido.
- Si, hace unos días llegó donde estaba y solamente dijo "hay que ser amigas".
- Eso es raro- dice en un susurro al cual casi no escucho.
- Si.
- ¿Quieres ver a los leones? - dice cambiando de tema.
No le tomo mucha importancia.
- Claro.
Comenzamos a buscar a los dichosos leoenes por el mapa que nos dieron en la entrada.
Caminamos hasta encontralos.
- Wow - digo al verlos.
- Una vez toque uno, aunque era bebé cuenta como león.
Me río de eso.
Después de ver a muchos animales, tomarnos fotos, decidimos irnos.
- Bueno querida esposa, la llevaré a su casa - dice el bromeando.
- Bien.
Le sonrió.
- Pon música.
Comienza a sonar "Never Forget You" de Zara Larsson y MNEK.
En el camino ninguno dice una palabra.
Cuando llegamos a mi casa antes de salir del auto Aleister me detiene.
- Que tengas una linda noche. - me dice con una sonrisa.
- Igual - le digo y le devuelvo la sonrisa.
- Eres una persona importante para mí.
Lo miro sorprendida.
- ¿Enserio? - le digo con una sonrisa.
- Si, eres una gran amiga.
Auch...
- Tu también eres un gran amigo - le digo tratando de que mi sonrisa no decaiga.
Salgo del auto sin esperar su respuesta.
Entro, mi madre está sentada con un libro en sus manos y voltea hacia donde estoy.
- Tu - dice apuntando hacia mi - Señorita tiene muchas cosas que explicarme.
- ¿Qué cosas? - le digo confundida.