Y la navidad no es lo mismo sin tí

Porque era un descarado y un sabelotodo

23 de diciembre del 2020

 

—¿Ya estas por llegar, Ali? —la mencionada no puede evitar resoplar y reír divertida ante la frustración de Ryan. El hombre a su lado acompaña sus risas, por lo que le mira con complicidad.

—Es una mala idea ¡Podemos accidentarnos!... es mejor que Knox y yo nos quedemos en algún hotel cercano. —divagó, intentando alargar el encuentro. No porque no siquiera estar cerca de su familia durante navidad y año nuevo, sino, porque quería postergar todo lo posible su visita.

—Pues que mal por ti, justamente estoy a tus espaldas.

Alix dejo de lado el teléfono, girado de golpe para ver a Ryan en toda la entrada del aeropuerto. Con una sonrisa maligna, y satisfecho de haberse salido con la suya. Ella corrió hacia él, dejando tiradas las maletas para anclarse como un mono a su hermano, que, para su suerte, tenía la fuerza para no hacerlos caer al suelo.

Dos años sin poder ver a Ryan, Sandy, y a Liv.

Y cinco años sin volver a su hogar.

Era reconfortante, a pesar de que no quería encontrarse con el hombre que rompió su corazón.

—¡Te he extrañado como no tienes idea!

—Nosotros también. Liv incluso está esperándote para que juntas envíen su carta. No hay nadie a quien no le hagas falta.  

—Entonces ¡Pongámonos en marcha! —exclamó, separándose para tomar sus maletas y salir rumbo al coche.

Ryan se reía a sus espaladas, conversando casualmente con Knox, quien era su amigo. Algunos pensarían que era el suplente del… innombrable. Pero a diferente del trágico final que tuvo su anterior amistad, esta vez no podía haber enamoramientos ni indirectas. Knox no jugaba a su equipo, y estaba conforme con ello. Así no existirían complicaciones.

—Este lugar es muy bonito ¿Por qué nunca me trajiste acá? ¡Mira esas luces! —Knox estaba embelesado con la decoración, distrayendo a Alix del motivo por el cual venia estresada— ¿Acaso no me valoras lo suficiente? ¿Tan mal amigo soy?

Knox sabia de Ren, solo que él era discreto y nunca mencionaba del tema. A no ser que ella fuera la que lo iniciara. —Ren vive aquí. —menciono de pasada, mirando su teléfono.

—¡Oh! ¿Puedo darle una golpiza cuando lo vea? —bromeó Knox, sin embargo, el tono sugerente solo hizo que Alix jadeara sorprendida.

 —¡No! ¿Cómo puedes pensar en hacer algo así? Santa te pondrá en la lista de los malos este año.

—Correré el riesgo. —Knox apretó el hombro de su amiga—. Por qué se lo merece.

Ryan se río entre dientes. Un breve vistazo en dirección a su hermana antes de concentrarse en la carretera. La nieve es espesa, por lo que debía tener muchas precauciones para evitar volcar.

—No quiero hablar de eso. —Alix miró por la ventana, cerrando consigo el tema.

Sabía que Ryan la llenaría de preguntas. Su distanciamiento tenía motivos, los cuales la llevaron a la otra punta del país para comenzar de cero. No importaba el trabajo que tuviera que desempeñar, era eso o tener que ver el rostro del hombre al que amaba diciéndole el "si acepto" a otra.

Antes de partir, intento dejar de lado su rencor. Alix sabía que el resentimiento solo consume hasta volverte cenizas. No quiso llamar a su puerta, pero le deseo lo mejor. Después de todo, lo hacía en nombre de la bonita amistad que Alix considero una de las mejores épocas de vida.

Ella seguía considerándolo así, y no tenía fallos en decirlo en voz alta.

—Hay algo que tengo decirte sobre el innombrable, Ali. —en una calle limpia y despejada de la nieve Ryan se relajó y se permitió aportar algo de información a su hermana.

Ryan tuvo una larga amistad con Ren, pero después del episodio dónde negó a Alix frente a su prometido. Se fue alejando poco a poco de él y su familia, hasta el punto que si se encontraban en la calle, algo que no se podía evitar teniendo casas cercanas, simplemente se brindaban un imperceptible asentamiento de cabeza. Ryan podía ser tranquilo, pero cuando se trataba de Alix, se volvía implacable.

—¿Que tan importante puede ser cuando les he dicho que no me interesa nada de su vida?

—Según he escuchado, se divorció hace algunos meses. 

Knox silbo desde el asiento de atrás. —¡Es tu momento de brillar, Allie!

La mencionada arqueo una ceja, mirándolo por el espejo. —¿De qué equipo están? No puedo creerlo, mi hermano y mi mejor amigo conspirando contra mí.

—Solo digo —Knox se encogió de hombros—. Puedes devolverle el golpe. —comentó—. Como un pequeño desquite.

—Eso es venganza, y no tengo cabeza para eso. —musitó Alix, emitiendo un suspiro.

—Nomás opinaba. 

—Él me preguntó por tí. Esperaba que estuvieras presente está navidad.

—No creo que le importe si llego a celebrar la navidad con ustedes o no. —comentó despreocupada—. Entre Ren y yo no queda nada por hablar. 

—¿Sigues recibiendo esas rosas de parte suya?

—Lo hago...

—Además le manda regalos —añadió Knox—. Definitivamente está en una misión, cariño.

—No las he pedido, y por ello, nadie me puede obligar a hacer algo que no quiero.

—Esas palabras se las dirás a él, por qué estamos justo por llegar. —Ryan se adentró al condominio, el cuál siempre se mantenía iluminado. 

Nadie se quedaba exento en la decoración. Cada familia sabía hacer de las suyas para colocar luces y adornos hasta en las cosas que no tenían sentido colocar.

Alix extrañaba salir y admirar lo espléndida que lucía la colonia con todas esas luces encendidas y parpadeantes. 

Tras parquear frente a la casa, Alix fue la primera en saltar de asiento y correr a los brazos de Liv. Seguida de algunas risas por parte de Sandy.

—Me da mucho gusto verte, Ali. 

Dos años atrás, Ryan decidió sorprenderla al pasar la navidad con ella. Fue divertido y una experiencia única, puesto que muy pocas veces, su hermano lograba salir del ambiente de trabajo, y luego estaba su familia.




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