Cinco años después...
Aleister Brown
Seco con mi camisa el sudor que los nervios provocan.
Veo el yate y el camino a el, lleno de rosas y la cena con velas. Saco la caja de terciopelo roja que estaba en mi pantalón.
Un lindo anillo de compromiso.
Espero sentado en una banca a que traigan a mi preciosa.
La veo, Sara le vendo los ojos, trae un vestido rojo que se ciñe a su hermoso cuerpo.
Días antes.
Me acuesto en la cama.
Un pensamiento loco viene a mi mente.
¿Y si le pido matrimonio? Digo, ya vivimos juntos, ella está en su último año y yo ya trabajo. Y nos amamos, eso también tiene un gran factor.
Saco mi celular y marco a Alex.
— Amigo. - le digo en forma de saludo.
— ¿Si?
— Te necesito.
— ¿Ahora, para que?
— Tenemos que vernos y te digo.
Me levanto y voy a la sala, veo que Mad está ahí viendo la televisión.
— Oye. - me llama.
— ¿Pasa algo?
— ¿Podemos ir de compras?
— Claro.
Ella salta feliz.
— Que bueno, en unos meses tengo una entrevista de trabajo, súper importante.
— Bien, andando.
Salimos del departamento, nos subimos al auto, antes de comenzar a manejar le mando mensaje a Alex de qué será otro día.
Llegando al centro comercial vemos la ropa.
Entramos a una que hay de todo y para todos.
Ella se prueba algunas cosas y a cada prenda dice que no le convence.
Sale con un vestido largo formal.
Eso no es para una entrevista de trabajo.
Me lo modela, yo solo asiento.
Va y se cambia, sale con un traje formal.
Y vuelvo a asentir.
Que sexy se ve así.
Se vuelve a cambiar, de esa manera pasan las siguientes dos horas.
Ya sale con su ropa con la que llegó y me mira con una sonrisa.
— Ví algo que nos puede quedar muy bien... - dice cautelosa.
Yo alzo una ceja.
— Bueno, si dices que nos quedará bien tenemos que comprarlo.
Se va feliz por la ropa que nos quedara muy bien, según ella. Viene con una sonrisa y me muestra dos camperas que tienen unas palabras muy grandes en ellas.
"Él es mi novio" "Ella es mi novia" y con flechas una a la derecha y la otra a la izquierda.
— Están hermosas, ¿Verdad? - pregunta con una enorme sonrisa.
— Muy hermosas.
— Las voy a comprar, ya sabes el frío está llegando.
Se va a pagarlas.
Están bonitas, un poco locas pero al fin y acabo bonitas.
Ella se pone la suya y yo la mía.
Seguimos en el centro comercial y la gente se nos queda viendo raro.
— ¿No crees que la gente nos ve raro por los suéter? - pregunta Madelaine en un susurro.
— No, solo es que quieren una. - le respondo igual en un susurro.
— Bueno, ya tenemos lo que queríamos, ya nos podemos ir.
— Como quieras.
Nos vamos al departamento.
Madelaine se va a hacer algo en la habitación y yo me pongo a adelantar algo de la empresa.
La noche llega y me voy a dormir.
Noto que Madelaine sale del baño con pijama y apenas es medio día.
— ¿No irás a la universidad?
— Tengo cólicos, siento como si me cortaran las piernas, me dieran apuñaladas en mi vientre.
Diablos, pobre de las mujeres.
— ¿Me voy?
— Si, por favor.
Tenemos un trato, cuando ella está mal yo no entro al cuarto, lo entiendo. El estar sintiendo eso es horrible. Creo yo.
O a veces quiere que le dé mimos, pero al parecer está vez quiere que me vaya.
— Voy a salir. - digo antes de irme.
Voy a la casa de Alex y Sara quienes tienen un año de casados. Entro como Juan por su casa y veo que él está en su sillón.
— Ey. - lo saludo.
— Ey. - me responde.
Me siento a su lado.
— Tienes que ayudarme.
— Ajá, ¿A qué?
— Quiero pedirle matrimonio a Madelaine.
Se sorprende un poco.
— Bien... ¿Como lo quieres hacer?
— Tiene que ser romántico ¿No?
— Ajá.
— En un lugar especial....
— ¿Cuál es un lugar especial para ustedes dos?
— Un lago.
— Ok. Ahí será.
— Lugar, ya tenemos.
— ¿Tienes un anillo?
— No le he podido comprar.
— Ahora iremos por el.
Sara baja las escaleras y mira a Alex y mueve su cabeza en forma negativa.
Alex va y la abraza y le dice algo que no logro escuchar.
Ella comienza a llorar.
Mierda.
— Yo creo que me voy.... - digo.
— No, espera. - dice Sara.
— ¿Si?...
— Escuché un poco lo que decían, sobre un anillo y espero que no me esté equivocado.
— No te equivocaste.
— Le vas a pedir matrimonio a Madelaine.
— Si, Sherlock Holmes. - digo con sarcasmo.
— Te ayudaré.
— Gracias...
— Primero si no tienes el anillo es lo que iremos a comprar. - dice quitándose las lágrimas.
Nos montamos en mi auto y vamos hasta una joyería.
Vemos los anillos pero ninguno me convence.
La vendedora saca uno que tenía guardado, es de oro con diamantes alrededor de la circunferencia, y un gran diamante como protagonista.
— Quiero ese.
— Bien.
No veo el precio solo le entrego la tarjeta de crédito.
Llegó a casa con el lindo anillo en mi bolsillo.
Entro a la habitación y ella está dormida.
Me pongo la pijama y me acuesto a su lado. Le doy un beso en la frente y me duermo.
Arreglo hasta la último pétalo carmesí, veo todo como estaba planeado y el atardecer nos deleita con sus colores.
Ese mismo día me dió el sí.
En medio de mi nervios y miedos, me tendió su mano y le coloque el anillo que sellaría un futuro juntos.
Notita:
Estoy súper contenta!!!
Gracias y gracias.
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@Stella_121506
Mil gracias!